Se cumplen 100 días del papado de León XIV (AP foto/Andrew Medichini)

Cuando el papa León XIV sorprendió a decenas de miles de jóvenes durante una celebración jubilar con un recorrido improvisado en papamóvil por la plaza de San Pedro, muchos recordaron la espontaneidad que caracterizó al pontificado de su predecesor, Francisco. Sin embargo, el mensaje de aquella noche fue propio: en inglés, español e italiano, León exhortó a los jóvenes a ser “la sal de la tierra, la luz del mundo” y a difundir esperanza, fe en Cristo y paz.

Al cumplirse 100 días de su pontificado, comienzan a delinearse los contornos de su estilo. Su papado refleja tanto continuidad con Francisco como un cambio de tono evidente. Tras 12 años marcados por gestos audaces y declaraciones improvisadas, León se presenta como una figura reservada y serena.

Un estilo deliberado

León ha insistido en que no quiere un papado centrado en su persona. “Los papas van y vienen, pero la Curia permanece”, dijo a los funcionarios vaticanos tras su elección el 8 de mayo, en un mensaje conciliador.

Ha sido muy directo y franco… pero no da ruedas de prensa espontáneas”, señaló Kevin Hughes, catedrático de teología en la Universidad de Villanova, donde León estudió. “Incluso quienes amaban a Francisco siempre contenían un poco la respiración, porque no sabían qué iba a decir o hacer después”.

Al cumplirse 100 días de su pontificado, comienzan a delinearse los contornos de su estilo (REUTERS/Yara Nardi)

Continuidad con Francisco

Pese a la diferencia de tono, León ha consolidado algunas de las prioridades de su antecesor. Ha fortalecido el legado ambiental con la primera misa de inspiración ecológica y la aprobación de un campo solar de 430 hectáreas al norte de Roma, que busca convertir al Vaticano en el primer Estado carbono neutral del mundo.

Además, ajustó normas de transparencia financiera y confirmó la decisión de declarar al cardenal John Henry Newman “doctor” de la Iglesia.

No obstante, ha evitado grandes gestos. No ha concedido entrevistas extensas ni comentarios improvisados, tampoco ha hecho grandes viajes ni nombramientos.

A los 69 años, León parece no tener prisa. Vaticanos que lo conocen describen su pontificado como una “lluvia serena”.

Un papa agustino

Desde su primera aparición, León se definió como “hijo de san Agustín”. Su espiritualidad está marcada por la tradición agustiniana, centrada en la vida comunitaria, la oración y la búsqueda de la verdad en Dios. Fue prior general de los agustinos en dos ocasiones y suele citar a san Agustín en homilías y discursos.

A los 69 años, León parece no tener prisa. Vaticanos que lo conocen describen su pontificado como una “lluvia serena” tras la intensidad de Francisco (REUTERS/Yara Nardi)

Identidad misionera

León también es fruto del pontificado de Francisco, que lo nombró obispo de Chiclayo (Perú) en 2014 y luego prefecto de un dicasterio clave en 2023. Su experiencia misionera en América Latina lo vincula con la visión de una Iglesia orientada a las periferias.

Es la encarnación de la unidad en la diferencia, porque viene del centro, pero vive en la periferia”, dijo Emilce Cuda, secretaria de la Comisión Pontificia para América Latina.

En ese sentido, León hereda tanto la impronta misionera de su predecesor como la necesidad de dar un respiro tras años de intensas reformas.

En estos primeros meses, el pontífice parece más enfocado en la unidad, la tradición y la discreción.

(Con información de Associated Press)