El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó este martes de “desgarradoras” las imágenes del reparto de comida que hoy emprendió en Gaza por su propia iniciativa la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), creada por Estados Unidos sin el acuerdo de Naciones Unidas.
En nombre de la secretaría general, su portavoz Stéphane Dujarric, dijo que esas imágenes son “desgarradoras, por decir poco”, y volvió a insistir en que la ONU “no está involucrada” en esa operación.
Aunque no entró en detalles, el portavoz se refirió a las imágenes de cientos de personas que saltaron las vallas e irrumpieron sin control en una de las zonas de distribución de ayuda gestionadas por la fundación.
La fundación, GHF (según sus siglas en inglés), aseguró en un comunicado que “en un momento de la tarde, el volumen de gente en el punto de distribución era tal que el equipo de GHF tuvo que retirarse para permitir a un pequeño número de gazatíes tomar la ayuda con seguridad y disiparse”.
Dujarric insistió en que la ONU “no tiene confirmación independiente de lo que pasó en esos puntos de distribución, puesto que no estamos allí”, y, por tanto, solo puede basarse en lo que ha visto en “videos” que han circulado, pero explicó la razón de su incomodidad.
“Para nosotros, la ayuda humanitaria debe distribuirse de un modo que sea seguro bajo los principios de independencia e imparcialidad, en la forma que siempre hemos hecho”, algo que según él no reúne la iniciativa de esta fundación creada por EEUU de acuerdo con Israel.
“Vimos el plan que tenían, lo que publicaron y lo que nos presentaron, y no se ha hecho con los parámetros que cumplen nuestros principios y que se aplican desde Gaza hasta Sudán o Birmania”, remachó.
Tras casi tres meses de bloqueo israelí, Gaza enfrenta una crisis humanitaria extrema, con una población al borde de la hambruna. El martes, miles de hombres, mujeres y niños caminaron varios kilómetros, atravesando zonas bajo control militar israelí, con la esperanza de recibir asistencia en el centro gestionado por GHF, ubicado en las afueras de Rafah.
La fundación estadounidense ha sido criticada desde el primer momento por la ONU porque opera en lugares donde ni siquiera se ha declarado un alto el fuego, porque funciona según las exigencias del ejército israelí y porque deja a muchas mujeres y niños fuera, entre otras razones.
GHF denunció hoy que Hamas estuvo bloqueando el acceso a los puntos de entrega, lo que provocó retrasos en la distribución. Sin embargo, el grupo terrorista que controla Gaza negó estas acusaciones, declarándose “consternado” por ellas y tildándolas de ser una “invención total”.
Por su parte, el Ejército de Israel admitió que “lanzó disparos de advertencia en la zona fuera del complejo” para dispersar a las multitudes, y negó los rumores difundidos a lo largo de la tarde, según los cuales las tropas abrieron fuego desde helicópteros contra la población.
Según el periodista de AP, que se encontraba a cierta distancia del lugar, por la tarde se escucharon disparos y fuego de tanques. También se observó humo elevándose tras el impacto de una ronda. Poco después, se vio regresar a la multitud desde el centro, la mayoría de ellos sin haber logrado obtener ayuda.
“Fue un caos”, dijo Ahmed Abu Taha, uno de los palestinos presentes en el lugar. “La gente estaba en pánico”, relató. Según él, las multitudes irrumpieron violentamente en el recinto, mientras se oían disparos y aviones militares israelíes sobrevolaban la zona.
Otro testigo, Saleh Abu Najjar, aseguró haber oído disparos de un tanque desde el este del centro. “La situación era muy peligrosa y la gente estaba asustada”, afirmó.
(Con información de EFE y AP)