La falta de acumulación de reservas preocupan a las consultoras y desalientan a inversores (REUTERS)

Los inversores argentinos siguen concentrados en las elecciones legislativas de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Después vendrán las de medio término, per ese mes será un buen test de orientación para ver si hay lugar para asumir riesgos en los mercados.

Hoy la Argentina no está en la mira de inversores locales y extranjeros, aunque en la región se han vertido cientos de miles de millones de dólares tras la caída del dólar y los Bonos del Tesoro en el mundo, comprando títulos soberanos por renta y por bajo riesgo. La argentina estuvo de moda hasta la primera semana de enero; hasta los bonos provinciales fueron objeto de su afecto. Luego, los fondos del exterior moderaron sus apuestas y después vino el olvido. Una vista de lo que sucedió lo refleja el hecho de que el 3 de enero fue el día en que la Argentina estuvo a punto de perforar el piso de 600 puntos cuando llegó a 609 puntos básicos. Nunca volvió a ese registro. Es más, desde el 4 al 8 de abril el dólar estuvo por encima de los 900 puntos hasta un máximo de 978 puntos básicos. Fue el momento en que los inversores del exterior decidieron vender Argentina para aliviar de riesgo sus carteras.

El nivel actual de 688 puntos básicos es una foto exacta. No está en niveles alarmantes, pero tampoco en condiciones de ingresar al mercado internacional de capitales. Hay incertidumbre por el corto plazo.

La situación política y el incumplimiento de la meta de reservas (tiene hasta el 13 de junio para conseguir USD 4.000 millones), son las asignaturas pendientes. El país pedirá el waiver (perdón) contemplado en el primer tramo del préstamo del FMI, algo que fue casi un hábito en los créditos a anteriores gobiernos. Pero ocurre que durante la gestión de Alberto Fernández se salió del default huyendo hacia adelante y dejando voluminosos vencimientos a partir de 2025. Por eso, 2026 será un año de esfuerzos. Hoy la caja permite cubrir vencimientos hasta la primera parte del año próximo. Esto explica el reclamo de mayores reservas.

Las consultoras tomaron nota y en sus informes resaltaron distintas preocupaciones.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva (REUTER)

Por caso, ESEADE, en un informe de Iván Cachanosky, su director del departamento de Economía y Ciencias Sociales, advierte que “los préstamos financieros desaceleraron en línea con la desaceleración de los préstamos en dólares, aunque siguieron jugando de manera positiva, a contramano de lo que sucedió a partir de mediados de 2019. En abril hubo una entrada neta de dólares por USD 631 millones, acelerándose respecto a marzo, aunque menor respecto al promedio mensual entre octubre y febrero. El Gobierno lanzó nuevas medidas para incentivar a la gente a usar los dólares del colchón y que eso empuje a la actividad económica y aumentar los depósitos en dólares y, en consecuencia, los préstamos financieros. Si bien las medidas nos parecen correctas, dudamos de que tenga un impacto en el corto plazo más allá de agilizar procesos”.

Sobre la posibilidad de que no acumule dólares para aumentar las reservas de libre disponibilidad, el informe de ESEADE remarca que es por esa razón que “la demanda de dólares está en niveles altos, aunque no es nada que no hubiésemos esperado en esta situación. Nuestro escenario base supone que la oferta de dólares, luego de la cosecha, se dilatará, aunque parcialmente compensada por una mayor oferta de energía luego del invierno. La demanda de dólares continuará y se acelerará a medida que nos acerquemos a las elecciones, llevando el tipo de cambio un poco más arriba del centro de la banda, aunque sin tocar el techo. La depreciación del tipo de cambio real mejoraría la balanza comercial, desincentivando importaciones, y mejorando la balanza de servicios a un déficit mensual de USD 600/700 millones. En este sentido, a fin de año el tipo de cambio se ubicaría en $1.350 / $1.400 con una inflación en torno al 27%-29%”.

La demanda de dólares está en niveles altos (REUTERS)

Para la consultora 1816 “la elección del 7 de setiembre en la provincia de Buenos Aires se vuelve clave para el mercado. La provincia representa 37% del padrón nacional y la Tercera Sección sola explica el 12,9% del electorado del país (más que cualquier provincia salvo PBA). En las últimas 2 elecciones de medio término (2017 con CFK vs Bullrich y 2021 con Tolosa Paz vs Santilli), el kirchnerismo perdió en 7 de las 8 secciones electorales, pero ganó por al menos 10 puntos en la Tercera. En las presidenciales 2023, la suma de Milei y Bullrich tuvo 7 puntos menos de votos que Massa en la Tercera. Cristina juega de local allí, de modo que, salvo una catástrofe del PJ, debería obtener el primer puesto ¿El único primer puesto del PJ en PBA como en 2017 y 2021? ¿Massa irá a la Primera, como dice la prensa? (en el balotaje de 2023 le ganó a Milei solo en la Tercera y la Primera)”.

Sobre las reservas, la consultora opina que “luego del BONTE 2030 y asumiendo el repo de USD 2.000 millones, todavía faltan USD 4.000 millones para alcanzar la meta del 13 de junio, por lo que la supuesta prórroga hasta fin de julio le da tiempo al Tesoro para volver al mercado”.

Con este panorama, se pueden ver las preocupaciones de los inversores. En tanto, en el after market de anoche los tres principales índices de las Bolsas de Nueva York estaban negativos en hasta 0,25%. El oro también caía (-0,25%), lo mismo que el petróleo.

Los tres principales índices de las Bolsas de Nueva York estaban negativos en hasta 0,25% (EFE)

La rueda de hoy puede ser de cautela. Las leves subas del viernes hablan de compradores de oportunidad. No aparecen en el horizonte estímulos para la resurrección de acciones y bonos.