Para Kevin O’Leary, el inversor y empresario conocido por su participación en Shark Tank, el éxito financiero no es cuestión de suerte, sino de hábitos simples aplicados con disciplina.
En una entrevista con The Diary Of A CEO, explicó que el autocontrol diario y la diversificación inteligente son los pilares que sostuvieron su estabilidad económica durante décadas.
“La disciplina es la clave de la creación de riqueza”, afirmó, al destacar que decisiones como no gastar más de lo que se gana, invertir regularmente y repartir riesgos pueden marcar la diferencia entre la independencia financiera y la deuda crónica.
El modelo familiar
Buena parte de su filosofía proviene de su madre, Georgette O’Leary, quien destinaba el 20% de su salario a inversiones estables: acciones con dividendos y bonos a largo plazo. Su método se basaba en una regla invariable, no más del 5% en un solo activo ni más del 20% en un sector. “Cuando vi los resultados después de 55 años, supe que así iba a invertir el resto de mi vida”, relató O’Leary.
El empresario adoptó ese enfoque, priorizando siempre la conservación del capital y el uso exclusivo de intereses y dividendos. Aconseja replicarlo sin importar el nivel de ingresos: “Si todos los que escuchan hacen esto, tendrán más de un millón y medio de dólares”.
El matrimonio y el dinero: una empresa conjunta
“La mayoría de los matrimonios pueden sobrevivir a la infidelidad, pero no al estrés financiero”, afirmó O’Leary, quien considera la elección de pareja como la decisión económica más importante de la vida. Según su experiencia, cerca del 90% de las separaciones se deben a problemas de dinero.
Sugiere hablar de finanzas desde el inicio de una relación, hacer una evaluación honesta de los hábitos del otro y considerar acuerdos prenupciales.
“Cásate con alguien que sepa vivir con menos de lo que gana”, aconseja, en referencia a personas que gastan con moderación y viven dentro de sus posibilidades.
¿Emprender o no?
Contrario a la visión romántica del emprendimiento, O’Leary estima que solo un tercio de las personas tiene el perfil adecuado: tolerancia al riesgo, enfoque y resiliencia. El resto puede desarrollar carreras satisfactorias como empleados sin asumir las exigencias del emprendedor.
Recomienda trabajar al menos dos años en el sector antes de lanzar un proyecto propio, y concentrarse en pocas tareas clave por día, minimizando distracciones.
Inversión diversificada, no especulativa
Además de acciones y bonos, O’Leary incluye en su portafolio bienes raíces, criptomonedas, oro y relojes de colección, siempre bajo su regla de no superar el 5% por activo ni el 20% por sector.
En el caso de los criptoactivos, mantiene una exposición limitada y destaca el valor de entender su uso práctico más allá de la especulación.
Tecnología, autenticidad y propósito
O’Leary considera que la inteligencia artificial representa una oportunidad económica mayor que internet, al transformar industrias enteras y reducir costos. En su experiencia, la adopción de IA optimizó procesos y mejoró la toma de decisiones en sus empresas.
En cuanto al liderazgo, sostiene que lo importante no es agradar, es ejecutar. Promueve la transparencia y desaconseja respaldar productos que uno no usa: la reputación, dijo, se construye con autenticidad y se pierde con una sola incoherencia.
Disciplina como camino
“La felicidad es lograr consistentemente tus objetivos”, concluyó en The Diary Of A CEO. Más que acumular riqueza, O’Leary valora la claridad de metas, la constancia y los límites firmes. Su mensaje es directo: la estabilidad financiera no depende de ingresos extraordinarios, sino de reglas claras, decisiones conscientes y compromiso diario.