Gustavo Alejandro Bruzone se describe a sí mismo como “un tipo simple de barrio” en su biografía de Twitter, la misma cuenta que presentó intensa actividad hasta ser capturado días atrás, luego de pasar unos 3 años prófugos, y pese a haber sido tildado por la Ministra de Seguridad como uno de los 10 narcos más buscados del país.
Luego de ser esposado por la PFA, acusado de ser parte de una organización que intentó traficar a Dubai 1658 kilos de cocaína que fueron secuestrados en Rosario, en agosto de 2022, fue indagado en el juzgado federal de Campana, a cargo de Adrián González Charvay. La droga estaba oculta entre contenedores con 150 toneladas de pellets de maíz y alimento balanceado.
En su declaración, Bruzone -martillero público- afirmó que nunca dejó su casa de Haedo ni dejó de trabajar. Menos, de tuitear.
En su perfil en la red social, que estuvo activo hasta su arresto, expresa su fanatismo por Viviana Canosa, las columnas de Alejandro Borensztein y lanza duras críticas al presidente Javier Milei. Al mismo tiempo, celebró la prisión de Cristina Kirchner y el traslado de Lázaro Baéz un penal.
De acuerdo al expediente, el “tipo simple de barrio” se desempeñó como uno de los colaboradores directos de José “Tano” Sofía, líder de la estructura narco, ya condenado a 11 años de prisión por la operación frustrada.
Al declarar, lo primero que hizo Bruzone fue contar cómo conoció al jefe de la banda. Marcó un espacio temporal que definió como “después de la pandemia”.
“Yo conozco a todos en Haedo, es un pueblo chico. Nos juntamos históricamente en un bar que es ”La Perla”. Un buen día aparece un hombre en un Mercedes Benz azul que baja y saluda al 90% de lo que estaban ahí. Yo no lo conocía y un amigo me dice: ‘Te presento a El Tano’. Se sentó ahí en la mesa, con nosotros».
Según el relato del martillero, desde entonces, Sofía comenzó “a aparecer todos los días”. En una de esas oportunidades, según resaltó, estaba solo y el hombre del Mercedes Benz se sentó a tomar un café con él. “Y empezamos a hablar. Después se acercaron más chicos a la mesa”, minimizó. Incluso nombró a los vecinos que solían encontrarse esas mañanas en la esquina conocida como “el triángulo”.
Sin embargo, admitió que ese café “fue el comienzo”. “Desayunamos casi todas las mañanas y he ido a comer a varios lugares con Sofía”, dijo y confirmó que le alquiló un departamento.
En ese punto, explicó que vivía con su mamá, una mujer que tuvo tres ACV y padece principio de Alzheimer. “Se le había ido el inquilino y a mí me servía como escape para tenerlo de bulo, para irme algunos días de casa o tener algo de intimidad. Ese fue el único propósito de ese departamento. Ese fue el único vínculo que yo tuve con el Tano Sofía”, manifestó.
“En referencia a todo lo que se me imputa. Desconozco el 99% de las cosas. Yo no participé en el tema de falopa. Yo jamás. Ni en pedo”, aseguró al juez casi al mismo tiempo en el que admitía que Oscar Rossi, otro de los integrantes de la organización, formaba parte de esas reuniones.
Más adelante, contó que se enteró de la causa en su contra a través de un WhatsApp, enviado a la madrugada por el portero. En el mensaje el encargado le avisaba que estaban allanando el departamento que alquilaba.
“Yo lo primero que hago es… Bueno, allanaron el departamento, semejante causa, estaban todos los medios, tienen que venir a mi casa. Era lo más lógico que tenía que pasar. Esperé en mi casa, esperé, esperé“, relató.
Y siguió: “A la tarde vino un abogado, que es el abogado de El Tano, habíamos comido tres veces con él. Él me dice: ‘Vamos a pedir exención de prisión. Ándate’. Yo no me voy, ¿por qué me voy a ir? Yo no hice nada, no tengo por qué irme de mi casa». “De hecho, nunca me fui, doctor”, exclamó Bruzone en su indagatoria .
“Yo me quedé el primer día al último en mi casa. ¿Me entiende? Yo no tengo por qué estar prófugo de nada, porque no he cometido ningún delito. Yo hice mi vida normal. Si ustedes ponen ahora la web Gustavo Bruzone remates y buscan la fecha del allanamiento hasta el día de la fecha, mire la cantidad de remates que hice. Mírenlo, porque eso es prueba. Yo seguí trabajando normalmente en mi casa, cuidando a mi mamá“.
Según manifestó, no sabía que la orden de captura con su nombre estaba vigente. “Si supiera que tengo pedido de captura, ni en pedo pido el pasaporte y mucho menos llamo al juzgado. Yo nunca tuve nada para esconderme. Todas las preguntas que usted me quiera hacer se las voy a responder”, le señaló al magistrado.
Los responsables de la indagatoria, entonces, le preguntaron por Gabriel Nicolau, condenado a 12 años de cárcel. También confirmó que lo conoció. “Era compraventa de autos, amigo del Tano. Fuimos a comer una vez con él. Creo que fue en Puerto Madero”, reconoció.
Y agregó un dato más: “Yo lo conozco a El Tano después de que él sale de estar detenido por la amenaza a la doctora (Sandra) Arroyo Salgado. Ahí tienen la fecha de conexión”.
Para los investigadores, está probado el vínculo entre el martillero de Haedo y el resto de la banda. Además, creen que en el momento de ser allanado, residía de forma permanente en el departamento del jefe de la red narco. También consideran que participó de las maniobras, aunque aún resta determinar qué grado de responsabilidad tuvo.
Hay un llamado telefónico en particular en el que Sofía se refiere a Bruzone y pide que “se venga más o menos empilchado como que es un empresario y listo”, una indicación que parece ser más de un jefe a un colaborador que a un simple tipo de barrio al que conoció en un bar del oeste del conurbano bonaerense.