El dólar encontró un freno con las altas tasas de interés, pero se resiente la actividad.

El preludio de las cruciales elecciones legislativas se volvió un período de zozobra en el mercado financiero. El objetivo de mantener estabilizado al dólar a través de la regulación monetaria impulsó una muy alta volatilidad de las tasas de interés del sistema que los analistas advierten podría impactar en la actividad económica.

La falta de liquidez puntual de algunos bancos disparó este martes a las tasas a máximos de 80% nominal anual para los REPO (préstamos garantizados en un activo como bonos, con compromiso de recompra) y 52% en las posiciones más cortas de dólar futuro, similar a las tasas de Lecap en el mercado secundario.

Si se tienen como referencia las proyecciones de inflación para los próximos doce meses, en el 21% según el último REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) del Banco Central, se trata de tasas reales positivas y muy altas.

Estas tasas altas también están siendo convalidadas en las operaciones de cauciones bursátiles entre privados, con rendimientos ahora de 50% nominal anual a un día de plazo -llegaron a superar el 70% en la última hora de negocios-, y a 47% a siete días, cifras que permiten anticipar el nivel de tasas que avalaría el Tesoro en las licitaciones de bonos de corto plazo de agosto.

Un mes de volatilidad de tasas

Con la eliminación de las LEFI (Letras Fiscales de Liquidez) el 10 de julio, el Banco Central liberó cerca de $10 billones al mercado, motor del fuerte salto cambiario de 14% experimentado en julio. A través de dos licitaciones de bonos de corto plazo el Tesoro reabsorbió el excedente, una iniciativa que se complementó con un cambio de composición en los encajes, en un 45%. En efectivo el encaje se elevó del 36 al 40% y la porción integrada con bonos fue reducida del 9 al 5 por ciento. En el caso de los fondos comunes de inversión “money market” en los que invierten las cuentas remuneradas de las billeteras virtuales se duplicaron del 20 al 40 por ciento.

El 18 de julio la tasa de caución tocó un techo de 121%, un pico breve y excepcional, pero que dejó sentada la volatilidad en un nuevo esquema de tasa “endógena” -determinada por los actores del mercado- y no por el Gobierno a través de las LEFI, el extinto instrumento de regulación de liquidez y de rendimientos del sistema.

Ahora, en la zona del 50%, las tasas decrecieron pero quedaron en un umbral muy alto que podría mantenerse hasta las elecciones y encarecer la renovación de los enormes vencimientos de bonos de corto plazo del Tesoro. “Tras una breve pausa, las tasas cortas en moneda local volvieron a escalar con fuerza, en un contexto de marcada escasez de pesos”, indicó Portfolio Personal Inversiones. Apuntó además que “la menor liquidez se trasladó de inmediato a las curvas del mercado secundario”, dado que bancos necesitados de pesos liquidaron bonos para atender las necesidades de su operatoria diaria, lo que impactó en la caída de cotización y la suba de tasas para estos títulos. Esto también demarca el nivel de tasas que le serárequerido al Tesoro en las licitaciones venideras.

Expectativa por la licitación del Tesoro

En medio de un panorama financiero complejo, el Ministerio de Economía inició este lunes la primera licitación del mes para encarar vencimientos en pesos que, en agosto, suman alrededor de $23 billones, que representan más de la mitad de la base monetaria de 43 billones de pesos.

“El objetivo inmediato es cubrir compromisos por casi $15 billones y, al mismo tiempo, limitar la exposición a plazos cortos. La Secretaría de Finanzas dispuso que, de ese total, no más del 50% se concentre en instrumentos con vencimiento inferior a un mes. El resto deberá trasladarse a fechas entre octubre y febrero. Con la licitación del miércoles 13 de agosto, el Tesoro busca refinanciar la Lecap S15G5, cuyo pago estaba previsto para el 18 de agosto, pero se adelanta por el feriado del viernes”, precisó Ignacio Morales, Chief Investments Officer, de Wise Capital.

