El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, condenó este martes los bombardeos de Israel a Qatar, calificándolos como una “flagrante violación de la soberanía e integridad territorial”. La declaración se produjo tras un ataque aéreo en Doha que dejó severamente dañado un edificio donde funcionaba la sede política de Hamas.
Guterres subrayó que Qatar ha desempeñado un papel clave en los esfuerzos por alcanzar un alto al fuego en Gaza y facilitar la liberación de rehenes en manos de Hamas. “Todas las partes deben trabajar para alcanzar un alto al fuego permanente, no para destruirlo”, señaló el jefe de la ONU.
Por su parte, el papa León XIV advirtió sobre la gravedad de la situación. “En este momento enfrentamos noticias de suma gravedad: el ataque de Israel contra algunos líderes de Hamas en Qatar. Toda la situación es muy seria”, declaró desde la residencia papal de Castel Gandolfo, según informó la agencia ANSA.
El pontífice y la cúpula diplomática del Vaticano se reunieron la semana pasada con el presidente israelí, Isaac Herzog, a quien reiteraron el llamado a un cese definitivo de la violencia, la liberación de los rehenes y el ingreso de ayuda humanitaria para los palestinos que enfrentan hambruna. El Vaticano transmitió a Herzog que la solución de dos Estados es “la única salida a la guerra”.
El Papa, primer pontífice estadounidense, reveló además que intentó sin éxito comunicarse con el párroco de la iglesia católica en Gaza. El sacerdote, sin embargo, decidió permanecer en el lugar junto a los palestinos que buscan refugio en el templo.
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, también condenó los ataques aéreos israelíes contra Doha, afirmando que la ofensiva violaba la soberanía de Qatar y amenazaba con una “mayor escalada” en la inestable región.
“Condeno los ataques israelíes contra Doha… La prioridad debe ser un alto el fuego inmediato, la liberación de los rehenes y un gran aumento de la ayuda a Gaza”, publicó en X. “Esta es la única solución para una paz duradera”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó este martes que los ataques israelíes son “inaceptables, independientemente del motivo” y advirtió de que la guerra no debe extenderse a la región “bajo ninguna circunstancia”.
“Los ataques israelíes de hoy en Qatar son inaceptables, independientemente de su motivo”, dijo Macron en un mensaje en sus redes sociales, en el que expreso su “solidaridad” con el pequeño país del Golfo Pérsico y con su emir, el jeque Tamim Al Thani.
El jefe de Estado francés recalcó que “bajo ninguna circunstancia debe extenderse la guerra a la región”.
A estas voces internacionales se sumó el gobierno de España, que condenó “tajantemente” el bombardeo israelí contra presuntos altos mandos de Hamas en Doha, al considerarlo una “violación flagrante del Derecho Internacional” y de “la soberanía territorial qatarí”.
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores español reiteró su llamado a “la contención y al respeto al Derecho Internacional para preservar la estabilidad regional, al cese inmediato de la violencia y al retorno a las negociaciones diplomáticas”. España reafirmó además su “compromiso con la estabilidad” en el Medio Oriente, insistiendo que “seguirá trabajando con sus socios por la estabilidad regional”.
Condena unánime de los países árabes
Países y dirigentes árabes expresaron una condena generalizada tras el ataque israelí perpetrado el martes contra edificios residenciales en Doha.
El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, denunció el hecho como “una violación flagrante y completamente inaceptable” de la soberanía qatarí. El portavoz oficial de la organización, Yamal Rushdi, manifestó el apoyo pleno a Qatar y aseguró que la Liga Árabe respalda cualquier medida que el país decida tomar para “proteger su soberanía y salvaguardar su seguridad”.
Egipto, uno de los principales mediadores en los procesos de diálogo entre Israel y Hamás, expresó su “plena solidaridad” con Catar y describió el ataque como “un precedente peligroso” y un “hecho inaceptable”.
La agencia oficial SPA informó que el príncipe heredero y primer ministro de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, se comunicó telefónicamente con el emir qatarí, Tamim al Thani, para transmitirle su “pleno apoyo” y su condena al “flagrante ataque israelí” contra el “Estado hermano”.
Desde los Emiratos Árabes Unidos, el ministro de Exteriores, Abdullah bin Zayed, hizo un llamamiento expreso al Consejo de Seguridad de la ONU para que “asuma sus responsabilidades legales y morales para disuadir a Israel y detener estos ataques”, advirtiendo sobre “repercusiones extremadamente peligrosas” en la región.
Entre los países del golfo Pérsico, Omán y Kuwait también emitieron comunicados de condena, respaldando la posición catarí.
El presidente de Líbano, Joseph Aoun, apuntó que el bombardeo en Doha se suma a una serie de acciones militares israelíes que, según él, buscan socavar la estabilidad y la seguridad de los países de la región.
El Ministerio de Exteriores de Turquía afirmó que el ataque evidencia que Israel “no busca la paz, sino continuar la guerra”, ya que se produjo mientras permanecía en curso una negociación por el alto el fuego.
Siria e Irak se posicionaron en términos similares, catalogando la acción como una amenaza directa para la seguridad regional.
La operación israelí, descrita como una de las más audaces de los últimos meses, extendió el radio de acción militar hasta el Golfo Arábigo, donde el grupo palestino ha mantenido durante años su base política.
Según información oficial, el ataque estuvo dirigido contra altos dirigentes de Hamas, acusados de planear y ejecutar la masacre del 7 de octubre y de coordinar la actual guerra contra Israel. La ofensiva contó con apoyo de la Fuerza Aérea, armamento de precisión e inteligencia adicional, con el objetivo —según las autoridades— de minimizar víctimas civiles.