La residencia de Cleopatra estaba formada por pabellones independientes y jardines frente al mar en Alejandría (Imagen ilustrativa de Infobae)

Tras un largo análisis de los restos arquitectónicos hallados en Alejandría, expertos revelaron detalles acerca de cómo era la residencia de la reina Cleopatra. No consistía en un único sitio, sino en un conjunto de pabellones protegidos por un muro. El lugar donde vivía la emblemática soberana, seguía el modelo de complejos palaciegos.

Según publicó The Conversation, esta disposición fragmentada y protegida respondía tanto a necesidades de seguridad como a una tradición arquitectónica que se desarrolló durante los tres siglos de dominio de la dinastía de los Ptolomeos en Egipto.

Elizabeth Taylor en el rol de Cleopatra (Twentieth Century Fox, 1963)

El palacio de Cleopatra se situaba en la franja costera de Alejandría, justo frente al célebre Faro de Alejandría, lo que permitía a la reina y su corte dominar visualmente la entrada al puerto. Los cambios en la línea de costa y los terremotos ocurridos durante la Edad Media dificultaron el estudio arqueológico de la zona y limitaron la información disponible a cimientos y trazados de muros.

En tanto, las excavaciones en el barrio palaciego aportaron escasos datos materiales, lo que obligó a los especialistas a recurrir a descripciones antiguas y a comparaciones con otras construcciones de la época.

La imagen popular de Cleopatra y su entorno palaciego fue moldeada por la literatura, el cine y el arte, que recurrieron a una amplia variedad de estilos arquitectónicos para recrear su residencia. Según detalló The Conversation, algunos artistas imaginaron el palacio como un templo egipcio similar a los de Tebas, Edfú o Filae, mientras que otros optaron por fachadas con columnas dóricas inspiradas en el Partenón.

Las representaciones visuales oscilaron entre muros decorados al estilo de las tumbas faraónicas y escenas tomadas de la cerámica griega, reflejando la fusión cultural que caracterizaba a la Alejandría de los Ptolomeos.

La escasez de restos arqueológicos obliga a los expertos a recurrir a fuentes antiguas y comparaciones arquitectónicas para reconstruir la residencia ( Litografía de 1846. David Roberts., CC BY)

La escasez de restos directos en Alejandría llevó a los investigadores a buscar paralelismos en otras regiones del Mediterráneo y el Próximo Oriente. El palacio del gobernador romano en Ptolemaida, en la actual costa de Libia, adoptó en el siglo I a.C. los mismos principios arquitectónicos que se atribuyen a la corte alejandrina. Décadas después, en Italia, las residencias de Pompeya exhibieron decoraciones y estructuras similares, coincidiendo con la época de Julio César.

El estilo predominante en estos complejos palaciegos se conoce como barroco helenístico, caracterizado por el uso de capiteles corintios de gran complejidad y abundante decoración vegetal. Los arquitectos de la época favorecían los contrastes de luz y sombra en los entablamentos, la presencia de salas circulares rodeadas de columnas, hornacinas y ábsides, así como tejados cónicos de perfil cóncavo, similares a los de ciertas pagodas asiáticas.

El impacto de este estilo arquitectónico trascendió las fronteras de Egipto. En Judea, Herodes el Grande, aliado de Marco Antonio, incorporó elementos del barroco helenístico en sus construcciones más ambiciosas. El ejemplo más conocido de esta influencia se encuentra en el Khazne o Tesoro del Faraón de Petra, en la actual Jordania. El monarca nabateo que ordenó su construcción, probablemente Aretas III, se inspiró en los pabellones regios de Alejandría para diseñar una fachada monumental destinada a su tumba.

La fascinación por la figura de Cleopatra y su entorno llevó a una constante reinterpretación de su palacio en la cultura popular. Desde las películas clásicas hasta cómics como Astérix y Cleopatra, la residencia de la reina está representada como un símbolo de lujo y sofisticación, aunque la realidad histórica apunte a una arquitectura más compleja y diversa.

El palacio de Cleopatra seguía el modelo de complejos palaciegos de la dinastía ptolemaica, protegido por muros y con vistas al puerto (Templo de Khazneh, en Petra, Jordania. Wikimedia Commons., CC BY)

A pesar de la falta de evidencias materiales concluyentes, los especialistas coinciden en que la residencia de Cleopatra reflejaba la riqueza y el cosmopolitismo de la Alejandría helenística. El palacio, con sus pabellones independientes, jardines y vistas al mar, servía tanto como centro de poder político como escenario de la vida cortesana. La influencia de la arquitectura alejandrina se extendió por todo el Mediterráneo, dejando huella en edificaciones de distintas culturas y épocas.

La investigación sobre el palacio de Cleopatra continúa abierta, con la esperanza de que futuras excavaciones y estudios permitan esclarecer más detalles sobre su estructura y decoración. Mientras tanto, la combinación de fuentes arqueológicas, textos antiguos y comparaciones arquitectónicas sigue siendo la principal herramienta para aproximarse a la realidad de una de las residencias más legendarias de la Antigüedad.