Juan Martín del Potro, el tenista argentino más trascendente de la historia después de Guillermo Vilas, tuvo un vínculo con la religión católica desde muy chico. Asistió al colegio San José, a pocos metros de la municipalidad de Tandil, hasta segundo año del secundario (terminó los estudios a distancia, en el programa SEADEA, Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino). Profesionalmente, el campeón del US Open 2009 vivió momentos cambiantes, con éxitos rutilantes y graves lesiones, con fuertes picos emocionales. Siempre, en las buenas y en las malas, se mostró aferrado a la espiritualidad. Hoy, con la muerte del papa Francisco, la conmoción es mundial.

Mayo de 2013: el papa Francisco recibió a Juan Martín del Potro en Roma y bendijo un rosario que le acercó el tandilense

“El colegio tiene un eslogan que la congregación sintetiza en tres palabras: oración, trabajo y amor. Y me parece que son cosas que él muestra al no haberse caído. Podría haber dejado la actividad por los contratiempos que tuvo; sin embargo, volvió y mostró un sentido de la entrega súper valorable”, le contó, en 2016 a LA NACION, José Passucci, director general del establecimiento. Para Daniel del Potro y Patricia Lucas, el papá y la mamá de Juan Martín, la religión fue una porción valiosa del día a día. Como jugador de elite, Del Potro incorporó la costumbre de persignarse luego de sus triunfos, una suerte de homenaje para su hermana Guadalupe, fallecida en un accidente de tránsito. “Mi hermana para mí es muy importante. Le hago un regalo en cada partido, la señal de la cruz. Tengo recuerdos hermosos. A mi familia y a mí no nos gusta hablar de eso, pero es muy especial. Yo sé que me cuida y me guía, y que siempre me da fuerzas”, confesó Del Potro en LA NACION Revista, en agosto de 2013.

Cuando en marzo de 2013, Jorge Bergoglio fue elegido como nuevo Papa, Del Potro era el número 7 del mundo y se encontraba compitiendo en Estados Unidos, en el Masters 1000 de Indian Wells. Conoció la noticia de la designación poco antes de superar en los 8vos de final al alemán Tommy Haas. Esa semana, finalmente, llegó a la final (perdió con Rafael Nadal) y expresó su alegría por el Papa argentino. De inmediato se le puso en la cabeza querer conocerlo algún día. “Estamos muy orgullosos de él. Es tan importante para nuestro país, también. Le deseo todo lo mejor. Creo que va a hacer su obra perfecta. Le deseo lo mejor. Y yo soy muy católico, así que me gusta esta nueva decisión. Tal vez voy a tener la oportunidad de reunirme con él en Roma”, comentó Del Potro en ese momento, anhelando un encuentro pocos meses después, durante su viaje a la capital italiana para el Masters 1000.

El encuentro, finalmente, se produjo el miércoles 15 de mayo. Como cada mañana en la que se realizaba la tradicional audiencia del papa Francisco, los alrededores de la plaza San Pedro estaban atiborrados de público, de fieles emocionados. Según la agencia AFP, ese día los caminos cercanos al Vaticano colapsaron: unas 70.000 personas se acercaron al lugar. Uno de ellos fue Del Potro. Camisa clara, pantalón y zapatos oscuros, el tenista llegó a la Basílica, lo estaban esperando y lo guiaron al sitio de las visitas acordadas. El tandilense se tomó algunas fotografías (una de ellas con un grupo de sacerdotes cordobeses), escuchó la audiencia, hasta que llegó el momento esperado: conocer al papa.

El encuentro en Roma

Charlaron animadamente durante algunos segundos. Del Potro le regaló uno de sus trofeos más valiosos: la raqueta Wilson K Factor Six One con la que ganó el US Open 2009, ante Roger Federer. Ya no utilizaba esa raqueta para competir, pero la transportaba en su bolso, como una suerte de amuleto. Además, Del Potro extrajo un rosario de su bolsillo izquierdo y el papa se lo bendijo.

Aquella mañana también hubo más tenistas argentinos en la plaza, como Carlos Berlocq y Horacio Zeballos. “Por gestiones en Buenos Aires y con la ayuda de la ATP, se pudo conseguir este momento. También coincidió en que tuve un día sin partido de singles. Un momento muy lindo fue cuando nos hablaba a todos en su audiencia, giró para un costado, me vio y levantó su pulgar. Me reconoció y me sorprendió. Fueron unos segundos de charla. Me dijo que sabía que estaba jugando el torneo en Roma, me bendijo y deseó lo mejor. Lo felicité y le agradecí por la oportunidad de conversar”, contó Del Potro aquel día.

El tuit de Del Potro tras conocer a Francisco

Y añadió, emocionado: “La experiencia que viví con el papa es algo increíble que nunca me la voy a olvidar en toda la vida. Pude cumplir un sueño. Que cualquier chico como yo pueda tener un momento inolvidable. La verdad que estaba super nervioso por conocerlo, saludarlo y poder hablarle. Fue muy amable, muy gentil, como todo el mundo conoce, saben que es muy abierto, muy humilde. Es un día inolvidable y le voy a agradecer eternamente”.

Ese mismo rosario bendecido por Francisco tuvo, seis meses más tarde, un destino incierto. El sábado 2 de noviembre, Del Potro sufrió el robo de su maletín personal mientras se preparaba para viajar en el tren Eurostar de París a Londres para participar en el Masters. “Estaba haciendo el check-in para el tren y me pidieron un autógrafo. Me di vuelta para firmarlo y en esos segundos me lo robaron”, comentó el deportista. En su equipaje guardaba su pasaporte, dinero y otros artículos personales. “Mi rosario bendecido por el papa Francisco, que llevaba a todas partes, es lo que más me importa”, lamentó.

Del Potro, tras una cirugía en la muñeca izquierda, en 2014 y con una foto bendecida por el Papa Francisco, acompañado por su coach Franco Davin y el doctor Richard Berger

Los caminos del papa Francisco y Del Potro, de cierta manera, se volvieron a unir tiempo después. En 2014, al enterarse de sus problemas en la muñeca izquierda y de la probable operación, el Papa le envió a través de un emisario una foto bendecida. “Francisco le otorga una bendición apostólica a Juan Martín y toda su familia”, comunicaron en marzo de ese año, antes de que el tenista tuviera que ingresar en el quirófano para ser intervenido por el doctor Richard Berger, en la Clínica Mayo de Rochester. Del Potro pidió ingresar en la operación con la foto y despertó de la anestesia con ella en el mismo lugar, acompañado por Franco Davin, su entrenador durante tantos años.

Retirado oficialmente en febrero de 2022, tras muchos padecimientos en la rodilla derecha, Del Potro nunca dejó de recordar aquel encuentro con el papa Francisco como uno de los más especiales de su vida. “Fue una experiencia inolvidable”, sentenció. Hoy, la muerte de Francisco lo conmueve.