Gente como uno (Ordinary People), la película dirigida por Robert Redford, ha sido reconocida por especialistas en salud mental como una de las representaciones más respetuosas y precisas de los conflictos emocionales en el entorno familiar.

A más de 40 años de su estreno, el filme continúa siendo recomendado por profesionales, quienes destacan su capacidad para abordar temas complejos como la depresión y el suicidio con una sensibilidad inusual en la industria cinematográfica.

Un retrato honesto de la salud mental en la familia

En una época donde la preocupación por la salud mental crece y el debate público exige representaciones responsables en los medios, Gente como uno emerge como un referente. El largometraje, que obtuvo un gran reconocimiento en los Premios Oscars, está protagonizado por Donald Sutherland, Mary Tyler Moore y Timothy Hutton. La historia sigue a los Jarrett, una familia de clase media alta en las afueras de Chicago, que intenta reconstruirse tras una tragedia devastadora: la muerte de uno de los hijos adolescentes en un accidente náutico.

El otro hijo, Conrad Jarrett, sobrevive al accidente, pero sufre las consecuencias emocionales y, poco después, intenta quitarse la vida. Tras pasar cuatro meses internado, Conrad regresa a casa, donde la normalidad es solo una fachada. El guion narra cómo cada integrante de la familia afronta el dolor de manera diferente, exponiendo las grietas emocionales y la dificultad para comunicarse.

La situación lleva a Conrad a retomar la terapia psiquiátrica con el Dr. Berger, un proceso que revela tanto el sufrimiento individual como la dinámica disfuncional de los Jarrett.

La película se considera un referente en la representación del duelo familiar en el cine (foto: IMDb)

La mirada de los especialistas

Especialistas en salud mental han elogiado el tratamiento que Robert Redford otorga a la enfermedad mental dentro del núcleo familiar. Brett Wean, miembro de la Fundación Americana de Prevención del Suicidio, explicó: “A lo largo de la película se puede ver cómo se rompe la relación entre los dos padres”.

Wean destaca que los personajes de Sutherland y Tyler Moore representan dos formas opuestas de enfrentar la enfermedad de su hijo, mostrando la complejidad de esos vínculos y el impacto que la depresión puede tener en toda la familia.

El filme no solo centra su atención en los síntomas de la depresión de Conrad, sino que también pone en primer plano la incapacidad de los padres para comprender y acompañar a su hijo. Esta aproximación ha sido destacada por expertos, quienes consideran que la película logra “una gran respuesta para los cineastas que desean incluir una representación visual de un intento de suicidio en sus películas”.

La obra de Redford evita el sensacionalismo y apuesta por el realismo, aportando una herramienta valiosa para quienes buscan comprender el sufrimiento adolescente y el papel del entorno familiar en la recuperación.

La actuación de Donald Sutherland, Judd Hirsch y Mary Tyler Moore aporta profundidad al retrato de las emociones familiares (foto: IMDb)

Un clásico vigente que sigue inspirando

Aunque con el paso del tiempo algunos críticos han puesto en duda su legado por imponerse en los Oscars a títulos como Toro salvaje, Gente como uno mantiene su relevancia en el debate contemporáneo sobre salud mental. Los especialistas insisten en que es una película “importante que rescatar”, no solo por la calidad de sus interpretaciones, sino por su enfoque pionero y respetuoso.

La película se distingue por mostrar el proceso de recuperación emocional sin caer en fórmulas fáciles. La terapia de Conrad se presenta como un espacio de honestidad, donde el personaje puede explorar sus emociones y reconstruir la confianza en sí mismo. Al mismo tiempo, la relación con sus padres evoluciona, evidenciando la dificultad de sanar cuando el entorno no está preparado para afrontar el dolor.

Gente como uno ofrece un retrato que sigue vigente y que resulta útil tanto para familias como para profesionales de la salud mental. Su valor reside en la capacidad de abrir conversaciones necesarias sobre temas que suelen ser silenciados. “La película es ejemplar a la hora de tratar el riesgo del suicidio del joven”, afirmó Brett Wean, planteando así una problemática que requiere atención y empatía en todos los ámbitos sociales.