Uzbekistán permite a los presos reducir su condena leyendo libros de una lista oficial y aprobando un examen (Imagen Ilustrativa Infobae)

Uzbekistán implementó una nueva ley que permite a los reclusos reducir sus condenas hasta 30 días al año, mediante la lectura de libros incluidos en una lista especial. La normativa, recientemente aprobada por el Senado local, busca promover la rehabilitación y la educación dentro del sistema penitenciario.

Según Euronews, la legislación establece que los presos pueden restar tres días por cada libro que lean y aprueben ante una comisión designada. Sin embargo, la medida no alcanza a quienes cumplen cadena perpetua. Los funcionarios del Ministerio del Interior estiman que la iniciativa podría beneficiar a más de 13.500 personas privadas de libertad en el país.

De acuerdo con el funcionario Shakhrizod Shokirov, la reforma tomó como referencia prácticas internacionales adoptadas en naciones como Brasil, Italia y Bolivia. Brasil permite desde 2012 que los presos reduzcan sus condenas cuatro días por cada libro leído, con un tope de 48 días por año. Italia y Bolivia implementaron sistemas similares. Uzbekistán analizó los resultados obtenidos en esos países, ajustándolos a la realidad de su sistema.

El proceso bajo la nueva ley incorpora controles estrictos. Para acceder a la reducción, cada recluso debe demostrar, mediante un examen, la comprensión del libro leído. Solo si supera la evaluación, obtiene la reducción correspondiente. Según lo informado, la comisión especial encargada de administrar el procedimiento está integrada por representantes de los ayuntamientos, la sociedad civil, organismos autónomos y autoridades penitenciarias.

La nueva ley busca fomentar la educación y la reinserción social en el sistema penitenciario uzbeko (Imagen Ilustrativa Infobae)

Begmat Ochilov, especialista del Centro Republicano para la Espiritualidad y la Educación, explicó a Euronews que la lista de obras recomendadas abarca tanto literatura uzbeka como textos clásicos internacionales. Al respecto, el experto afirmó: “La lectura permite a los reclusos reflexionar sobre sí mismos y comprender a los demás. Esto tiene un efecto directo en su educación moral y ayuda a prevenir futuros delitos”.

La lista oficial de obras fue elaborada para cubrir diversas disciplinas y fomentar, en palabras de los responsables del programa, una formación integral. Así, los títulos van desde la literatura nacional hasta reconocidas novelas internacionales, incluidas algunas como El viejo y el mar, de Ernest Hemingway. Los reclusos pueden, una vez leída la obra y tras pasar el examen, ven reducida su condena en tres días, hasta alcanzar el máximo estipulado anualmente.

Según abogados y expertos en educación consultados por Euronews, la ley cuenta con el respaldo de sectores claves y fue recibida con entusiasmo en distintos ámbitos sociales. Begmat Ochilov subrayó que la iniciativa puede motivar a muchos presos a utilizar su tiempo en tareas educativas, apartándose de la inactividad, lo que supondría un avance significativo en los métodos de reinserción.

El modelo uzbeko busca ir más allá de la aplicación punitiva de las penas. De esta manera, se promueven herramientas que favorecen una readaptación positiva al regresar a la sociedad. De acuerdo con los funcionarios consultados, la disposición representa un cambio en el enfoque tradicional del sistema judicial, que ahora pone mayor énfasis en la rehabilitación y la reintegración, dando prioridad a la educación como vía para reducir la reincidencia.

La medida excluye a quienes cumplen cadena perpetua y beneficiará a más de 13.500 presos (Imagen Ilustrativa Infobae)

La Ley señala pautas claras para su funcionamiento. Solo los reclusos que aprueben el examen sobre la obra leída podrán optar a la reducción de condena, lo que asegura el cumplimiento real de los objetivos educativos. Las autoridades afirman que una aplicación homogénea y coherente de la medida será fundamental para su éxito. Tanto la lista de libros como los protocolos de examen buscan garantizar la transparencia, la igualdad de acceso y la fiabilidad del sistema.

Aunque la Ley no alcanza a los sentenciados a cadena perpetua, se considera un paso relevante en la búsqueda de métodos alternativos de sanción que aporten valor social y personal. El ejemplo de Uzbekistán suma experiencias internacionales que respaldan el papel reformador de los programas de lectura en entornos penitenciarios. Según expertos, esta vía ayuda a abordar no solo la formación intelectual, sino también la dimensión ética y la capacidad de reflexión de las personas privadas de libertad.

En definitiva, el programa uzbeko propone un enfoque innovador que privilegia la educación, con el objetivo de construir oportunidades reales de reinserción y disminuir la reincidencia en el delito. Las primeras evaluaciones oficiales consideran que el éxito dependerá, en buena medida, de la rigurosidad de la supervisión y de la amplitud de la oferta bibliográfica, de modo que los resultados sean medibles y justos para la totalidad de los reclusos alcanzados por la medida.