La lactancia materna permanece como uno de los ejes fundamentales de la salud pública infantil. Reconocida por la OMS como el alimento más seguro y completo durante los primeros meses de vida, su impacto trasciende la protección frente a enfermedades, favoreciendo tanto el desarrollo físico como el bienestar emocional de las madres.
Durante la más reciente declaración por la Semana Mundial de la Lactancia Materna, el director general de la OMS, Tedros Adhanom, y la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, calificaron la leche materna como la “primera vacuna del lactante” debido a su capacidad para prevenir enfermedades como la diarrea y la neumonía.
Pese a los avances y campañas, la lactancia materna exclusiva aún no alcanza los niveles esperados. De acuerdo con la OMS, solo el 48% de los niños menores de seis meses en el mundo reciben alimentación exclusiva con leche materna; la meta internacional fijada para 2030 es del 60%.
En Colombia, el Ministerio de Salud reporta que únicamente 56 de cada 100 recién nacidos inician la lactancia durante la llamada ‘hora de oro’ (los primeros 60 minutos después del parto), un momento clave para fortalecer el sistema inmunológico del bebé.
La baja tasa de lactancia exclusiva tiene consecuencias directas en la salud de los niños. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS), durante la semana epidemiológica 11 de 2025 se notificaron 42 muertes probables por desnutrición aguda en menores de cinco años, con tres casos ya confirmados y otros 37 en estudio.
Frente a esta realidad, especialistas de la EPS Famisanar insisten en que la continuidad de los cuidados maternos y la prolongación de la lactancia son herramientas fundamentales no solo para proteger al bebé de enfermedades, sino también para prevenir la desnutrición y fortalecer el vínculo afectivo entre madre e hijo.
Beneficios de la lactancia para madre y bebé
De acuerdo con expertos de EPS Famisanar, la leche materna es un alimento biológicamente activo. Contiene macronutrientes (carbohidratos, grasas y proteínas) en proporciones ideales, así como vitaminas, minerales, hormonas y anticuerpos. Su composición logra:
- Nutrir al bebé para garantizar un crecimiento saludable.
- Protegerlo contra infecciones respiratorias, diarreas y otitis.
- Disminuir el riesgo de sobrepeso infantil hasta en un 12%.
- Mejorar el desarrollo cognitivo, sumando hasta cinco puntos en pruebas de inteligencia.
Las madres, por su parte, pueden experimentar una reducción en el riesgo de cáncer de mama y ovario, menor incidencia de hemorragias posparto, menor probabilidad de infarto y diabetes tipo 2, y beneficios en el equilibrio hormonal que fortalecen su bienestar emocional y el apego con su hijo.
El mensaje global de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, bajo el lema ‘Dar prioridad a la lactancia materna: crear sistemas de apoyo sostenibles’, posiciona esta práctica como una cuestión de salud familiar y también de sostenibilidad ambiental, frente al impacto de los sucedáneos e insumos industriales.
¿Cómo amamantar correctamente?
Asegurar una técnica correcta de amamantamiento facilita el proceso para madre y bebé, previniendo molestias y problemas como grietas, mastitis o agarres ineficaces. Expertos de Famisanar recomiendan:
- Sentarse con una espalda bien apoyada y brazos y pies firmes.
- Colocar una almohada bajo el bebé para alinearlo con el pecho, evitando tensión en la espalda.
- Ubicar al bebé de costado, nariz frente al pezón, con cabeza, cuello y tronco alineados; su abdomen en contacto con el de la madre.
- Rozar suavemente el pezón sobre el labio superior del bebé hasta que abra bien la boca y busque un agarre profundo.
- Procurar que la boca del bebé abarque la areola y que la barbilla toque el pecho, con el labio inferior hacia afuera.
- Observar una succión rítmica y sostenida y escuchar las degluciones.
- Si aparece dolor o un agarre superficial, retirar al bebé con delicadeza y volver a intentarlo.
- Favorecer el contacto piel a piel siempre que sea posible, ya que incrementa la liberación de oxitocina y fortalece el vínculo.
Señales de alerta en el momento de amamantar
Aunque una técnica adecuada disminuye los riesgos, conviene prestar atención a señales que pueden requerir asesoría profesional.
En la madre: dolor intenso, enrojecimiento, endurecimiento, fiebre o grietas. En el bebé: pérdida de peso, menos pañales mojados, irritabilidad, letargo o dificultad para agarrar.
Expertos de la EPS recomiendan, ante cualquiera de estos síntomas, buscar atención médica para recibir orientación especializada. El apoyo del entorno familiar y la red de cuidadores resulta determinante: contribuir con tareas del hogar y soporte emocional permite a la madre enfocarse en la lactancia, reduciendo estrés y mejorando la producción de leche.
Famisanar dispone de líneas de orientación especializada (601 307 8069 | 01 8000 116 662) y atención específica para afiliadas PAC (318 330 5616 | gestantesyreciennacidospac@famisanar.com.co), garantizando respaldo durante todo el proceso de lactancia materna.