A una semana de haber sido procesado con prisión preventiva por dos violaciones agravadas por la privación ilegítima de la libertad y el uso de la violencia, Víctor Hugo Longobucco, vecino de Montserrat, ex mago e ilusionista, hoy terapeuta holístico y especialista en masajes, aceptó declarar y, en su indagatoria, hizo un relato por lo menos llamativa de uno de los episodios por los que fue detenido.
Longobucco está acusado de abusar a dos hombres más jóvenes que él luego de atraerlas, con el pretexto de una entrevista de trabajo, a su departamento de la calle Montevideo. Allí, supuestamente, las drogaba con psicofármacos. Luego, las atacaba.
En el primero de los casos, el masajista le había propuesto a un joven ser modelo en una campaña de moda. Sin embargo, la madre de la víctima se alertó al ver que su hijo no regresaba y contactó a Longobucco. Ese chat desesperado terminó en una denuncia policial en la Comisaría 1B.
La segunda víctima, por su parte, se encontró con el acusado en su departamento, donde mantendría una supuesta entrevista laboral “con un amigo”, para merendar “un jugo”. Al día siguiente, aconsejado por un compañero de trabajo, se dirigió al hospital Muñiz.
Los hechos –investigados por la fiscal Mónica Cuñarro bajo la firma de la jueza Laura Bruniard, que procesó a Longobucco- ocurrieron en noviembre de 2024 y abril de 2025, respectivamente. Así, el masajista fue detenido el mes pasado por la División Delitos contra la Salud de la Policía de la Ciudad en el departamento donde ocurrieron los hechos.
Las pruebas recopiladas por la fiscal Cuñarro fueron elocuentes. Las víctimas aportaron sus chats con Longobucco. En el caso de la segunda víctima, su historia clínica enviada por el hospital Muñiz reveló lesiones compatibles con un abuso sexual violento; el dolor persistió por semanas.
Longobucco, al contrario de tantos sospechosos que se niegan a declarar, aceptó ser indagado, aunque solo por el encuentro de noviembre de 2024. Lo que dijo ante la jueza Bruniard fue al menos curioso.
La indagatoria
Longobucco habló de su primera víctima, el chico buscado por su madre, a la que conoció en el microcentro porteño. A instancias de su defensor, aseguró que el chico lo abordó. “Yo hablaba por teléfono que necesitaba a alguien para fotos. Se acercó, no sé de dónde salió y me dijo ‘yo soy modelo’, me reí, se me puso a hablar y me contó su situación, y surgió la posibilidad. Yo le dije que tenía que darse un baño, así lo veía aseado y bien vestido”, afirmó. El chico, según relató, “le dijo que estaba en situación de calle” y que tenía aspecto “de indigente”, que trabajaba de repartidor, que sus padres “vivían en Corrientes”,
Reconoció, por ejemplo, que le facilitó una pastilla de clonazepam en su encuentro de noviembre de 2024. “El imputado dijo que la ingesta había sido voluntaria, pero la afirmación se desvirtúa ante la negativa del damnificado, la circunstancia de que habría concurrido por motivos laborales, y los prolongados y profundos efectos de la medicación, que suponen una ingesta que excedió lo que podría entenderse como “normal”. De hecho, permaneció allí cuasi desmayado prácticamente 10 horas“, aseveró Bruniard en su procesamiento, que incluyó un embargo para el ex mago de $15 millones.
Sobre el encuentro, donde hizo que la víctima efectivamente se bañara y reconoció tomarle fotos, relató:
“Volvió a decirme lo mismo, que estaba descompuesto, le ofrecí clonazepam y me dijo que ya había tomado, que ya sabía lo que era, que en su momento lo mezclaba con algo. Estuvimos charlando un rato, hasta que dijo que quería descansar. Ahí empezó a llamar la madre, no la quiso atender porque dijo que era muy insistente, así que apagó el teléfono, le bajó el volumen, no sé qué habrá hecho. Y como no recuerdo la hora, era la madrugada, me entran a llamar a mí”, comenzó.
“Era el padrastro, no sé, un tío, que estaban abajo, que abra porque estaban ahí. Intenté despertarlo, le dije lo que pasaba, no le importó y siguió durmiendo. Cuando llegó la policía le dije ‘escuchame tengo la policía abajo, hace algo’. Subió la policía con la madre y el padre y lo bajaron. Eso fue todo”.
Meses más tarde, la investigación lo vinculó al segundo ataque, con la víctima que terminó en el Muñiz, sobre el cual se negó a hablar. Esa víctima, precisamente, fue clave para identificarlo y vincularlo al caso anterior: sin conocer su apellido, aportó un video de las redes sociales de Longobucco donde promocionaba un masaje.
Ese video, analizado por la División Individualización Criminal de la Policía Federal Argentina, con un estudio “consistente en el cotejo entre las fotografías recabadas de redes sociales y la aportada por el Registro Nacional de las Personas”, escribió Bruniard en su procesamiento, llevó a confirmar la identidad del acusado.