Wanda Nara y Mauro Icardi se preparan para Navidad cada uno a su manera

Mauro Icardi y Wanda Nara inauguraron una nueva “guerra silenciosa”, en este caso con ribetes navideños, evidenciando el distanciamiento y las prioridades actuales de cada uno a través de imágenes cuidadosamente seleccionadas. Ambos eligieron retratar el contraste de sus celebraciones de Nochebuena, eligiendo escenarios, compañías y objetos que, sin mediar palabras, transmitieron mensajes claros sobre el presente de sus vidas y sus vínculos.

La jornada comenzó con la publicación de Icardi, quien compartió una postal desde la conocida como “la casa de los sueños”, esa que proyectó Wanda Nara y que, luego de la separación, se convirtió en la residencia temporal del rosarino en el país. El delantero del Galatasaray llegó al país el lunes por la mañana acompañado por la China Suárez y los tres hijos de la actriz con la intención de reencontrarse con sus las hijas que tuvo con Wanda Nara. La imagen que eligió muestra un jardín extenso, el césped prolijamente verde, surcado por macizos de flores violetas y rosadas que enmarcan un árbol de tronco grueso y ramas largas, protagonista absoluto de la escena. El fondo revela un cuerpo de agua de tono verdoso de un lago, sobre el que caen las sombras de los árboles circundantes.

Una estructura de columpio suspendido y un banco de madera completan la atmósfera serena, mientras la luz natural y el cielo despejado refuerzan la sensación de bienestar y calma. Sin aparecer en la foto, Icardi optó por acompañar la imagen con la frase “Buen día”, un emoji de Papá Noel y un corazón rojo, sumando sutileza al mensaje navideño y una cuota de calidez. Cabe recordar que no puede subir fotos de sus dos hijas, por lo que se esperan pequeños vistazos de esta Nochebuena en un código que deberá ajustarse a la situación.

Después de su día de furia en las redes, Icardi subió la primera con espíritu navideño

Casi en simultáneo, Wanda respondió desde Punta del Este, donde viajó junto a sus tres hijos varones, la novia de su hijo mayor y Martín Migueles, su actual pareja, para pasar las fiestas con sus padres, su hermana Zaira, y sus sobrinos Malaika y Viggo. Su fotografía tampoco muestra personas, sino una mesa de madera sobre la que descansan los elementos típicos de un amanecer relajado: un termo metálico con rayas celestes y blancas, junto a un mate de calabaza y bombilla, ambos ubicados sobre una bandeja de mimbre rectangular.

El fondo presenta una piscina de agua celeste que refleja la luz intensa del día, varias reposeras blancas alineadas sobre el deck y, más allá, una franja de césped seco y arbustos que da paso a la vista abierta del mar, coronada por un cielo azul y despejado. La escena, bañada por el sol esteño, transmite una atmósfera de descanso, familiaridad y disfrute costero, donde el mate se convierte en símbolo de identidad y pertenencia.

La elección de ambos escenarios no resulta casual. Mauro Icardi apostó por el verde, la naturaleza y el silencio de un entorno cuidado, en el que el reencuentro y la intimidad familiar tienen un rol central. Wanda, en cambio, optó por la amplitud del aire libre, la luz potente del verano, la presencia de la familia extendida y el ritual compartido del mate con el mar como telón de fondo. Cada uno, en su espacio, subrayó los vínculos más próximos y el sentido de pertenencia, ya sea a través de la compañía elegida o de los objetos cotidianos.

Wanda se mostró en su casa de Uruguay (Instagram)

Las imágenes, lejos de ser simples postales de celebración, funcionaron como gestos públicos cargados de significado. La “guerra silenciosa” de Navidad se desplegó en la diferencia de entornos, en la selección de detalles y en la manera de mostrar la felicidad alcanzada o el nuevo equilibrio logrado. Cada publicación aportó una pieza al rompecabezas de la relación actual entre Icardi y Nara, sumando un capítulo más a una historia que se sigue narrando, ahora, a través de símbolos y silencios compartidos en las redes sociales. Y los seguidores de ambos saben que apenas se trata del comienzo.