Las sanciones de Trump golpean el flujo de dólares del régimen de Maduro. (Reuters)

El flujo de divisas que las autoridades del régimen venezolano asignan al sector privado —tanto en efectivo como mediante criptomonedas— podría reducirse en las próximas semanas, según las declaraciones de analistas y empresarios del sector. Esta situación se produce tras la orden del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de bloquear tanqueros previamente sancionados, una medida que intensifica la presión económica sobre el dictador Nicolás Maduro y refuerza las restricciones contra la principal fuente de ingresos del país, miembro de la OPEP.

Estados Unidos ha endurecido su política hacia Venezuela mediante una campaña que incluye un mayor despliegue militar en la región y más de veinte ataques armados contra embarcaciones acusadas de tráfico de drogas en el océano Pacífico y el mar Caribe. Estas operaciones han dejado al menos 90 muertos.

Trump ha reiterado públicamente la posibilidad de ejecutar ataques terrestres estadounidenses contra Venezuela y ha exigido la salida de Maduro del poder. Sin embargo, hasta el momento el dictador venezolano mantiene el control interno y conserva el respaldo de aliados internacionales como Rusia. El régimen, por su parte, ha negado de manera sistemática las acusaciones de vínculos con el narcotráfico y sostiene que las políticas de Washington buscan apropiarse de los recursos naturales venezolanos, en especial de sus vastas reservas petroleras.

El impacto de las sanciones estadounidenses ya se refleja en la presión ejercida por clientes internacionales sobre la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), que enfrentan exigencias de mayores descuentos y modificaciones contractuales. Cerca del 80% del petróleo venezolano se exporta a Asia, lo que expone al régimen a mayores riesgos logísticos y financieros.

Las empresas venezolanas obtienen dólares principalmente a través del comercio petrolero y de operaciones con tarjetas extranjeras. No obstante, la incertidumbre sobre los flujos de crudo amenaza con reducir los ingresos petroleros, lo que a su vez limitaría la disponibilidad de efectivo y criptomonedas destinadas a importaciones. Economistas advierten que esta podría ser una de las acciones más contundentes adoptadas por Estados Unidos contra el régimen chavista.

Entre enero y noviembre, la asignación oficial de divisas a empresas privadas alcanzó los 5.000 millones de dólares, lo que representa una caída del 16% frente al mismo período del año anterior. Voceros empresariales alertan que el reciente bloqueo podría afectar hasta la mitad de las exportaciones petroleras. De hecho, en los últimos días la oferta de dólares y criptomonedas registró una caída cercana al 6% respecto de la semana previa.

La preocupación por la disponibilidad de divisas en el sector privado persiste. Empresarios advierten que podrían surgir dificultades para garantizar pagos a proveedores internacionales, aunque otras fuentes señalan que, por ahora, los industriales aún cuentan con inventarios suficientes para atender la demanda interna.

FOTO DE ARCHIVO: Ionic, un petrolero involucrado en el transporte de crudo venezolano que fue incautado recientemente por Estados Unidos, en medio del aumento de las tensiones entre Venezuela y Estados Unidos, se encuentra atracado en San Francisco, Venezuela, el 13 de diciembre de 2025. (REUTERS/Isaac Urrutia/Foto de archivo)

Las autoridades del régimen, incluido el Ministerio de Comunicación y el Banco Central de Venezuela (BCV), no han ofrecido comentarios oficiales. En contraste, la vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez, aseguró que las exportaciones petroleras continúan “a pesar del intento de bloqueo ilegal e ilegítimo”.

Ante este escenario, el régimen de Maduro ha comenzado a autorizar el uso de criptomonedas ancladas al dólar, como Tether, dentro del mercado cambiario nacional. Esta política se implementa luego de la licencia restringida otorgada por Estados Unidos a Chevron, que permite la exportación de crudo hacia territorio estadounidense, pero prohíbe pagos directos al régimen venezolano.

Analistas advierten que una caída en la oferta de dólares —independientemente de su forma— incrementará la presión sobre el tipo de cambio, especialmente en un contexto de mayor gasto en bolívares hacia el cierre del año. En una economía altamente dolarizada de facto como la venezolana, la devaluación se traslada rápidamente a los precios.

El tipo de cambio oficial se deprecia en promedio 1% diario, lo que encarece alimentos, medicinas y bienes esenciales para las familias. Además, algunos bonos laborales que antes se otorgaban en moneda extranjera ahora se pagan en bolívares ajustados al tipo de cambio.

Finalmente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la inflación en Venezuela podría cerrar el año en 548%, mientras que el BCV continúa sin publicar cifras oficiales de inflación desde octubre de 2024.

(Con información de Reuters)