En un discurso ante el Parlamento Europeo este martes, Ursula von der Leyen advirtió que la relación comercial entre la Unión Europea y China solo avanzará si Beijing accede a “soluciones justas” y muestra “progresos tangibles” frente a reclamos que Bruselas considera ya históricos.
La presidenta de la Comisión Europea sostuvo que el modelo económico chino permite a ese país registrar un superávit comercial con la UE superior a los 300.000 millones de euros, cifra que calificó como “el mayor superávit comercial de la historia de la humanidad”. Para Von der Leyen, esa brecha se sostiene por la falta de reciprocidad y las barreras sistemáticas que enfrentan las empresas europeas para competir en el mercado chino.
“Los bienes y servicios fabricados en China obtienen automáticamente una ventaja de precio del 20% en las licitaciones públicas. Esto no es justo. El sistema está explícitamente amañado”, denunció la jefa del Ejecutivo comunitario desde Estrasburgo.
La intervención de Von der Leyen sirvió como antesala de la cumbre prevista para finales de julio entre la Unión Europea y el presidente chino, Xi Jinping. Aunque ni Bruselas ni Beijing han confirmado la fecha, fuentes diplomáticas apuntan al 24 y 25 de este mes.
Durante su intervención, Von der Leyen buscó trazar una línea firme sin escalar hacia el desacoplamiento económico. “No creemos en el desacople estratégico. Esto no nos interesa”, dijo, pero insistió en que la UE necesita previsibilidad para avanzar. “Para progresar en nuestra relación, necesitamos avances reales y encontrar soluciones justas en los temas en los que hemos estado bloqueados durante demasiado tiempo”, sostuvo.
El mensaje se inscribe en un contexto de tensiones acumuladas: Bruselas acusa a Beijing de beneficiar indirectamente a la maquinaria bélica del Kremlin, al no condenar la invasión rusa de Ucrania ni frenar su cooperación económica con Moscú. La UE reclama a China que deje de actuar como un “salvavidas” para la economía rusa.
Von der Leyen también apuntó a las dependencias estructurales en sectores como los paneles solares o el procesamiento de minerales, donde China mantiene un control abrumador. En su opinión, reducir esas dependencias es hoy una prioridad estratégica para Europa.
“Reducir riesgo es simplemente una cuestión de independencia europea”, afirmó, evocando la crisis energética que vivió el continente tras la invasión rusa de Ucrania y que obligó a la UE a diversificar sus fuentes.
Otro de los temas centrales en la crítica de Von der Leyen fue la sobrecapacidad china, que a juicio de la funcionaria “inunda el mercado europeo con excedentes del mercado interno chino”. Aunque reconoció que las autoridades chinas comprenden la preocupación europea, advirtió que la relación no avanzará sin un “equilibrio genuino” y “menos distorsiones” en el comercio.
“Europa sigue abierta a los actores comerciales chinos. Pero esperamos reciprocidad”, remarcó.
La dirigente alemana insistió en que la UE desea mantener una relación sólida con Beijing, pero no a cualquier costo. “Al igual que nuestra Unión, China es un gigante complejo y fascinante. Nuestra relación debe reflejar esa complejidad”, afirmó.
La próxima cumbre entre Bruselas y Beijing llega en un momento clave para ambas partes. Por un lado, la UE busca consolidar una política industrial autónoma en sectores críticos. Por el otro, China enfrenta crecientes cuestionamientos internacionales por su papel en la geopolítica global, su apoyo implícito a Rusia y su modelo económico centrado en el control estatal.
Bruselas no plantea una ruptura con el gigante asiático, pero sí parece decidida a reequilibrar una relación que considera estructuralmente asimétrica. La postura de Von der Leyen apunta a un modelo de coexistencia regulada, donde el acceso mutuo a los mercados sea la regla, y no la excepción.
“Hay mucho horizonte de cooperación con China si está dispuesta a colaborar en un espíritu de previsibilidad y fiabilidad”, concluyó la presidenta. “Pero Europa defenderá sus intereses”.
La cumbre de julio se perfila como una prueba de fuego para esa voluntad mutua.