Paetongtarn Shinawatra, su padre, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, y miembros de su familia posan junto a un retrato del rey tailandés Maha Vajiralongkorn en la sede del partido Pheu Thai, tras una ceremonia de respaldo real en Bangkok, Tailandia, el 18 de agosto de 2024 (REUTERS)

La dinastía Shinawatra ha dominado la política tailandesa durante 25 años, atravesando golpes de Estado, procesos judiciales y polémicas legales que reflejan la tensión entre el populismo y el establishment conservador del país. Este viernes, Thaksin Shinawatra, patriarca de la familia y ex primer ministro, fue absuelto en un tribunal de Bangkok por un caso de lesa majestad que se remonta a una entrevista con medios surcoreanos hace más de una década.

Todo comenzó con la ascensión política y empresarial del propio Thaksin, ex oficial de policía reconvertido en magnate de las telecomunicaciones, quien fundó el partido Thai Rak Thai. Prometió utilizar su experiencia empresarial para mejorar la vida de las zonas rurales. Esta plataforma, marcada por políticas populistas que incluyeron inyecciones de efectivo en medio de la crisis financiera asiática, le ganó el apoyo ferviente de millones de votantes del campo, pero desató la alarma entre los sectores afines al rey y el ejército, históricamente guardianes del statu quo en Bangkok.

Thaksin fue electo primer ministro en 2001 y obtuvo la reelección con una mayoría parlamentaria inédita hasta entonces. Se convirtió así, en el primer jefe de gobierno democráticamente electo que completó un mandato en esa nación. Una de las características de su gobierno consistió en los programas de ayuda y el crédito al consumo que consolidaron la base social del shinawatrismo.

Sin embargo, los años siguientes trajeron una ola de acusaciones de corrupción encabezadas por sus detractores. En septiembre de 2006, durante un viaje al extranjero, la vida política de Tailandia dio un giro cuando tanques del ejército se desplegaron en la capital y derrocaron al gobierno de Thaksin. Esta maniobra respondió en parte al temor de las autoridades tradicionales ante el crecimiento del poder electoral y el control del aparato estatal que había adquirido su partido. Poco después, sus activos en el país quedaron congelados y, el ex mandatario adquirió el club inglés Manchester City, que vendió con beneficios antes de embarcarse en un largo exilio.

Este viernes, Thaksin Shinawatra, patriarca de la familia y ex primer ministro, fue absuelto en un tribunal de Bangkok por un caso de lesa majestad que se remonta a una entrevista con medios surcoreanos hace más de una década (REUTERS)

Desplazado físicamente de Tailandia desde 2008, Thaksin mantuvo una fuerte influencia sobre los sucesivos liderazgos opositores y proliferaron las acusaciones sobre una supuesta injerencia en los asuntos internos. El golpe de Estado no acabó con el atractivo del movimiento: tras la disolución de Thai Rak Thai por decisión judicial, la estructura partidista mutó varias veces. Primero lo hizo al Partido del Poder Popular y luego a Pheu Thai, permitiendo que otros miembros de la familia se postularan para cargos electivos.

El ejemplo más notorio fue Yingluck Shinawatra, hermana menor de Thaksin, quien llegó a la jefatura de gobierno en 2011, respaldada por la maquinaria partidista y la permanente referencia a su hermano mayor. “Soy el clon de Thaksin”, dijo alguna vez Yingluck en declaraciones tomadas por AFP aludiendo a esas críticas por falta de autonomía política. Enfrentada a un Parlamento polarizado y al Ejército, su mandato intentó buscar un acercamiento con los militares. El equilibro colapsó en 2013 cuando un proyecto de ley de amnistía, visto por los opositores como un mecanismo para facilitar el retorno de Thaksin al país, desembocó en masivas protestas en las calles de Bangkok.

Los disturbios se saldaron con decenas de muertos y cientos de heridos, lo que precedió la destitución de Yingluck en 2014 a través de una sentencia de la corte constitucional. El último tramo de gobierno fue removido por los militares semanas después.

La descendencia del shinawatrismo renovó su apuesta en la última década. Luego del golpe, la familia apoyó a Paetongtarn Shinawatra, hija menor de Thaksin, quien venía de una exitosa gestión en la división hotelera del conglomerado familiar. En 2023, fue candidata en las elecciones generales al frente del Pheu Thai y participó activamente de la campaña, pese a un embarazo avanzado.

El ejemplo más notorio fue Yingluck Shinawatra, hermana menor de Thaksin, quien llegó a la jefatura de gobierno en 2011, respaldada por la maquinaria partidista y la permanente referencia a su hermano mayor

Aunque el partido terminó en segundo lugar, logró formar una frágil alianza parlamentaria, que incluyó a ex rivales políticos del sector pro-militar, y así conservó el gobierno. Paetongtarn asumió la jefatura en agosto de ese año, reemplazando a Srettha Thavisin tras la suspensión de este último por orden de la corte constitucional.

Durante su mandato, tanto Yingluck como Paetongtarn recibieron acusaciones recurrentes de ser simples instrumentos de las decisiones diseñadas por Thaksin desde el exterior. Contra el jefe del clan se acumulaban procesos por corrupción y abuso de poder. Pese a ello, prometió de forma insistente volver a su país. Cumplió su palabra el día que Pheu Thai recuperó el control gubernamental en 2023. Ese mismo día, un tribunal ordenó su detención y lo sentenció a ocho años de prisión. En cuestión de horas fue trasladado a un hospital policial por razones de salud. La medida provocó especulaciones sobre un trato de favor y un posible pacto con la monarquía y la élite castrense.

Meses después, la pena fue reducida por el rey Maha Vajiralongkorn y el exmandatario recuperó la libertad seis meses después, sin haber pasado tiempo en una cárcel común. Puntualmente, otro proceso judicial analiza si el líder estuvo debidamente privado de libertad.

Al mismo tiempo, la justicia tailandesa abre nuevos frentes contra la familia, como la reciente suspensión preventiva de Paetongtarn Shinawatra por parte de la Corte Constitucional, motivada por supuestas irregularidades diplomáticas durante un incidente con Camboya. El tribunal prevé emitir resolución la semana próxima, decisión que podría despojarla del cargo y cerrar el ciclo del protagonismo político familiar, ya que no quedan parientes habilitados para competir por la jefatura del gobierno.

La primera ministra de Tailandia, Paetongtarn Shinawatra (REUTERS)

Según datos recabados por AFP, la saga de los Shinawatra exhibe el permanente forcejeo entre el voto popular y los guardianes del poder tradicional en Tailandia. La última secuencia judicial y la incertidumbre sobre el futuro de Paetongtarn reavivan la tensión sobre un país donde el ejército y las cortes han intervenido repetidas veces para delimitar los alcances de la democracia.

(Con información de AFP)