Un joven de 24 años, caracterizado como El Chavo del 8, fue detenido durante un control policial de rutina en un colectivo de la región serrana de Río de Janeiro por portar marihuana. El episodio tuvo lugar en la localidad de Miguel Pereira, cuando agentes de la Operación Seguridad Presente abordaron el autobús de la línea Japeri x Arcozelo y se encontraron con el llamativo pasajero. Las imágenes del momento, registradas en video por testigos y oficiales, generaron una amplia repercusión y rápidamente se viralizaron.
La intervención formó parte de las acciones habituales que la Policía Militar de Río de Janeiro realiza para fiscalizar el transporte público y reforzar la seguridad en la región. Según informó CNN Brasil, los agentes notaron la presencia del joven con la inconfundible vestimenta del personaje creado por Roberto Gómez Bolaños y, al ser abordado, el propio implicado admitió que llevaba droga para uso personal. De manera voluntaria, entregó dos cigarrillos artesanales con una sustancia vegetal prensada que reunía características de marihuana.
Posteriormente, el detenido fue llevado a la Comisaría 96ª de Miguel Pereira, donde se realizó el proceso correspondiente. Tanto en el recorrido hacia la seccional como en la sede policial, el joven continuó interpretando a El Chavo con gestos y actitudes propias del personaje, lo que generó sorpresa y carcajadas entre quienes presenciaron la escena. Según medios locales citados por CNN Brasil, el joven llegó “como un perro arrepentido con el rabo entre las patas”, evocando una de las frases más recordadas del famoso personaje televisivo.
Toda la secuencia, incluida la actitud del joven mientras era trasladado con las esposas puestas, quedó registrada en video. Las imágenes no tardaron en viralizarse y en pocas horas el caso se convirtió en tema de conversación en redes sociales. La comunidad digital replicó los videos y compartió memes y bromas inspiradas en frases como “fue sin querer queriendo” o “se me chispoteó”, dándole aún más difusión al episodio.
Después de prestar testimonio, el joven fue acusado de tenencia y consumo de estupefacientes, aunque recuperó la libertad poco tiempo después. La normativa brasileña no impone cárcel por posesión de pequeñas dosis para consumo personal, aunque puede aplicar advertencias, tareas sociales o la obligación de asistir a charlas informativas. El material secuestrado fue enviado a peritaje para verificar su composición, tal como marca la práctica habitual.
El suceso regaló una escena insólita al transporte público de Río de Janeiro y mostró cómo lo inesperado puede traspasar fronteras gracias a las redes. La actitud del joven, sumada a la popularidad de El Chavo del 8, convirtió un simple control en un fenómeno viral y agregó otra anécdota a la lista de momentos virales protagonizados por admiradores de personajes icónicos en América Latina.