Desde hace unos meses Luis Ventura recibe amenazas de muerte en su celular. Una de las más graves, que forma parta de una investigación que se encuentra realizando la justicia, se dio por la amenaza de bomba que recibió el edificio de la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas (Aptra), entidad de la que es presidente.

Este viernes en A la tarde (América), el periodista aseguró que volvió a recibir mensajes intimidatorios. “Anoche recibí la octava amenaza. Es más de lo mismo. El mismo tipo. El mismo tenor”, se sinceró, momento en el que le pidió a Karina Mazzocco, la conductora del ciclo, que lea lo que recibió. “Uy, qué feo, che. Arranca muy feo. Todo mal”, fue la primera reacción de la animadora al ver la grave intimación que recibió.

“Rata judía, seguís hablando cagadas en la tele. ¿Sabés quién soy yo? El terror de los pasillos del Fuerte Apache. Me dicen El Caimán. Hace dos meses me escapé del penal de Ezeiza con mi compa de celda, que le decía El Carnicero, porque con los restos de los traidores del pabellón hacíamos un terrible asado”, aparece en el mensaje que el conductor de Secretos verdaderos hizo público.

“Vos, gordo, me tenés los huevos por el piso y te vamos a hacer osobuco a vos, gordo judío”, continuó. “Te cuento mi prontuario para que sepas con el pesadito que te estás metiendo. Organizamos cortes de ruta, robamos blindados, organizamos fugas en las cárceles, organizamos saqueos en supermercados, causamos incendios en la Patagonia, rompemos silobolsas y atracamos bancos”, enumeró el agresor, en una extensa amenaza.

El periodista no respondió sobre cuál sería la causa sobre la que piden por su silencio, y la unió al episodio en Aptra que se vivió en el barrio de Balvanera. “Juntaron las causas con la de aquella aparición de una carcasa de mortero en Aptra. Ahí sí hay una persona detenida de 53 años con un prontuario. Creo que tenía un prontuario de 14 muertes y había sido integrante de una célula terrorista peruana, de Sendero luminoso, que es muy fuerte”, aseveró.

Así fue el operativo policial tras la amenaza de bomba en Aptra

A principios de mayo Luis Ventura reveló detalles preocupantes acerca de la amenaza de bomba en las cercanías de Aptra. Explicó que un vecino del área fue identificado y su domicilio fue allanado, encontrándose elementos bélicos. “Se ubicó a la persona que depositó al lado del basurero, sobre Saavedra al 200, una bala de mortero con un tamaño considerable y con perdigones”, relató. Aunque la bala de mortero no estaba en condiciones de explotar, la presencia de perdigones llevó a la evacuación de los residentes desde Avenida Belgrano hasta Avenida Rivadavia, cubriendo cuatro cuadras.

La investigación, conducida por la División Explosivos de la Policía de la Ciudad, utilizó grabaciones de cámaras de seguridad para determinar que un vecino colocó la bala cerca del contenedor de basura frente a la entrada de la entidad, evitando potenciales riesgos mayores. Tras localizar al individuo, la policía llevó a cabo un allanamiento en su residencia, donde supuestamente habría otros objetos de guerra aún no justificados.

La situación se intensificó cuando una vecina presentó la denuncia y atestiguó la rápida reacción policial, con varios móviles presentes en pocos minutos. Ventura también mencionó que tras el hallazgo, hubo relatos confusos sobre una explosión y otras granadas, las cuales fueron descartadas por las autoridades.

Cabe resaltar que en medio de esta situación, Jimmy Castilhos, exmarido de Carlos Perciavalle, afirmó haber recibido amenazas, señalando que una de ellas podría haber sido dirigida a Ventura. Este último se encontraba en el edificio de Aptra cuando se produjo el incidente, siendo advertido por teléfono debido a asuntos familiares que lo mantenían fuera de escena inicialmente.

Ventura recordó que los vecinos habían descubierto las granadas y escucharon un estallido dentro de los contenedores, encontrando además un misil inactivo a pasos de la entrada de la asociación, según las primeras informaciones sobre lo sucedido. Estos eventos despertaron miedo y preocupación tanto en la comunidad periodística como entre los residentes del área.