
La Unión Europea, en coordinación con sus socios internacionales como Estados Unidos, ha reafirmado este martes la decisión de sostener el régimen de sanciones contra Rusia tras la aprobación del 19º paquete de medidas, sosteniendo que estas restricciones están generando complicaciones en la economía de guerra del Kremlin.
“Han pasado tres años y medio desde el inicio de la invasión a gran escala de Rusia contra Ucrania, y todo indica que las sanciones están provocando un aumento de las dificultades económicas para Rusia”, aseguró el enviado de la UE para sanciones, David O’Sullivan en un comunicado tras la reunión mantenida con los Estados miembros sobre la aplicación de las sanciones.
A través de datos oficiales de la Comisión Europea, se conoció que la UE ha reducido un 74% sus importaciones desde Rusia y un 58% sus exportaciones hacia ese país desde que comenzó la guerra. El ajuste más profundo se ha producido en el campo energético: los ingresos de Rusia por exportaciones de petróleo a Europa han caído un 90% en los últimos tres años.
El foro, que además contó con la asistencia de Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Corea del Sur, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein, tuvo como objetivo reforzar la coordinación internacional en la aplicación de sanciones. Uno de los ejes principales fue la evaluación de los últimos vetos a las exportaciones energéticas rusas y las restricciones sobre su acceso a sistemas internacionales de pago. También se examinó el estado actual del sector militar-industrial ruso y el efecto de las limitaciones sobre los canales de suministro técnico y armamentístico.

O’Sullivan enfatizó la colaboración “en estrecha cooperación” con socios y aliados, señalando la importancia de cerrar los caminos de evasión. “Nuestras sanciones actúan como un engranaje esencial dentro del sistema. La lucha contra la elusión es un ciclo continuo de aplicación y evasión. Hoy reiteramos nuestra determinación de mantener el rumbo”, afirmó O’Sullivan en el comunicado de la UE.
El bloque europeo, junto a sus socios, reafirmó su compromiso de mantener la presión sobre el Kremlin, coordinando esfuerzos y medidas para limitar la capacidad rusa de sostener su economía de guerra y su maquinaria militar mediante la reducción del comercio y el control estricto de las vías de financiación internacional.
Por otro lado, Ucrania dejó ver disposición a iniciar nuevas conversaciones de paz, aunque estableció límites a lo que está dispuesta a aceptar en el proceso negociador. Volodímir Zelensky, presidente de Ucrania, declaró el martes su voluntad de participar en negociaciones “en cualquier lugar”, excepto en Rusia y Bielorrusia, y rechazó de forma tajante la retirada de tropas ucranianas de territorios que han sido recuperados, tal como exige Moscú.
El mensaje de Zelensky se difundió a través de su oficina presidencial: “Estamos listos para hablar, pero no para rendirnos. Podemos reunirnos donde sea, menos en Rusia y menos en Bielorrusia”. El anuncio tuvo lugar en un contexto de estancamiento militar y con el trasfondo de una presión internacional creciente para lograr un alto el fuego.
(Con información de Europa Press)