El alto representante del presidente del Congo, Félix Tshisekedi, Sumbu Sita Mambu, y el jefe de la delegación del grupo rebelde M23, Benjamin Mbonimpa, participan en una ceremonia para firmar un acuerdo marco de paz destinado a poner fin a los combates en el este del Congo, en Doha, Qatar, el 15 de noviembre de 2025. (REUTERS/Ibraheem Abu Mustafa)

El presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, viajará a Estados Unidos la próxima semana para firmar un acuerdo final de paz con su homólogo de Ruanda, Paul Kagame, marcando el cierre de meses de gestiones diplomáticas encabezadas por el presidente estadounidense Donald Trump. El pacto busca poner fin al conflicto en el este del Congo, una región golpeada por enfrentamientos entre el gobierno y más de cien grupos armados, entre ellos el M23, apoyado por Ruanda.

La firma del acuerdo por parte del Congo estará condicionada al retiro del apoyo de Ruanda a los rebeldes del M23, según informó Tina Salama, portavoz de Tshisekedi. Salama precisó que la postura de su país exige un acuerdo sin “ninguna mezcla o integración de los combatientes del M23” en las fuerzas congoleñas y recordó que el retiro de las tropas ruandesas ya había sido pactado en un convenio previo, firmado en junio por los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países. “Buscamos la paz dentro del marco de la integración regional. Lo que es innegociable para nosotros es la integridad territorial de la RDC”, afirmó Salama.

El conflicto en el este se agravó en el último año, cuando el M23 tomó el control de las principales ciudades de Goma y Bukavu, incrementando una crisis humanitaria que ya se encontraba entre las más graves del mundo. Según expertos de las Naciones Unidas (ONU), se estima que entre 3.000 y 4.000 fuerzas gubernamentales ruandesas permanecen desplegadas en la región oriental, en operaciones conjuntas con el M23. Ruanda ha rechazado estas acusaciones y asegura que sus intervenciones buscan proteger su propio territorio.

ARCHIVO - Rebeldes del M23 escoltan a soldados y policías del gobierno que se rindieron en un lugar no revelado en Goma, República Democrática del Congo, el jueves 30 de enero de 2025. (Foto AP/Moses Sawasawa, archivo)

Por su parte, el presidente de Ruanda, Kagame, volvió este jueves a responsabilizar a las autoridades de RDC por la inestabilidad en la región oriental del país. Sus declaraciones se producen en medio del cruce de acusaciones entre el Ejército congoleño y los rebeldes M23, a las que Kinshasa señala de operar bajo órdenes ruandesas y de haber violado el alto el fuego preliminar alcanzado el pasado verano.

Durante una rueda de prensa, Kagame denunció que “a los líderes no les importa, o no saben, o se han negado a asumir la responsabilidad”, según detalló el diario ruandés New Times. Además, criticó la postura de Kinshasa, afirmando que “lo único que saben es seguir pidiendo sanciones para Ruanda”, y añadió: “Pero si sancionan a Ruanda, ¿cómo resuelven su problema? ¿Cómo solucionan la mala gestión de los asuntos de su país?”.

El presidente de Ruanda, Paul Kagame. (REUTERS/Yves Herman)

Estas declaraciones llegaron tras valorar el proceso de paz promovido desde Washington, del cual dijo que representa “un buen paso en la dirección correcta” y que podría conducir a “una paz duradera”, objetivo al que Kigali asegura seguir comprometido. No obstante, advirtió que, aunque “existe ese marco, y la Administración (de Donald) Trump parece haber hecho todo lo posible”, los avances no pueden depender únicamente de reuniones en la capital estadounidense o del involucramiento de una gran potencia, dado que los mecanismos para alcanzar la paz “no funcionarán solo porque nos reunamos en Washington o porque el poderoso Estados Unidos esté involucrado”.

Kagame insistió en que los actores directamente implicados deben mostrar voluntad real, señalando que “hasta que las personas directamente involucradas realmente deseen y se comprometan a lograr el resultado final, incluso los más poderosos seguirán dudando o frustrados”. Recalcó que la responsabilidad principal recae en los líderes de la región: Ruanda, la República Democrática del Congo y otros países del entorno.

Estas tensiones se dan apenas dos semanas después de que ambas partes suscribieran en Qatar un nuevo acuerdo, concebido como una formalización escrita de los principios pactados en julio, pero que aún no ha sido aplicado de manera efectiva.

(Con información de AP/Europa Press)