
La acumulación de reservas continúa en el primer lugar del ranking de preocupación de las consultoras. Es un paso difícil, más por el 2,5% de inflación de noviembre. Comprar dólares significa volcar más pesos al mercado.
El Gobierno imaginó hace tiempo que a esta altura del año la inflación sería menor. Ahora le preocupa que liberar pesos impacte en los precios.
Las esperanzas de conseguir dólares son ciertas: el gobierno en pocos días anunciará que consiguió los fondos para pagar los vencimientos de enero.
Luz amarilla
Mientras, los informes analizan lo que viene. EconViews, que dirige Miguel Kiguel, vio en el dato de inflación una luz amarilla. “No es alarmante por ahora, aunque la tendencia de los últimos seis meses viene siendo claramente al alza. La inflación núcleo, que marca la dinámica más estructural, subió a 2.6%, el nivel más alto desde abril, y la variación interanual se aceleró por primera vez en la era Milei”, notó en su informe. “El dólar, que en un primer momento se atrasó y ayudó a bajar la inflación, y que luego se ajustó a partir de julio, explica en gran parte el rebote. Pero sería un error volver a atrasarlo: implicaría pan para hoy y hambre para mañana y mantendría viva la inercia”.
Según la consultora, “todo indica que el principal instrumento (el ancla nominal del programa) sigue siendo el tipo de cambio, esta vez a través del techo de la banda, que se mueve al 1% mensual. El problema es que la credibilidad de esa banda es frágil. En momentos en que el Banco Central necesita comprar reservas, tiene poco poder de fuego para enfrentar una eventual corrida. Esto se vuelve más crítico si, como parece ser el caso, el Tesoro de EEUU no está dispuesto a seguir comprando pesos mediante el swap de monedas, y si el FMI continúa presionando para que el Central compre dólares en el mercado”.
En otras palabras, para EconViews el tipo de cambio puede seguir siendo el ancla “siempre y cuando la sociedad crea que se mantendrá estable; en ese caso, el BCRA puede sostener su política monetaria expansiva y acompañar la recuperación del crédito”. Pero también, advierte, “existen otros escenarios: que el tipo de cambio vuelva a atrasarse porque los precios suben más rápido, o que al Gobierno se le dificulte emitir deuda y, en consecuencia, el Banco Central no logre acumular suficientes reservas”.
Duro de bajar
Según el informe, “esta fragilidad ayuda a explicar por qué el riesgo país sigue en niveles altos, incluso después del triunfo de Milei, del fortalecimiento político del Gobierno y de la primera emisión en dólares en el mercado local en más de seis años. Los inversores perciben que, con el esquema actual, será difícil acumular reservas y avanzar hacia un levantamiento del cepo”.

La consultora FMyA que dirige Fernando Marull, advierte que en un contexto global positivo, siguió la calma en el mercado local. “Con el dólar estable en torno a $1.440, sin mucha demanda privada, aceleró el Tesoro a recomprar (compró USD 360 millones esta semana). Aun con las tasas de interés bajando a 25% anual, más en línea con la inflación esperada para diciembre (2,1%), el dólar debería seguir tranquilo las próximas semanas y las tasas dejarían de bajar”, precisó.
En cuanto al pago de la deuda, la consultora recordó que “el 9 de enero hay que pagar USD 4.200 millones de bonos; por lo que le faltan USD 3.300 millones si no quiere usar reservas netas (que son casi cero); es posible que en estas semanas anuncien un REPO (Caputo dijo que bancos le ofrecieron hasta USD 7.000 millones) u otro Bono offshore (BONTE 2030)”. Y sobre el comportamiento de la economía FMyA apuntó: “las semanas post elecciones fueron buenas a nivel financiero, pero bastante flojas en la economía real.
De hecho, sigue el informe, “los datos de actividad de noviembre fueron bastante negativos; reflejando que la menor incertidumbre no se trasladó a mayor consumo e inversión. Puede ser el efecto cierre de año y un dato de inflación algo mayor, de 2.5%. Igual, como contamos en el Webinar de Proyecciones trimestrales, somos optimistas para 2026, con un PBI en +4,7% (vs +4,5% en 2025) y la inflación bajando a 20% (vs 30.5% en 2025)”.
Sensaciones mixtas
Por su parte F2, que dirige Andrés Reschini, opinó que la Argentina “deja atrás una semana con una licitación de deuda en dólares con sensaciones mixtas ya que por un lado el mercado ve con buenos ojos que se haya abierto una nuevo canal de financiamiento en moneda extranjera, pero, por el otro, entiende que, por ahora, ha encontrado un límite dado que difícilmente pueda volver a realizar una colocación de este tipo sin nuevos drivers que la apuntalen”.
