Luego del velatorio en una sala de Villa Crespo, René Bertrand tuvo su último adiós en el Cementerio de Chacarita. El actor y director, con una vida ligada al espectáculo, falleció repentinamente a los 53 años y su ausencia dejó un vacío que ya se siente en el ambiente.
Por la sala velatoria pasaron compañeros de Bertrand en diferentes etapas de su carrera, como Carmen Barbieri, Gabriel Goity, Larry de Clay, Paula Volpe, Ana Acosta y Claudio Rico, entre otros. Y esta mañana, con un sol que entibió el clima helado del invierno porteño, el hijo de César Bertrand y María Rosa Fugazot, protagonista de recordados títulos de revista como El champán las pone mimosas o Le referí Cornud tuvo su despedida final junto a los más íntimos.
Los saludos y la contención se repartieron entre las dos mujeres más importantes en la vida de Bertrand. Por un lado, su madre, estoica desde el momento que se conoció la noticia. Y por otro, Belén Giménez, su viuda y madre de sus hijos, quien lloró desconsolada durante toda la mañana y quien no pudo acompañar a su marido en sus últimos días por atravesar un fuerte cuadro gripal.
Por este motivo, la actriz no había dado testimonios ni realizado apariciones públicas hasta este momento. Por ello, sus lágrimas conmovieron aún más entre la tristeza que reinó en todo el cortejo, que pasó por la capilla y siguió hasta el crematorio. A su lado, el consuelo de Paula Volpe, quien compartió cartel con ellos el verano pasado en Carlos Paz, replicando ese abrazo que tantas veces se dieron en el escenario, ahora replicado desde lo más profundo de sus sentimientos.
Una historia de amor a pesar de todo
René Bertrand y Belén Giménez se conocieron durante una gira teatral por la Costa Atlántica en 2009, cuando ambos formaban parte del elenco de la comedia Le referí Cornud, donde también actuaba María Rosa Fugazot. El vínculo entre ellos se consolidó rápidamente y la relación, que pudo haberse limitado a una historia pasajera, encontró sustento en la vida cotidiana y en la pasión compartida por el teatro.
La pareja no solo construyó una familia junto a sus dos hijos, Sofía y Franco, sino que también forjó una sólida sociedad artística. Compartieron más de diez producciones teatrales, reafirmando la complicidad tanto en el trabajo como en su vida personal. Este vínculo se reflejaba en gestos cotidianos y en publicaciones públicas donde celebraban sus aniversarios y los logros familiares. En redes sociales, Belén expresaba con frecuencia mensajes afectuosos dedicados a su esposo, describiendo momentos de felicidad compartida y agradecimiento por los años vividos juntos.
El compromiso se reforzó con el casamiento religioso en mayo de 2016, fecha que recordarían año tras año como símbolo de su unión. René también dedicaba palabras de reconocimiento y cariño a Belén, como en el último Día de la Madre, cuando destacó su rol como compañera y madre de sus hijos, resaltando la importancia de su presencia en la vida familiar.
En el ámbito teatral, continuaron trabajando juntos hasta el último verano, con obras como P.O.C.O, Nadie es capaz de tanto y Switch, demostrando que el arte fue parte central de su historia personal. La pareja proyectaba nuevos desafíos artísticos, y aunque la vida de René concluyó inesperadamente, el legado de su unión y su trabajo en conjunto persistirá tanto en su familia como en el escenario.
Fotos: RS Fotos