La formación con línea de 5 que comenzó el partido en el Monumental (Sebastián Alonso)

Agustín Marchesín (6): uno de los dos aprobados de Boca. Tapó dos pelotas importantes en el primer tiempo para mantener con vida a su equipo; la mejor, un mano a mano a Colidio. Nada que hacer en el tiro libre del 1-0 y quizá sí en el rebote que dio en el 2-1. En el ST prácticamente no tuvo trabajo.

Luis Advíncula (3): floja labor del peruano, que sufrió en defensa y le costó mucho pesar en la ofensiva. Terminó como capitán y fue el reflejo de un equipo impotente que corrió siempre de atrás. Pudo irse expulsado en la última jugada por doble amarilla.

Rodrigo Battaglia (4): de lo menos peor en la defensa de Boca. Ganó algunas pelotas de arriba y de abajo, mientras que pasó de stopper a líbero cuando salió Rojo en el segundo tiempo. Terminó condicionado con amarilla.

Marcos Rojo (3,5): trató de ser voz de mando y salida, pero siempre estuvo al límite en los pocos quites que protagonizó y tuvo varias fallas. Fue amonestado en el tiro libre del 1-0 de Mastantuono. Luego estuvo al borde de la roja hasta que salió pasados los 20’ del ST (le dejó su lugar a Di Lollo). Había levantado el nivel, pero hoy fue muy flojo.

Ayrton Costa (4,5): solo sumó más que algunos por su ímpetu y vergüenza deportiva, pero su inclusión en el fondo para la línea de 5 estuvo lejos de aportar seguridad. Armani le sacó el 2-2 de cabeza en el final del juego.

Lautaro Blanco (3,5): su labor en defensa fue de regular para abajo y, en ataque, no pudo utilizar su mejor arma, el centro con rosca al área, debido al planteo del DT y la anemia ofensiva de Boca en lo numérico y cualitativo. Fue sustituido sobre el final por Saracchi.

Tomás Belmonte (4): intentó aportar tenencia, marca y conexión en la línea media, pero no logró ninguno de sus objetivos. Fue el primer amonestado del partido en el inicio y eso le jugó muy en contra. Salió a los 22’ ST por Zeballos, cuando Gago reaccionó.

Milton Delgado (3): uno de sus partidos más flojos desde que está en Primera. Perdió muchas pelotas, estuvo impreciso y se resbaló en gran parte del partido. Apenas algunas recuperaciones esporádicas. Fue reemplazado a los 90’ por Brian Aguirre, en el último manotazo de ahogado del DT.

Kevin Zenón (3,5): otro de los que venía en alza y tuvo una flojísima labor. No pesó, no inquietó y fue controlado en casi todo el partido. En el PT pudo desnivelar en un mano a mano con Enzo Pérez, pero no tuvo decisión y la jugada directamente se diluyó. En el ST solo se iluminó con la habilitación a Zeballos que desperdició.

Carlos Palacios (3,5): fue de mayor a menor y se diluyó durante el partido. El planteo claramente atentó contra sus cualidades ofensivas. El chileno no gravitó, no generó situaciones y tampoco se animó a patear de media distancia pese a haber capturado un par de rebotes afuera del área grande. En deuda.

Miguel Merentiel (6,5): el mejor de Boca. Se fabricó una primera situación en el PT después de ganarle la posición a Martínez Quarta y correr casi desde mitad de cancha. Pudo definir de zurda en otra que fue clara y terminó siendo cerrado. Y aprovechó el garrafal error de cálculo de Pezzella para empatar transitoriamente. En el ST tuvo pocas intervenciones, aunque su primer tiempo bastó para salvar la ropa.






Exequiel Zeballos (5): con apenas dos o tres intervenciones desde los 22’ ST cuando entró por Belmonte, demostró que mereció más minutos. Tuvo una clara tras cesión de Zenón, pero no le acertó al arco.

Lautaro Di Lollo (5): entró firme, pero en un momento del partido en el que River dejó de exigir en la ofensiva.

Marcelo Saracchi (-): entró por Blanco en el final y casi no intervino.

Brian Aguirre (-): manotazo de ahogado del DT cuando entró a los 90’ por Delgado.

Fernando Gago (2): se la jugó con la línea de 5 y no le salió. A pesar de esa mala apuesta, sus falencias estuvieron en la postura del equipo y la enorme demora en los cambios. Pero además, cuando reaccionó recién a los 67’ cuando Boca había sido dominado en casi todo el partido por River, mantuvo el esquema y no rompió el molde. De esta forma, su futuro quedó muy comprometido.