Lejos del inesperado galán que sedujo al mundo entero, Halit Ergenç vive sus horas más difíciles. El actor turco, que interpretó a Onur en Las mil y unas noches, quedó involucrado en un complejo caso político y recibió una sentencia de prisión suspendida. Y como aquella historia en la que enamoró a Sherezade (Bergüzar Korel) en la pantalla y la vida real, su nombre volvió a estar en el centro de la escena.

En medio del estupor del caso, los recuerdos volaron hacia aquel culebrón que rediseñó el consumo del género en buena parte del mundo. En Argentina, acostumbrada tanto a producciones locales como de gigantes latinos como Venezuela o México, se estrenó el 5 de enero de 2015 y fue un éxito tan inesperado como rotundo. Superó los 20 puntos de audiencia, marcó uno de los últimos sucesos populares de la televisión que conocimos y generó un fenómeno cultural en torno al universo otomano, mientras la verdadera historia de amor de sus protagonistas se desarrollaba también detrás de de las cámaras.

A lo largo de los años, la realación de Halit Ergenç (Onur) y Bergüzar Korel (Sherezade) ha trascendido la ficción, convirtiéndose en un ejemplo de perseverancia y compromiso. Su relación, forjada entre los decorados de una historia sin tiempo y consolidada en la vida real, sigue inspirando a seguidores en Turquía, en Argentina y en otros países donde la telenovela dejó huella.

Las mil y una noches se convirtió en la telenovela más vista de la televisión argentina en 2015, superando a producciones locales en horario estelar

Según un informe de Concept Media citado por DossierNet, publicado en el mes de marzo de 2015, la telenovela turca se consolidó como el programa más visto en la televisión argentina durante el verano de ese año, desplazando incluso a producciones locales de horario estelar.

El análisis incluyó el seguimiento de los ratings, entrevistas en línea a televidentes y la revisión de comentarios en foros. De acuerdo con los datos recogidos, desde su estreno en los primeros días de enero, Las mil y una noches sorprendió por su rápida aceptación. El Trece modificó su programación para otorgarle el horario central de las 22 horas, originalmente reservado para la novela argentina Día & Noche de Pol-Ka.

Bergüzar Korel y Halit Ergenç: un amor que lo superó todo

El informe detalló que el público femenino lideraba la audiencia y, que en los dos primeros meses al aire, promedió 17,24 puntos de rating, unos números muy elevados para el encendido de la época.

A la hora de explicar el éxito de Las mil y una noches, el informe repara en tres factores principales: el atractivo de lo exótico, la fidelidad a la estructura clásica de la telenovela y la manera en que aborda las relaciones entre los sexos.

El público femenino lideró la audiencia de Las mil y una noches, con ratings que alcanzaron picos de 20 puntos durante su emisión en Argentina

Las entrevistadas destacaron la singularidad del producto, señalando que la serie resulta “muy atractiva e interesante para ver”, y valoraron especialmente el enfoque costumbrista, la representación de la cultura y los paisajes de Turquía, así como la belleza de los escenarios exteriores.

Comentarios como “me atrapó desde un comienzo, por mostrar la geografía y vistas de la ciudad, la cultura, las costumbres y arquitectura” se repitieron entre las respuestas. Elementos como la gastronomía, las locaciones y los nombres de los personajes contribuyen a que el público argentino se acerque a una cultura diferente, sin que esta resulte completamente ajena. Una forma de viajar y conocer un destino tan atractivo como lejano, anticipándose al fenómeno multirregional de las plataformas.

El informe subrayó que el exotismo de la serie se percibe como cercano, ya que los personajes se desenvuelven en situaciones reconocibles para la audiencia local, como la ostentación de riqueza y poder, el uso de autos de alta gama y la vida en mansiones lujosas. Sin embargo, los detalles cotidianos y las interacciones entre los personajes permiten observar diferencias culturales.