Las compras de divisas del Tesoro de la semana, sigue el informe, “si bien no son suficientes para asegurar el pago a los tenedores de deuda en moneda extranjera endulzan al mercado. La demanda estacional de pesos comenzó a traccionar y posiblemente el Ministerio de Economía se haya apoyado en esto para colocarse del lado de la demanda. A su vez, el vicepresidente del BCRA adelantó que la dolarización de carteras habría comenzado a revertirse en noviembre y que la demanda de divisas para atesoramiento se habría desplomado en el mismo mes desde los USD 4.600 millones en setiembre a USD 200 millones. De continuar con bajos niveles de demanda para atesoramiento puede abrirse una ventana para que el Tesoro acelere las compras”. Y respecto de la inflación asegura que impacta “un tipo de cambio real más apreciado y para sostenernos más caros, debemos ser mejores. La llave la tiene la política y las reformas que están en danza en el Congreso”.
Con un mercado de cambios relativamente calmo, se esperan precisiones acerca de cómo se financiará el saldo del pago de deuda en moneda extranjera de enero que no fue cubierto por el AN29, dado que no parece haber espacio para volver a colocar deuda en dólares, de momento. Y mrando al mediano plazo, remata F2, “el mercado tiene un ojo puesto en el tratamiento de las reformas que son las que pueden mejorar las expectativas y hacer a Argentina un destino más atractivo para inversiones”.
Econométrica destacó que el Gobierno logró sumar USD 700 millones por la primera privatización de cuatro represas hidroeléctricas sobre los ríos Limay y Neuquén. “Se suma que el Tesoro también está comprando dólares en el mercado cambiario. Si bien todavía falta cubrir la mitad del vencimiento de enero, el mercado no duda de la capacidad de pago del Gobierno dado que dispone de USD 15.000 millones de reservas de libre disponibilidad tras el préstamo del FMI, además del swap de Estados Unidos por otros USD 17.500 millones adicionales”, dice el informe, en el que la consultora también indicó que para lograr una reducción más ráída del riesgo país,» el Gobierno acelera nuevas privatizaciones y la agenda legislativa (Presupuesto 2026, la flamante reforma laboral, etc.), además anunció una nueva reducción de las retenciones sumó nuevos proyectos aprobados al RIGI, y en enero quita una nueva capa al CEPO, al habilitar el giro de utilidades y dividendos después de 6 años”.
1816 también se ocupó de las reservas y el pago de la deuda. “Veeremos en las próximas semanas cómo se financia la Argentina, si es vía BCRA o vía Tesoro (en el segundo caso el fisco debería luego comprarle dólares al Central) y si se requerirán garantías (parece probable a esta altura). La liberación de las cuentas CERA (que, según ARCA, tenían USD 24.467 millones en junio 2025) agrega una incógnita a la performance de los bonos argentinos a comienzos de 2026 (lo positivo es que, dado el éxito del REIBP, esta vez no deberíamos ver un efecto negativo por Bienes Personales en enero )”, subrayó.
Critpo crítica
El informe de Buenbit sobre el Bitcoin, que volvió a perforar el piso de USD 90 mil y anoche operaba a USD 88.400 con tendencia a la baja, señala que la cripto divisa “sigue atrapada en una fase de consolidación estratégica después de que la Reserva Federal confirmara un recorte de tasas que el mercado ya tenía descontado. Más que precios, lo que movió el humor fue el mensaje: una Fed menos inclinada a recortar agresivamente en 2026 y una postura de pausa temprana. Eso, combinado con un riesgo global todavía elevado y flujos institucionales que apenas rozan el positivo, deja al BTC en un rango muy definido, con alta probabilidad de ruptura técnica en las próximas semanas si se activan los catalizadores adecuados”.
Sucede, explica Buenbit, que cuando la Fed recorta 25 puntos básicos, tal como se esperaba, pero al mismo tiempo sugiere una pausa y desacelera las expectativas de alivio futuro, “el mercado no celebra: se estabiliza; Bitcoin reaccionó con una pausa técnica, reflejando que las tasas ya estaban incorporadas y que el driver macro ahora es el tono, no los números. Este es un primer síntoma clásico: cuando la narrativa macro se vuelve neutral, los mercados de riesgo tienden a consolidar en lugar de dispararse. El recorte fue necesario pero insuficiente para romper el statu quo. Esa dinámica encaja con un escenario de corto plazo donde BTC lateraliza con sesgo alcista suave. No hay derrumbes, pero tampoco corre como si todo estuviera resuelto”.
La de hoy no pinta para ser una buena rueda, por las señales que vienen del exterior. Las Bolsas de Nueva York estaban en decidida caída de más de 1%, acompañadas de las bolsas europeas. Las de Oriente estaban en plena operación con leves verdes generalizados. El oro acentuaba su consideración de refugio y subía 0,35% al tiempo que caían casi todas las materias primas incluyendo al petróleo, el maíz, la soja y el trigo.