Un nuevo episodio de violencia impactó al fútbol argentino cuando Luis Ventura denunció haber sido víctima de una agresión física en la cancha de Central Ballester. El hecho, ocurrido durante la tarde-noche del domingo, dejó secuelas visibles en el periodista y desató acusaciones sobre complicidad dirigencial, fallas en la seguridad y la existencia de un entramado de corrupción y apuestas clandestinas que, según el propio Ventura, afecta al fútbol de ascenso.
Según relató en A la Tarde (América TV), el dirigente de Victoriano Arenas llevará el caso a la justicia bajo la carátula de intento de homicidio, una decisión que pone en el centro del debate la integridad de las instituciones deportivas y la seguridad en los estadios argentinos. “Esto se lo voy a derivar a Martín Francolino, que es un abogado penalista distinguido y que quiero llevar esto a destino”, explicó.
La agresión ocurrió en la cancha de Central Ballester. El periodista mostró en cámara la herida sufrida en el rostro, señalando el lugar exacto donde recibió el golpe. “Esto no es maquillaje”, afirmó, mientras exhibía la lesión ante la audiencia. Según explicó, el impacto se produjo a pocos centímetros de una zona vital, lo que, de haber sido más bajo, podría haberle costado la vida. “Me podía matar”, sostuvo, remarcando la gravedad del ataque y la necesidad de que la justicia actúe.
Según expuso, la persona responsable de la agresión ya fue identificada. El periodista expresó su preocupación por la posibilidad de que el agresor continúe actuando con impunidad si no se toman medidas. “Si no, este pibe va a seguir agrediendo gente, van a seguir funcionando las facas, van a seguir las puñaladas, van a seguir los ataques a los equipos visitantes”, advirtió.
En su relato, Ventura apuntó contra la dirigencia del club Central Ballester y, en particular, contra su presidente, Donato Lanzillota. Según explicó, el presidente negó públicamente que él hubiera recibido un golpe, pese a la evidencia visible de la lesión. “Con complicidades de dirigentes y del presidente, puntualmente, que negó que yo haya recibido un golpe”, denunció en A la Tarde.
El periodista también recordó que no es la primera vez que sufre una agresión en el contexto del fútbol de ascenso. Mencionó un episodio anterior, ocurrido en 2018, cuando fue atacado y pateado en la cabeza mientras se encontraba en el suelo. “Van a ver en las tapas de el Diario Popular, del diario Crónica, el diario Olé, cómo me patean la cabeza tirado en el piso”, relató, subrayando la reiteración de hechos violentos y la falta de respuestas por parte de las autoridades.
Ventura sostuvo que la dirigencia de Central Ballester está integrada, en muchos casos, por barrabravas que ocupan cargos en la Comisión Directiva y que rara vez se presentan en el club. Esta situación, según su denuncia, genera un clima de connivencia y desprotección para quienes asisten a los partidos.
Otro de los puntos señalados por él tiene que ver con el operativo de seguridad dispuesto para el partido. Según su testimonio, la cantidad de policías presentes fue muy inferior a la requerida. “De los 70 policías que tendrían que haber sido estructura de seguridad, solo fueron 25”, afirmó Ventura.
También detalló el mecanismo por el cual la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) transfiere al club el dinero necesario para cubrir el operativo de seguridad. “AFA levanta la seguridad y le envían al club ese dinero para que pague. ¿Quién se comió el resto?”, cuestionó el periodista, sugiriendo una presunta malversación de fondos.
La producción de A La Tarde intentó verificar la cantidad de policías presentes mediante documentos enviados por el club, que mostraban la transferencia del total correspondiente a setenta refuerzos. Sin embargo, la ausencia de cámaras de seguridad y la falta de comprobantes efectivos sobre la presencia real de los agentes dificultan la fiscalización del operativo.
En el marco de su denuncia, Ventura abordó también el problema de las apuestas clandestinas en el fútbol de ascenso, un fenómeno que, según su testimonio, afecta tanto a jugadores como a clubes. El periodista explicó el término “cangrejo”, utilizado para describir a aquellos futbolistas que, a cambio de dinero, juegan en contra de su propio equipo, facilitando derrotas o goles en contra. “Ese jugador recibe una plata vendiendo el esfuerzo de sus compañeros de entrenar toda la semana. Se cagan a los compañeros”, afirmó.
El programa A la Tarde detalló que las casas de apuestas clandestinas manejan sumas de dinero considerables, lo que incentiva a algunos jugadores a dejarse perder. “Estas apuestas te pueden llegar a dar de 5 mil a 10 mil dólares”, señaló, y agregó que un jugador puede estar involucrado en operaciones de hasta 700 u 800 mil pesos.