ARCHIVO - Un guardia fronterizo polaco vigila un tramo del muro metálico en la frontera con Bielorrusia, cerca de Kuznice, Polonia, 30 de junio de 2022 (AP Foto/Michal Dyjuk, File)

La OTAN debatirá este miércoles el refuerzo de las defensas de su flanco oriental frente a las incursiones rusas en el espacio aéreo aliado, así como nuevos mecanismos para apoyar militarmente a Ucrania, en la primera cita tras las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de expulsar a España de la organización militar por la falta de inversión en defensa.

La reunión de ministros de Defensa aliados llega en plena crisis de drones y cazas que invadieron el espacio aéreo de Polonia, Estonia o Rumanía, además de incidentes en infraestructuras críticas como aeropuertos en Dinamarca, Alemania o Noruega. En este contexto, la OTAN redoblará la misión de defensa antiaérea para que responda a la nueva amenaza de drones que Rusia emplea para violar los cielos aliados.

En este sentido, los ministros aliados pasarán revista a la reciente operación ‘Centinela Oriental’, lanzada en verano para contrarrestar las incursiones rusas, para que resulte eficaz para “eliminar amenazas” de drones y aeronaves no tripuladas, con la vista puesta en que la respuesta debe ser adecuada y “no matar moscas a cañonazos”, señalan fuentes aliadas, respecto a derribar drones con capacidades antiaéreas más costosas como cazas o misiles antiaéreos.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, habla en una conferencia de prensa durante su visita a Eslovenia, en Brdo pri Kranju, Eslovenia, el 13 de octubre de 2025 (REUTERS/Borut Zvulovic)

‘Centinela Oriental’ consiste en una misión de refuerzo militar con la que la OTAN desplegará fuerzas adicionales en esta zona, incluyendo cazas como los comprometidos por España, pero también sensores y armas antidrones para detectar, rastrear y destruir drones.

Es en este contexto que la OTAN defiende su presencia en el flanco oriental y su capacidad de hacer frente a esta amenaza, ante los pasos dados por la Comisión Europea para poner en pie un muro ‘antidrones’, proyecto europeo que en los cuarteles generales limita a un simple anuncio de Bruselas. “No sé qué es un muro antidrones, no pasa de ser una idea”, apunta una fuente consultada.

Así, en la alianza euroatlántica defienden su “sólida postura de disuasión y defensa” por tierra, mar y aire en el flanco oriental y reiteran que cada organización “se centre en las ventajas únicas que puede ofrecer”.

Derribar cazas rusos

Las incursiones aéreas han planteado también el debate sobre la eficacia de las reglas de enfrentamiento e interceptación de la OTAN ante las amenazas rusas. Aunque no hay planes de cambiar las reglas de juego, que según las fuentes consultadas son claras y pasan por derribar las aeronaves que no respondan a los contactos y resulten una amenaza, en los cuarteles generales se debate si flexibilizar los protocolos y levantar ciertas restricciones nacionales, como en el caso de cazas de fabricación estadounidense, para agilizar la respuesta ante amenazas.

El propio secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha insistido en que la respuesta a las incursiones rusas debe ser “proporcionada” y aseguró que derribar toda aeronave es una muestra de “debilidad”. “Somos mucho más fuertes que los rusos. No tenemos que derribar aviones rusos porque entren en nuestro espacio, solo si entran en nuestro espacio aéreo y suponen una amenaza”, dijo.

Así, el ex primer ministro neerlandés opina que si las incursiones no suponen una amenaza, “al ser mucho más fuertes que los rusos, es mucho más contundente que nuestra reacción sea la que es”.

En la misma línea se expresan fuentes aliadas, que insisten en que la OTAN seguirá manteniendo su posición reactiva ante amenazas de seguridad y “no tirará la primera piedra” pese a las reiteradas incursiones rusas en el espacio aéreo aliado. “No vamos a empezar a derribar cazas rusos”, resumió.

Ayuda a Ucrania

Imagen de archivo sin datar de soldados alemanes trabajando en una batería de misiles Patriot en la zona alemana de Koerbecke/Moehnesee (EFE/Detmar Modes)

La cita de ministros de Defensa aliados será una nueva ocasión para mostrar respaldo a Ucrania en el contexto de la agresión rusa y tratar cuestiones bilaterales en el seno del Consejo OTAN-Ucrania. Sobre la mesa están nuevos mecanismos para mantener alto el apoyo al Ejército ucraniano en el frente de batalla, como la adquisición de armamento a Estados Unidos que luego los aliados donan a Kiev.

En el verano boreal la OTAN puso sobre la Lista de Requisitos Prioritarios de Ucrania (PURL, por sus siglas en inglés), un mecanismo que establece una lista prioritaria de armas, misiles y defensas antiaéreas y que han usado de momento Alemania, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Suecia y Canadá con un valor conjunto de 2.000 millones.

A ojos de Washington, esta es la forma en la que los aliados europeos pueden contribuir a que Rusia se siente a negociar una salida pactada al conflicto, si bien países como España, además de Francia, Italia o Reino Unido no tienen previsto unirse a este mecanismo.

Investigadores policiales observan un edificio de apartamentos que resultó dañado durante un ataque ruso con drones y misiles, en el transcurso del ataque de Rusia a Ucrania, en Kiev. 10 de octubre de 2025 (REUTERS/Thomas Peter TPX)

“Si Ucrania quiere disponer de lo necesario para defenderse, la forma más rápida y concreta en que los aliados pueden ayudar es invirtiendo en PURL. Este programa es vital, y los aliados deben dar un paso al frente y contribuir ahora para presionar a Rusia a que se siente a la mesa de negociaciones y acepte la paz”, dijo el embajador estadounidense ante la OTAN, Matthew Whitaker, en un encuentro con la prensa antes de la reunión.

La cumbre de ministros de la OTAN llega también a las puertas de la reunión de Trump y su homólogo, Volodimir Zelensky, en medio del debate sobre el posible suministro de misiles de largo alcance Tomahawk, con el que Kiev podría realizar ataques profundos en suelo ruso toda vez Moscú persiste en su ataque al país vecino y no ha cesado la hostilidad pese a la reunión entre Trump y Vladimir Putin en Alaska el pasado agosto.

“La posibilidad de un ataque profundo podría cambiar los cálculos de Putin. Pondría en riesgo muchas cosas, incluida una importante infraestructura energética dentro de Rusia. La guerra y la matanza deben terminar, y para ello es necesario que ambas partes se sienten a la mesa y negocien un acuerdo”, dijo el embajador norteamericano, partidario de elevar la presión para que Rusia abandone sus “objetivos maximalistas”.

(Con información de Europa Press)