La vuelta de Bandana a los escenarios no solo despertó nostalgia y euforia entre los fanáticos, sino que también dejó al descubierto tensiones internas que, hasta ahora, se conocían solo de manera fragmentaria. Invitada como angelita a LAM (América TV), Lissa Vera habló a fondo con Ángel de Brito y contó, con sinceridad brutal, cómo fueron las horas previas al reencuentro del grupo, las charlas pendientes entre las cuatro integrantes y el detrás de escena emocional que atravesaron antes de subirse nuevamente juntas a un escenario.

Consultada por el conductor sobre cómo está hoy la relación con Lourdes Fernández, Valeria Gastaldi y Virginia Da Cunha, Lissa fue directa: “La verdad es que bien”. Sin embargo, aclaró que no fue algo inmediato ni sencillo. Según relató, el verdadero punto de inflexión se dio el mismo día del show en el boliche Moscú, en la Costanera porteña. “Durante el día de la fiesta estuvimos desde las cinco de la tarde hasta como a las dos de la mañana, entre medio del show, así que ahí tuvimos mucho tiempo”, explicó, dando a entender que las conversaciones fueron profundas y necesarias.

El reencuentro de Bandana en el boliche Moscú expuso la necesidad de reescribir las reglas de convivencia tras 25 años de historia

En ese contexto, reveló que al principio el clima era tenso y que incluso sus compañeras creían que ella no iba a presentarse. “Ellas creyeron que yo no iba a ir”, confesó. Ángel de Brito no dudó en ir al hueso y le preguntó con quién estaba más distanciada. “A mí me agotó muchísimo el tema de todo lo que había pasado”, respondió Lissa, en referencia a los conflictos recientes que habían tomado estado público, especialmente los vinculados a la violencia de género que sufrió Lourdes.

Lejos de personalizar el conflicto, la cantante hizo un análisis más profundo de la situación y del paso del tiempo. “Fue importante que suceda esto, porque las reglas de convivencia después de 25 años se tienen que reescribir. No somos las mismas que entraron a ese casting”, reflexionó. En esa línea, remarcó que hoy cada una tiene su vida, sus intereses y su propio recorrido, y que volver a ensamblar al grupo no era algo automático.

El regreso de Bandana estuvo precedido por conflictos personales y emociones intensas, según confesó Lissa Vera en LAM (Instagram)

Lissa también aseguró que, a pesar de todo, lograron acomodar las cosas antes del show. “Yo la verdad que sí”, respondió cuando Ángel le preguntó si sentía que habían logrado dar vuelta la situación. Y explicó por qué era clave resolver los conflictos antes de salir a escena: “Si no, la magia no sale. Hay algo entre nosotras que si no lo resolvemos, no sale natural”.

Durante la charla, la cantante reconoció que muchas veces se olvida de que es una figura pública y que eso le juega en contra. “Lo que pienso, lo digo, o lo que siento, lo demuestro”, admitió, recordando incluso su comentada aparición sin maquillaje en el programa de Moria Casán. “Tenía la cara desarmada, parecía un Picasso”, bromeó, generando risas en el estudio.

Otro de los rumores que Lissa se encargó de desmentir fue el supuesto conflicto por el rol de su hermano como manager del grupo. Ante la consulta de Laura Ubfal, fue tajante: “No, eso no es así. De hecho, mi hermano creo que se tiraría un tiro en el pie antes de ser manager de todas. Apenas me soporta a mí”. Con humor, resumió la dinámica interna de Bandana: “Somos cuatro mujeres, imaginate… es una bolsa de gatos, nos vamos turnando”.

La artista destacó que el reencuentro cara a cara permitió superar enojos y fortalecer la relación de 25 años entre las integrantes de Bandana

Sobre los enojos y las idas y vueltas, reconoció que Valeria llegó a estar muy molesta con ella. “Y sí, es normal. Yo creo que también estaría enojada”, dijo con honestidad. Sin embargo, destacó que el reencuentro cara a cara fue clave: “Cuando nos miramos las caras las cuatro, nos dimos cuenta de que fue como una tormenta. Tenemos una relación de 25 años que puede soportar esta clase de vientos”.

Finalmente, la artista explicó por qué decidió correrse un poco en los días previos al show. “Estaba con la energía muy baja, muy agotada, y la mejor manera que vi fue decir ‘me borro un poco’ para que el show salga bien”, confesó. Sabía que eso podía generar enojo, pero priorizó llegar entera al escenario. “Mi objetivo fue estar bien el día del show”, afirmó.

Tras el regreso explosivo en Moscú y con un Gran Rex en el horizonte, Lissa aseguró que van “paso a paso” y sin apresurarse a anunciar una gira. Lo cierto es que, con sus declaraciones, dejó en claro que detrás del brillo pop hubo charlas difíciles, emociones a flor de piel y una reconstrucción interna tan intensa como necesaria para que Bandana vuelva a sonar como siempre.