El costo de aquietar al dólar y mantener a raya la inflación pasa por resignar nivel de actividad debido a las altas tasas

“En relación con el operativo anterior, el esquema presenta cambios: no habrá Lecap con vencimiento el 29 de agosto ni Boncap al 17 de octubre, pero se incorpora una Lecap al 10 de noviembre. También se reintroducen bonos atados al dólar, ahora con plazo al 15 de febrero de 2026, en un contexto donde los precios de dólar futuro para esa fecha superan el techo de la banda cambiaria, lo que podría atraer a inversores que anticipen un cambio de régimen”, acotó Morales.

Desde Max Capital consideraron que “la atención del mercado se centrará no solo en el ratio de rollover, que dependerá de los requisitos de encajes bancarios, sino también en las tasas de interés que el Tesoro esté dispuesto a convalidar, en un contexto donde las tasas nominales en el tramo corto superan el 50% -con capitalización semestral- y las tasas reales, bien medidas, superan el 17% en el tramo corto».

“La política monetaria contractiva ha permitido una apreciación de la moneda, pero tras las elecciones esperamos una postura menos restrictiva y, por ende, una normalización de las tasas domésticas. Mientras tanto, creemos que los bonos ajustados por inflación son el vehículo más atractivo de cara a la licitación, particularmente los de 2026 y 2027″, continuó Max Capital.

Costos y beneficios de las tasas altas

La consecuencia de tasas tan altas es a la vez un dólar que se asienta más cerca de los $1.300, un proceso que también contribuye a moderar la inflación en un período preelectoral sensible a estas variables.

Para el ahorrista el aumento de las tasas redunda en un mayor beneficio para colocaciones a plazo y fijo -ahora por encima del 40%- y también en los FCI (Fondos Comunes de Inversión) que integran su menú con títulos públicos y privados.

Los altos costos de financiamiento también empujan a las empresas a desprenderse de divisas para financiarse, antes que apelar a créditos dentro del sistema ahora con una exigencia de tasas activas que más que duplican la inflación esperada. Por lo tanto, el costo de aquietar al dólar y mantener a raya la inflación pasa por resignar nivel de actividad debido a las altas tasas para financiarse, que limita la inversión.

Un informe de Broda y Asociados indicó que “lo más probable es que el dólar logre estabilizarse, pero la economía real sienta el incremento de las tasas de interés y de su mayor volatilidad. No debe olvidarse que la volatilidad es sinónimo de riesgo, y un contexto en que las tasas a un día valen 10 y al siguiente 100, es esperable que las decisiones de inversión y consumo se resientan. Tampoco ayuda que el Tesoro convalide tasas internas de retorno del 60% para bonos cortos y de 50% para plazos algo mayores. En nuestra opinión, la actividad, que ya dejó atrás el rebote inicial, tiende a amesetarse, sin que puedan descartarse algunos meses en los que el EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) registre alguna leve caída”.

“Si el costo de crédito no baja -algo que difícilmente suceda si la tasa de interés de Lecap no se reduce y los encajes, es decir, el dinero que los bancos tienen a un rendimiento cercano a cero, siguen subiendo-, el deterioro podría profundizarse. En este escenario, las expectativas de actividad para lo que resta del año no son muy promisorias. Lo que estaba estancado o en un retroceso moderado -salarios y cantidad de trabajadores- de mínima no mejoraría en el corto plazo, y lo que venía creciendo y permitiendo que la demanda se mantuviera, el crédito, empezó a encarecerse y por tanto complicarse. Poca paritaria, mucha tasa, ¿poco consumo?“, evaluó un informe de la gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia.

“Con los bancos ajustándose para integrar los numerales necesarios de encaje, la tasa corta alcanzó niveles récord y se empezó a trasladar hacia las tasas de plazo fijo. Se corrió toda la curva y ya con los bancos pagando más largo parece que se empiezan a acomodar para transitar un período mas largo con tasas en estos niveles”, observaron los analistas de MegaQM.

“La suba de la tasa fija de corto plazo generó, vía arbitraje, un aumento de los spreads de la curva CER hasta niveles récord bajo el actual esquema de flotación. Entendemos que estos niveles se pueden sostener mientras exista volatilidad de corto plazo, pero no son de equilibrio”, agregaron.