El hallazgo arqueológico en Irak demuestra técnicas avanzadas de planificación urbana hace más de tres mil años

Un pequeño fragmento de arcilla, modelado hace más de tres mil años en la antigua Mesopotamia y resguardado en Alemania, ha transformado la comprensión sobre los orígenes del urbanismo.

De apenas unos centímetros y repleta de signos, esta tablilla contiene el plano de ciudad más antiguo del que se tiene registro y obliga a replantear las ideas sobre la tecnología y la visión de las civilizaciones antiguas.

El hallazgo que transformó las expectativas

El recorrido de este objeto comenzó en 1899, cuando arqueólogos recuperaron la pieza entre los restos de Nippur, una ciudad sagrada ubicada en el actual Irak. El fragmento, del tamaño de una palma, muestra murallas, puertas y estructuras con un nivel de detalle que sorprendió desde el inicio.

Durante buena parte del siglo XX, la interpretación de la tablilla fue objeto de intenso debate, ya que muchos elementos representados no coincidían al primer vistazo con las ruinas documentadas en el lugar. Además, una cartografía tan avanzada resultaba difícil de aceptar, tal como desarrolló The Guardian.

La tablilla de Nippur revela el plano urbano más antiguo de la historia y revoluciona el estudio del urbanismo en Mesopotamia

Sin embargo, el interés entre los investigadores se mantuvo. Cada nuevo intento de interpretación generaba más preguntas sobre los conocimientos y propósitos de quienes lo crearon. Solo el hecho de que existiera este registro gráfico sugería una comprensión del espacio urbano mucho más sofisticada que la propuesta por otras evidencias de la época.

Un descubrimiento que redefinió la interpretación científica

La perspectiva cambió en la década de 1970, cuando McGuire Gibson, arqueólogo de la Universidad de Chicago, estudió imágenes aéreas recientes de Nippur. El experto identificó en el terreno un saliente en la muralla que coincidía con el trazo más destacado de la tablilla. Este hallazgo permitió orientar el mapa correctamente y vincular líneas y ángulos del fragmento con vestigios concretos de la ciudad, según consignó National Geographic.

Las excavaciones confirmaron la coincidencia. Las entradas, murallas y recintos representados en la tablilla correspondían con exactitud al trazado urbano hallado bajo la arena mesopotámica. “El plano abarca toda la ciudad y presenta un margen de error inferior al 10%”, explicó Gibson a National Geographic. Para los especialistas, esta precisión es extraordinaria, considerando la antigüedad de la pieza y los recursos técnicos disponibles.

Técnicas y conocimientos detrás de la precisión

El nivel de exactitud documentado en la tablilla sigue asombrando a los especialistas. Augusta McMahon, profesora de arqueología mesopotámica en la Universidad de Chicago, señaló que los habitantes de la región ya dominaban la agrimensura, como prueban otras tablillas dedicadas a la medición de parcelas y viviendas. Sin embargo, el plano de Nippur constituye un caso excepcional: la escala y el detalle no tienen equivalentes entre los documentos del período.

El uso de herramientas simples y posibles principios de trigonometría destaca el conocimiento técnico de los artesanos mesopotámicos

Se estima que los artesanos mesopotámicos empleaban herramientas simples, como cuerdas y estacas, para tomar sus medidas. Incluso se ha planteado la hipótesis de que aplicaban principios básicos de trigonometría, lo cual sería notable en ese contexto, tal como consigna National Geographic. El proceso habría requerido registros minuciosos y un esfuerzo colaborativo, así como una planificación metódica de la obra.

La tablilla como instrumento de reconstrucción y planificación urbana

El valor de la pieza va más allá del plano técnico. El contexto de su creación resulta clave: tras un largo periodo de abandono, Nippur fue objeto de un ambicioso plan de reconstrucción impulsado por la dinastía casita. Johannes Hackl, profesor en la Universidad Friedrich Schiller de Jena, donde se custodia la tablilla, indicó a National Geographic que para los nuevos gobernantes la reconstrucción urbana era parte esencial de su legitimidad.

El mapa habría funcionado como plano de referencia para dirigir las obras y reorganizar la ciudad, reflejando una conciencia clara sobre el rol transformador de la arquitectura en la vida política y social mesopotámica. Así, la tablilla se presenta como un testimonio de la relación entre poder, territorio y tecnología en los primeros siglos de la civilización.

La relevancia de esta tablilla trasciende la mera curiosidad arqueológica. Sus líneas prueban que, hace más de tres mil años, las ciudades no solo se habitaban: se pensaban y diseñaban con método y precisión. Este fragmento desafía las ideas tradicionales sobre la evolución urbana y muestra que el ingenio de los pueblos antiguos dio origen a las primeras formas documentadas de planificación del territorio.

En la actualidad, la tablilla de Nippur es símbolo y evidencia de la capacidad humana para imaginar y organizar el espacio. Mesopotamia fue cuna de la escritura y las leyes, y, gracias a este hallazgo, se consolida también como el lugar donde nació el arte de planificar ciudades.