La historia de amor entre Halit Ergenç y Bergüzar Korel, protagonistas de Las mil y una noches, cautivó a la audiencia dentro y fuera de la pantalla

En cuanto a la estructura narrativa, Las mil y una noches mantiene el formato clásico de la telenovela, centrado en una historia de amor marcada por separaciones y reencuentros, impulsados por las pasiones y el destino.

Una de las entrevistadas valoró que la serie “sigue con la misma trama de novela”, a diferencia de otras producciones que mezclan géneros y pierden coherencia argumental. Las imágenes de Estambul, ciudad que une dos continentes, funcionan como metáfora de la tensión entre la unión y la separación que atraviesa a los protagonistas.

El ritmo narrativo de la telenovela generó opiniones divididas. Algunas televidentes señalaron que las situaciones avanzan con lentitud, lo que puede resultar frustrante, aunque muchas continúan viendo la serie con la esperanza de que la trama se agilice. Otras valoraron este ritmo pausado, destacando que “resalta mucho las miradas y gestos” y que “es distinta a las que vemos en Argentina, tiene otra cultura y tiempos”.

La música y el ritmo narrativo pausado de la serie generaron opiniones divididas, pero contribuyeron a la emoción y el enganche del público

El análisis del montaje de varios capítulos, según DossierNet, mostró que la música se utiliza como elemento de continuidad, manteniéndose a lo largo de diferentes escenas y secuencias. La banda sonora imprime un ritmo regular y uniforme, que genera un efecto tranquilizador y contrasta con las tensiones de la trama. Este uso de la música difiere de las ficciones locales, donde los cambios de ritmo buscan intensificar el drama y la tensión narrativa.

El tratamiento de las relaciones entre hombres y mujeres en la serie también fue objeto de debate. Algunas críticas acusaron a la novela de legitimar una sociedad machista y patriarcal, pero el informe observó que la rigidez del contexto social resalta a los personajes que desafían los roles tradicionales y buscan un destino diferente. Muchas televidentes valoraron aspectos considerados conservadores, como la discreción en las escenas de amor y la ausencia de desnudos, violencia o lenguaje vulgar.

Comentarios como “en las escenas de amor no es necesario mostrar, ya que con insinuar es suficiente” y “esto prueba que una serie o novela puede ser exitosa sin necesidad de golpes bajos, desnudos, malas palabras…” reflejan un cansancio ante la crudeza de otras producciones y el deseo de una visión más romántica e idealizada de las relaciones. Este enfoque facilitó la posibilidad de compartir la telenovela en familia, otro aspecto valorado.

El atractivo de lo exótico, la fidelidad al formato clásico y el enfoque en las relaciones de género explican el éxito de la telenovela turca

Varias entrevistadas mencionaron que disfrutan verla junto a sus hijos y parejas, y que la serie logró captar la atención de miembros de la familia que habitualmente no seguían el género. “Es la primera vez que mi marido se engancha con una novela, y podemos mirarla juntos”, relató una de ellas. El fenómeno de Las mil y una noches también permite extraer conclusiones sobre la sociedad argentina. El segmento de audiencia que lidera los ratings valora la existencia de normas claras y un marco de respeto en las relaciones interpersonales, así como la contención de los conflictos dentro de límites que no los llevan a extremos trágicos.

La telenovela turca, al combinar elementos tradicionales con una mirada a otra cultura, logró captar la atención de un público amplio y diverso, y se consolidó como un fenómeno televisivo que trasciende fronteras y refleja tanto las aspiraciones como las inquietudes de su audiencia. Y también abrió caminos para que otras producciones exitosas, como ¿Qué culpa tiene Fatmagül?, Mi vida eres tú y Todo por mi hija desembarcaran en el país con éxito similar.

Pero ninguna replicó el impacto de Las mil y una noches. Además del plus de haber sido pionera, sumó el ingrediente decisivo de que sus protagonistas se convirtieron en parejas en la vida real. Y hoy, a diez años de su estreno en el país y a dieciséis de su primera emisión en su país de origen, Onur y Sherezade vuelven a ocupar los titulares de la prensa, aunque esta vez por el problema legal que transita el actor. Una historia que no se le ocurrió ni al mejor guionista.