
En octubre, la inflación se aceleró y se ubicó en 2,3%, la más alta desde abril. Si bien el alza del mes pasado estuvo influenciada por la volatilidad por las elecciones, la tendencia parece no haberse cortado en noviembre y los impulsos provienen de un rubro que golpea el bolsillo de todos los consumidores: alimentos y bebidas.
Los relevamientos de alta frecuencia de las consultoras privadas manifiestan que en lo que va del mes el rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” tuvo importantes subas. Según LCG, en la primera semana de noviembre, presentó un aumento del 1,5% que se suma al 1,8% que había exhibido en la primera. “En lo que va del mes, acumula un 3,6% de inflación”, destacaron en el informe.
Carnes explicó por sí sola un tercio de la inflación general. En las últimas semanas, este ítem se incrementó, en promedio, un 15% (4,4 % en octubre y 11,4% en noviembre). Esta dinámica se debe a diversos factores, entre ellos el atraso del precio respecto a valores internacionales así como también el bajo stock ganadero. Mientras que los aumentos en Bebidas y Lácteos de la semana pasada más que compensaron la leve caída en Panificados (-0,7%).
Un pronóstico similar tiene la consultora Econviews, al estimar que en la primera semana de noviembre la inflación en “Alimentos y bebidas” fue del 1,1% y en la segunda del 1%, para en la última desacelerar a 0,7%. Los porcentajes también son explicados por Carnes (4,4% en la tercera) pero contrarrestado levemente por Verdulería (-1,3%).

Los aumentos se dan a pesar de la política de apertura a las importaciones que lleva a cabo el Gobierno para presionar la baja de precios en el mercado local. Según el informe de Intercambio Comercial Argentina (ICA), de enero a octubre, los ingresos de “Alimentos y bebidas básicos fundamental para consumo en el hogar” totalizaron en USD 702 millones, lo que implicó una variación interanual del 47,7%. A la par de “Alimentos y bebidas elaborados fundamentalmente para el hogar” que sumaron USD 1.220 millones con un alza interanual de 82,7%.
Cómo sigue la inflación
Luego de que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicara en 2,3% en octubre, para los analistas, es cada vez más difícil que se cumpla la proyección del presidente Javier Milei de que a mediados de 2026 la dinámica inflacionaria será un problema del pasado para los argentinos. Pese a ello, hay datos que ilusionan al equipo económico.
Entre ellos, la inflación mayorista de octubre. La medición revela a qué ritmo corrieron los precios a los que los vendieron los productores e importadores en el mercado local: 1,1% a partir de la deflación del 1,4% en los importados.

El oficialismo celebró el dato ya que tuvo lugar en un mes de alta volatilidad en el dólar mayorista. “La inflación mayorista de octubre se derrumbó al 1,1% mensual. En medio de una marea de incertidumbre electoral, el ya robusto programa económico con tres anclas”, destacó el director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), Felipe Núñez.
En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que publicó el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la mediana de las consultoras encuestadas indicó que en noviembre la inflación sería del 1,9%. Para diciembre anticiparon un 2%; recién en enero de 2026 comenzar la desaceleración.
Vale destacar que las proyecciones se publicaron antes de que el Gobierno oficializara los aumentos en los servicios públicos. Luego de la victoria en las urnas, Caputo autorizó un incremento de 3,5%/3,6% en la tarifa de gas y 3,8% en la de la luz. Además de un incremento de 9,7% en los colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con lo que el boleto mínimo (de 0 a 3 kilómetros) pasó a valer $495.

No obstante, todavía quedan precios de la economía atrasados, según la consultora Invecq. “Pese a que haya habido avances significativos —especialmente en el 1.º cuatrimestre de 2024, antes de que el Gobierno comenzara a priorizar la desinflación—, el proceso de realineamiento continúa incompleto. Comparando la estructura vigente con la del 1.º semestre de 2019 —última etapa previa de orden macroeconómico—, la ‘inflación reprimida’ asciende a 4,2 puntos. Los mayores ajustes pendientes se concentran en servicios públicos“, destacaron un reporte.
Entre los segmentos con retrasos de entre 30% y 40% figura “Energía eléctrica y gas”, seguido por Transporte entre un 30% y 20%, al igual que Teléfono e internet y combustibles. Sobre esta última variable clave de la economía, un informe de Energía y Economía expuso que Caputo resignó ingresos por más de USD 2.100 millones al no aplicar las actualizaciones correspondientes del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono en lo que va del año.