Matías Almeyda está transitando unos intensos primeros meses en el cargo de entrenador en el Sevilla. El director técnico argentino concretó resultados con altibajos que lo posicionan en la mitad de la tabla de La Liga de España, aunque más cerca de la zona roja que de los puestos importantes. A esto se suma un tenso clima institucional que amenaza con agravarse si el equipo no logra la victoria contra el Real Oviedo, duelo en el que tendrá 13 bajas por lesión. Con este panorama, el Pelado reconoció en rueda de prensa que percibe en el club andaluz una atmósfera similar a la que vivió en River Plate durante la lucha por evitar el descenso en 2011, subrayando la presión y el malestar que rodean al equipo.
Durante la conferencia de prensa previa al encuentro del domingo, Almeyda fue consultado sobre la sanción del Comité de Disciplina de la RFEF al Estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Este recibió una multa por los incidentes en el clásico contra el Betis, donde los hinchas arrojaron proyectiles a los rivales, que terminó con la obligación de cerrar de forma parcial una de las tribunas durante tres partidos. Pese a que el elenco andaluz le ganó la disputa a la federación y podrá contar con público, el argentino lanzó una contundente reflexión.
“Tengo que medir muy bien lo que voy a decir. Mire, para mí, es la vida. Yo viví hace 30 años en España. Como todos los países, van cambiando. Hay cosas que antes se hablaban y que hoy no podés hablar, hay críticas constructivas que las podés desarrollar sin lastimar a nadie. Todo te va llevando este proceso a en el que tenés que cerrar la boca, porque no es beneficioso. Qué lástima, si cada vez que uno habla se saca de contexto, o si se abre el corazón es para pegarle…”, comenzó Almeyda.
En esta misma línea, agregó: “Es una lástima. Así se va cayendo el mundo. Nosotros hablamos de fútbol, y tiene un léxico que entre todos sabemos cómo es. Ahora, si dentro del fútbol, yo hablo de una manera y al otro día cambian el contexto. Leo en un título ‘Almeyda’… digo que no tengo que hablar. No tengo que decir nada. Trato de cuidarme”.
Inmediatamente, antes de concluir con su reflexión, Matías Almeyda realizó un contundente paralelismo sobre el momento que está atravesando el Sevilla con su época como jugador y entrenador en River, cuando el equipo perdió la categoría. “Lo que noto en Sevilla es que el tiempo que se está viviendo, es un tiempo muy parecido a lo que viví en la época de River, cuando al equipo lo llevaban prácticamente al descenso. No dan nada a favor, todo lo que hace está mal. Desde ese lugar veo similitudes, pero no las confirmo”, argumentó el oriundo de la localidad de Azul.
Cabe resaltar que, dentro de los problemas deportivos y la relevancia especial que tiene el próximo partido liguero, el Sevilla también está sumergido en un complejo contexto institucional y económico: al día siguiente del choque con el Real Oviedo se celebrará una nueva Junta General de Accionistas, en medio de rumores sobre la posible venta del club, según informó el portal local El Desmarque.

Matías Almeyda también le respondió a Javier Tebas, presidente de La Liga, quien criticó al Sevilla y calificó de “hechos deplorables” a lo ocurrido en el clásico contra el Betis. “No lo escuché, pero hace un mes y medio dije que tenían que disfrutar de la Liga que tienen porque querían jugar un partido en el extranjero. Qué lástima que no se acordó de esa parte. A la gente se la respeta. Si ganas, tienes que ser humilde e irte. No provoquen, no se provoca. Nada está bien. Pero era de plástico lo que tiraron”, comentó el argentino.
A esto, sumó: “¿Cuántas cayeron? Una, dos… Si van a Sudamérica no pueden jugar un partido. Estamos jugando al fútbol, un derbi, hay una provocación, y la gente se manifestó así. ¿Cuántas fueron? Una, dos. ¿Por qué las tiraron? Están mal las dos cosas. ¿Por qué es más fácil pegarle al público? Porque no se defiende”.
La situación futbolística del Sevilla se deterioró en las últimas jornadas después de mantener una racha de una victoria en siete encuentros. Esto lo relegó a la 13° posición de la tabla con 17 puntos, más cerca de los puestos de descenso que de los de clasificación europea. El equipo acumula tres partidos de liga sin conocer la victoria —derrota ante el Espanyol, caída en el clásico frente al Betis y empate con el Valencia— y afronta el duelo ante el Real Oviedo, penúltimo en la clasificación, como una oportunidad ineludible para revertir la tendencia.
Sin embargo, la enfermería sevillista presenta un panorama desolador, con 13 bajas que afectan especialmente a la defensa y el ataque. Es por eso que los Blanquirrojos afrontarán el duelo del próximo domingo 14 de diciembre, desde las 10:00 (hora argentina) con un equipo completamente diezmado.