Un hombre de 41 años fue detenido en Villa Madero, partido de La Matanza, acusado de haber colaborado con una banda que cometió una violenta entradera cuya víctima fue el dueño de una funeraria y su esposa. Pero el acusado lo niega, dice que está preso injustamente y que su error fue estacionar su coche en una cochera.
Según la causa, la participación del detenido en el robo habría consistido en dejar estacionada su camioneta en el mismo garaje por el que ingresaron los ladrones que maniataron a un matrimonio y escaparon con un botín millonario: creen que en el vehículo del acusado estaban las armas y luego dejaron allí parte del botín. Los investigadores sospechan que fue el facilitador de la maniobra y el que entregó a las víctimas.
La defensa del sospechoso alega que es un “cuatro de copas” y que lo único que hizo fue dejar la llave del coche en el guardabarros para que la pueda usar su pareja y su hermano cuando quisieran, pese a que, por ese entonces, no andaba.
Según pudo saber Infobae, el episodio ocurrió la madrugada del 13 de marzo, en una propiedad ubicada sobre Vélez Sarsfield al 200, en Villa Madero. En la denuncia consta que, al menos, seis sospechosos armados entraron al estacionamiento contiguo a la vivienda del empresario dueño de la firma Sepelios Racco, de 60 años, y desde allí se introdujeron al interior del domicilio. Una vez adentro, maniataron al hombre y a su esposa y les desvalijaron la casa.
Del lugar se llevaron 40 mil dólares, cuatro armas de fuego tipo pistola, electrodomésticos y alhajas, en base a fuentes de la investigación que encabeza la fiscal Evangelina Sánchez de la UFI N°11 de La Matanza.
Para entrar, según la investigación, abrieron el portón eléctrico del garaje en cuestión utilizando un control remoto, como los que se entregan solo a los usuarios registrados del lugar. Las cámaras de seguridad del complejo registraron el ingreso del grupo, que llegó en un Volkswagen Golf azul y se movió libremente por el estacionamiento de madrugada antes y después de irrumpir en la casa.
La versión oficial
Durante el análisis de las imágenes, los detectives de la DDI La Matanza, a pedido de la UFINº11, advirtieron que uno de los asaltantes entró y salió en varias oportunidades de una Volkswagen Amarok azul, que ya estaba estacionada en el lugar. En los videos que acompañan esta nota se ven esas imágenes.
Ese vehículo, que pertenece al detenido, no tenía impedimentos legales y figuraba radicado en San Martín. Se comprobó que su conductor habitual era Jonathan Daniel Hamud, quien —según los investigadores— había dejado el vehículo allí como parte del plan para facilitar el acceso al predio. El grita desde la celda donde está detenido, ya que le negaron la excarcelación, que están equivocados.
La cochera en cuestión había sido alquilada mucho antes del hecho por el sospechoso. Para los investigadores, esa maniobra tuvo como único propósito habilitar el ingreso al estacionamiento y así ejecutar el robo, ya que Hamud conocía a las víctimas y que, por eso, no participó directamente del asalto, pero sí habría colaborado desde afuera.
Con esos elementos, el pasado 18 de junio, se pidió la detención de Hamud. Finalmente, fue arrestado seis días después, tras un operativo en el domicilio de su madre en Villa Madero. En el procedimiento se secuestraron un celular, 800 dólares y 125 mil pesos en efectivo. La camioneta Amarok también fue incautada.
En paralelo, se allanó un domicilio fiscal vinculado al imputado, en pasaje Carabelas, también en La Matanza, donde se secuestró otro teléfono celular. La fiscal Sánchez imputó a Hamud por robo triplemente agravado —por el uso de arma, por haber sido cometido en poblado y en banda, y por escalamiento— en concurso real con privación ilegítima de la libertad, en calidad de partícipe necesario.
Durante su indagatoria, Hamud negó haber tenido vínculo con los autores del robo. Dijo que no le habían sustraído ni las llaves ni el control remoto del portón, pero «no dejó que abran su teléfono celular para peritarlo“, según las fuentes del caso consultadas.
Aseguró, además, que la camioneta era utilizada por su esposa y su hermano, y que no había evidencia que lo ubicara en el lugar durante el asalto. “Tuvo varias inconsistencias en su relato”, acotaron las fuentes consultadas por este medio.
La versión del detenido
Su defensa, por su parte, cuestionó el enfoque de la investigación. Según su abogada, Lorena Dadino, en diálogo con este medio, la fiscalía lo acusó sin pruebas sólidas y lo describió como un “cuatro de copas”. El famoso perejil.
“La camioneta estaba sin batería. La llave la dejaban en el guardabarros porque la usaban varias personas. Los ladrones probaron varios autos antes y justo dieron con la de él. Para mí se la querían robar, pero no pudieron arrancarla”, sostuvo Dadino.
La abogada también afirmó que hay múltiples hipótesis no exploradas, como la posible implicación de otras personas con dispositivos para abrir el portón desde afuera o desde el interior de un vehículo.
“La fiscal decidió no investigar al damnificado ni a su entorno, pese a que las cámaras muestran movimientos sospechosos dentro del estacionamiento antes, durante y después del hecho”, planteó.
Y agregó: “Si vos tirás las antenas (telefónicas), sabés que a esa hora mi cliente estaba durmiendo. Pero si tenés los números de la familia, te vas a dar cuenta si hay alguno que está pasando datos en el mismo momento que están los ladrones».
La abogada, en paralelo, se quejó porque considera que es injusto el arresto de su cliente y que se violaron sus garantías: “No podés meter a cualquier el cuatro de copas preso”.