
Una misión marítima de la OTAN encargada de vigilar el mar Báltico durante el último año ha logrado disuadir amenazas contra infraestructuras submarinas críticas, informaron los comandantes a la AFP durante una visita al buque de guerra neerlandés Johan de Witt este viernes.
El imponente navío gris —buque insignia de una de las cuatro flotas multinacionales permanentes de la OTAN, conocidas como grupos marítimos permanentes— está atracado en el sureste de Londres en una visita portuaria, tras varios meses realizando ejercicios de entrenamiento, incluidos los de la misión de patrulla Baltic Sentry de la alianza.
Baltic Sentry se formó en enero con el objetivo de proteger la infraestructura submarina —miles de kilómetros de cables esenciales para el tráfico mundial de internet— después de que cinco cables fueran cortados en el golfo de Finlandia en diciembre de 2024.
El mar Báltico se ha convertido en un epicentro de tensiones entre Rusia y la OTAN desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, agravadas por la posterior decisión de Finlandia y Suecia de unirse a la alianza.

Expertos militares y líderes europeos sostienen que Rusia ha intensificado su “guerra híbrida” en esta región estratégica —ahora completamente rodeada por miembros de la OTAN, salvo Rusia— mediante incursiones aéreas y presuntos actos de sabotaje contra cables submarinos.
“Pero desde que comenzamos, no hemos visto ninguna actividad maliciosa. Antes hubo bastantes incidentes”, declaró Craig Raeburn, jefe de Estado Mayor del grupo marítimo permanente al que pertenece el Johan de Witt. “Hemos logrado disuadir esa actividad”, añadió desde el puente de mando del barco.
Sin embargo, según el comandante de la flota, Arjen S. Warnaar, la protección de la infraestructura submarina en el Báltico es también “un asunto legal”, y quienes la dañen deben ser “responsables de sus actos”.
Los tripulantes del petrolero Eagle S, registrado en las Islas Cook y considerado parte de la “flota sombra” rusa —una red de buques de propiedad dudosa utilizada para eludir las sanciones occidentales—, fueron acusados de arrastrar su ancla por el lecho marino en el golfo de Finlandia, dañando los cables.

A principios de este mes, un tribunal de Helsinki desestimó el caso por estar fuera de la jurisdicción finlandesa, aunque los fiscales anunciaron que apelarán la decisión. “Puedes comprobar quién lo hizo, pero ¿puedes comprobar que lo hizo a propósito? Eso es mucho más difícil”, señaló Warnaar.
Los comandantes de la OTAN afirman que las capacidades de defensa en la región se han reforzado gracias a la experiencia de Finlandia y Suecia en la protección de infraestructuras submarinas, así como en áreas como la guerra antisubmarina y la gestión de incursiones de drones. “Los Estados bálticos están haciendo un gran esfuerzo”, dijo Warnaar. “Pero nosotros estamos ahí. Observamos. Ellos saben que los observamos. Y eso tiene un efecto”.
(AFP)