La Unión Europea le ofreció al sector agropecuario interno garantías respecto a las importaciones del Mercosur a fin de sumar apoyo para ratificar el acuerdo de libre comercio con el bloque sudamericano, tras 25 años de negociaciones. Se busca evitar una presunta “competencia desleal”.
La Comisión Europea anunció compromisos legales para investigar cualquier denuncia de un Estado miembro sobre daños a su sector agrícola, al iniciar el proceso de aprobación del mayor tratado formal de este tipo de la UE, según reportó el Financial Times.
En países como Francia y Polonia, los agricultores presionaron a los gobiernos para rechazar el acuerdo de “vacas por autos” con el Mercosur.
Una parte de ellos anticipa una avalancha de productos procedentes de Sudamérica y reitera objeciones ya conocidas, como la advertencia de que podrían ingresar alimentos tratados con pesticidas prohibidos en la Unión Europea.
Bruselas apunta a lograr la aprobación definitiva del acuerdo en diciembre, con la intención de compensar la caída en la demanda de Estados Unidos tras los aranceles aplicados por Donald Trump. El tratado conformaría un mercado de 700 millones de personas y potenciaría las exportaciones europeas de bienes industriales y agroalimentarios, incluidos quesos y vinos.
Se proyecta que cubra cerca de un tercio de las ventas externas que la Unión Europea dejaría de realizar luego de aceptar en julio un arancel del 15% sobre la mayoría de sus envíos a EEUU.
El ministro de Comercio francés, Laurent Saint-Martin, afirmó que la “cláusula de salvaguarda reforzada avanza en la dirección correcta”. Y añadió: “Francia examinará ahora la propuesta en detalle para garantizar la eficacia del mecanismo”.
“La lucha continúa”, advirtió el lunes el principal sindicato del agro francés (FNSEA), en un llamamiento al presidente Emmanuel Macron.
Vale recordar que Francia ha sido uno de los principales opositores al pacto. El Eliseo había comunicado luego de la rúbrica: “El proyecto de acuerdo entre la UE y Mercosur es inaceptable en el estado actual”. “Seguiremos defendiendo sin descanso nuestra soberanía agrícola”, agregó la Presidencia.
“Aunque contiene beneficios, el acuerdo UE-Mercosur no protege lo suficiente a los agricultores europeos contra los riesgos de perturbaciones del mercado y no asegura de manera sostenible la soberanía alimentaria del continente», había enfatizado recientemente Benjamin Haddad, ministro francés delegado para Europa.
La oficina de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, señaló que también evaluará las salvaguardas antes de “apoyar o rechazar la aprobación final del acuerdo UE-Mercosur”.
Para frenar el tratado se necesitaría el rechazo de al menos cuatro Estados que representen el 35% de la población de la Unión Europea.
La Comisión anunció que controlará las importaciones de productos sensibles como carne vacuna, pollo y azúcar provenientes de Sudamérica. Si aumentan un 10% o más, o si los precios caen un 10% por debajo de los valores domésticos en cualquier Estado miembro, se iniciará una investigación.
El texto contempla que cualquiera de las partes pueda suspender o revertir la liberalización arancelaria si demuestra perjuicios a los agricultores. Además, Bruselas amplió un fondo de compensación de emergencia para cubrir disrupciones de mercado y daños climáticos, que alcanzará casi 1.000 millones de euros anuales.
El bloque europeo calcula que el pacto impulsará las exportaciones anuales hacia el Mercosur hasta en un 39%, equivalentes a 49.000 millones de euros, y respaldará más de 440.000 empleos en Europa.
Las ventas agroalimentarias de la UE al Mercosur crecerían a la mitad gracias a la rebaja de aranceles en vino y licores (hasta un 35%), chocolate (20%) y aceite de oliva (10%). En tanto, los productores sudamericanos de 344 alimentos con denominación de origen europea, como el queso feta o el jamón de Parma, no podrán utilizar esas marcas.
Copa-Cogeca advirtió que la rápida ratificación del acuerdo sería perjudicial para el sector agrícola, mientras que la industria automotriz europea expresó su apoyo por la eliminación de aranceles, destacada por Ola Källenius, presidente de Mercedes-Benz y de ACEA.
Pese a las resistencias, Bernd Lange, presidente de la comisión de comercio del Parlamento, se mostró confiado en la aprobación general. “Será un maravilloso regalo de Navidad para el mundo poder demostrar que el comercio puede basarse en una asociación democrática y constructiva”, afirmó.