La noticia de la muerte de René Bertrand estremeció al mundo del espectáculo y dejó una huella imborrable en quienes compartieron su vida y su arte. A los 53 años, el actor, director y productor partió tras construir una extensa y respetada trayectoria, honrando con su talento y dedicación el legado de sus padres, César Bertrand y María Rosa Fugazot, figuras entrañables y muy queridas en la escena artística argentina.
Consultada por este medio, la actriz agradeció el llamado y el recuerdo por su hijo y se excusó de dar un testimonio por el delicado momento que atraviesa, y realizando los trámites post mortem correspondientes junto a su hijo mayor.
Su desaparición física se sintió de inmediato tanto entre el público como en el ámbito artístico. Múltiples colegas y compañeros expresaron el vacío y el dolor ante su partida. Moria Casán fue una de las primeras en manifestar públicamente su pesar y unirse en el abrazo simbólico a María Rosa, madre de René, a través de sentidas palabras en sus redes sociales.
Gustavo Sofovich también le dedicó un mensaje cargado de emociones y recuerdos: “Buen viaje, hermano. Volá alto, nunca te vamos a olvidar”, escribió, al reflejar el cariño y la hermandad tejida en años de compartir escenarios y proyectos. Además, en charla exclusiva con Teleshow destacó que “era un buen tipo, era un lindo tipo”, con la voz entrecortada por lo que estaba transitando. “Estoy estupefacto, no lo puedo creer”, agregó Mariano Iúdica, mientras se dirigía al sanatorio donde falleció su amigo para acompañar a la viuda.
Por su parte, el actor Álvaro Navia le contó a este medio como supo de la partida de su amigo: “Estaba grabando acá en Tigre cuando me enteré de la noticia. Por Dios, no lo puedo creer”. Tras ello, recordó que “René a nosotros nos dirigió, porque él dirigía con Gerardo. Una cosa sorprendente, estamos todos muy dolidos, tan joven”.
Paula Volpe, quien compartió escenario con René en la obra de teatro P.O.C.O durante la última temporada de verano en Carlos Paz, quiso mantener vivo el recuerdo de su colega y amigo con una imagen significativa: “Así te voy a recordar maestro”, escribió en redes sociales, al evocar el vínculo forjado en meses de trabajo, ensayos y funciones, acompañando con una imagen en que se los ve juntos sobre las tablas. Su mensaje reflejó admiración, cariño y la huella que el actor dejó en su vida profesional y personal.
Por su parte, José Quiroga, compañero en la puesta teatral Switch, también recurrió a sus redes para expresar el dolor por la noticia. “Día muy triste. Se fue de gira un genio. Descansa en paz, René querido”, compartió, sumando un homenaje sencillo y profundo al describir aquel último adiós con la frase tan significativa dentro del ambiente teatral: “Se fue de gira”. Las palabras de Quiroga transmitieron el respeto y la tristeza que sienten quienes convivieron con René entre bastidores, camarines y escenarios, celebrando su talento y su generosidad hasta el último día.
La Asociación Argentina de Actores señaló, a través de un comunicado, la huella profunda que deja René Bertrand en la cultura teatral y audiovisual: “Con profunda tristeza despedimos al actor y director René Bertrand, quien desarrolló una destacada trayectoria artística. Acompañamos con sentidas condolencias a su madre, la actriz María Rosa Fugazot; a su esposa, hijos y seres queridos”, expresaron, sumándose a las múltiples voces que lamentan la pérdida.
El coreógrafo Raúl Martorel revivió recuerdos personales y emotivos al recordar el inicio de René como director en la obra Bombones y Champaña, donde él mismo fue responsable de la coreografía. “Chau René, fui el coreógrafo en tu primera obra como director… Te conocía desde chico, gracias por todo, mucha luz en tu viaje, te voy a extrañar siempre”. El mensaje resumió la mezcla de nostalgia, agradecimiento y tristeza por la partida de un hombre reconocido tanto por su talento como por su calidez humana.
El adiós a René Bertrand se tradujo en muestras de afecto y homenaje, y su nombre permaneció en las palabras y en la memoria de una comunidad artística que reconoce en él no solo un destacado profesional, sino también un amigo y compañero querido, cuya ausencia deja una marca profunda en la escena argentina.