La combinación de sabores del arroz mar y montaña encanta a los japoneses (Freepik, Montaje Infobae)

No son pocas las veces que la gastronomía se convierte en un puente entre culturas aparentemente lejanas. Es lo que ocurre con una receta catalana de toda la vida que ha conseguido traspasar fronteras y ganarse un lugar en los paladares japoneses: se trata del arroz mar y montaña, un plato tradicional que, según un estudio reciente, despierta entusiasmo en Japón, gracias a una afinidad sensorial que va mucho más allá del gusto.

Las tapas suelen ser uno de los mayores atractivos para los turistas internacionales que visitan la península Ibérica. De acuerdo con lo publicado en el medio Nació Digital, sin embargo, es este plato en particular el que ha conseguido cautivar de forma especial al público nipón. La clave está en la combinación de ingredientes: el arroz mar y montaña, como su nombre indica, fusiona productos del mar con elementos de la tierra. Y es precisamente esta mezcla la que resuena con fuerza entre los japoneses, acostumbrados a este tipo de combinaciones en su propia cocina.

El arroz mar y montaña es uno de los platos favoritos de los japoneses (Flickr)

La clave está en el umami, el quinto sabor

En la tradición culinaria del Japón existe un concepto que ayuda a explicar esta conexión: el umami. Descrito como el “quinto sabor”, este término fue acuñado a principios del siglo XX por el químico Ikeda Kikunae para dar nombre a un gusto difícil de clasificar, distinto del dulce, salado, ácido o amargo. Platos como el ramen, el caldo dashi o el miso son ejemplos representativos del umami en la cultura japonesa.

Y aunque la propuesta catalana del arroz mar y montaña pueda parecer distante de esos sabores orientales, la experiencia que genera en el paladar es sorprendentemente similar. En la cocina catalana, el mismo efecto umami puede encontrarse en preparaciones como las albóndigas con sepia, donde la mezcla de carne y marisco crea una intensidad de sabor que conecta, de forma inesperada, con la sensibilidad japonesa.

Uno de los factores que explican esta afinidad es la familiaridad de los ingredientes. El arroz mar y montaña suele incluir arroz, pescado y carne: elementos que también son habituales en la cocina nipona. Esta cercanía en los productos de base no solo facilita la aceptación del plato, sino que refuerza la experiencia gastronómica al despertar recuerdos y sensaciones compartidas.

La valoración positiva que recibe esta receta no se queda únicamente en lo anecdótico: así lo demuestra un trabajo de fin de grado de la Universidad de Barcelona, titulado ¿Por qué a los japoneses les gusta la comida española? Caso de estudio en Kanazawa. En él, se detalla cómo la presencia del umami en ciertos platos españoles, y muy especialmente en el arroz mar y montaña, mejora la experiencia culinaria de los comensales japoneses. Se trata, por tanto, de una conexión basada tanto en el sabor como en la ciencia.

Este cruce de culturas en la cocina vuelve a demostrar que los ingredientes pueden ser locales, pero el placer que provocan no entiende de fronteras. Que un plato nacido en tierras catalanas encuentre semejante eco en un país tan distinto como Japón no es casualidad: es el resultado de una armonía natural entre tradiciones que, sin pretenderlo, hablan el mismo lenguaje.