Una farmacéutica entrega medicamentos a un cliente en Cochabamba, Bolivia, el 21 de julio de 2020. REUTERS/Danilo Balderrama

La industria farmacéutica boliviana atraviesa una crisis de abastecimiento y encarecimiento de medicamentos, impulsada principalmente por la escasez de dólares y el acceso limitado a dólares. Esta situación ha provocado que hasta el 80% de los medicamentos hayan aumentado de precio, con alzas que oscilan entre 20 % y 80 %, según datos de dos organizaciones de la industria.

En las últimas semanas, la Asociación de Propietarios de Farmacias y la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol) alertaron sobre un inminente desabastecimiento crítico, debido a que el Gobierno no estaría cumpliendo con el compromiso estatal de entregar 45 millones de dólares trimestrales necesarios para importar insumos y materias primas.

“La última adquisición de dinero que hemos podido lograr ha sido hace tres meses atrás, en abril si no me equivoco, nos han ofertado 500.000 dólares, los cuales han sido repartidos entre todos y cabe recalcar que las condiciones son las mismas del mercado paralelo, o sea, no es que nos estén dando dólares a precio oficial”, señaló el presidente de Cifabol, Javier Lupo, citado por Unitel.

Farmacia. (EUROPA PRESS)

En relación a estos reclamos, el ministro de Economía Marcelo Montenegro, admitió que los dólares entregados a la industria tienen un costo más alto que el oficial pero que los vende a un precio bajo, sin precisar la cifra. “El Banco Unión compra divisas a 12, 13 o 14 bolivianos, no a 6,96, y se las vende al precio más bajo posible”, señaló citado por el periódico estatal Ahora el Pueblo.

Al uso forzoso de un tipo de cambio paralelo, se suman retrasos en los pagos de entidades estatales, costos logísticos elevados y falta de incentivos para la producción nacional.

La representante de los propietarios de farmacias, Carla Torrez, mencionó que el problema de abastecimiento también se produce en medicamentos intrahospitalarios, lo que evita que algunos pacientes puedan completar sus tratamientos. “Nos preocupa no solo la subida de precios, sino que muchas veces ni siquiera hay stock”, señaló.

En ese contexto, el sector farmacéutico ha presentado una propuesta estructural al Gobierno, que incluye la descentralización de la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud (Agemed), realizar mejoras en el marco normativo, aduanero y tributario así como reforzar los controles para evitar el contrabando y la falsificación de productos, entre otros aspectos.

Fotografía de una mujer caminando frente a la fachada de la clínica de radioterapia del Seguro Universal de Bolivia, en La Paz (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas

“La presente propuesta busca sentar la bases para una agenda en conjunto público privado, mediante políticas públicas concertadas que prioricen la producción nacional, impulsen la innovación y garanticen el abastecimiento eficiente de medicamentos en todo el país”, señaló el presidente de Cifabol, la organización que representa a 23 laboratorios.

Falta de dólares en Bolivia

A raíz de la debacle de la industria gasífera, el país sudamericano enfrenta desde hace dos años una crisis económica marcada por una aguda escasez de dólares y el surgimiento de un mercado paralelo de divisas, donde el dólar se cotiza a más del doble del tipo de cambio oficial.

La crisis cambiaria ha provocado el encarecimiento del costo de vida y un aumento de la inflación, que en la mitad del año duplicó la proyección del Gobierno de Luis Arce al alcanzar el 15,53% hasta junio.

Una trabajadora de una farmacia privada con un cartel en el que reclama por la escasez de dólares en una protesta en el centro de La Paz, Bolivia, el miércoles 22 de mayo de 2024. La escasez de dólares en Bolivia está afectando a la disponibilidad y precios de productos importados, como las medicinas. (AP Foto/Juan Karita)

En ese marco, el ministro Montenegro instó a la Asamblea Legislativa Plurinacional a aprobar los créditos internacionales que están pendientes de tratamiento y que suman alrededor de 1.742 millones de dólares para obras de inversión pública en su mayoría, pero que incrementarían significativamente la oferta de divisas en el mercado interno para enfrentar sus principales gastos: el pago de la deuda externa y la importación de combustibles.