Sebastián Vega con la bandera del orgullo LGTB encima del aro tras consagrarse campeón de la Liga Nacional con Boca Juniors (@BocaBasquet)

Boca Juniors se consagró campeón por quinta vez de la Liga Nacional de básquet tras derrotar en una final dramática a Instituto de Córdoba que se celebró al máximo en La Bombonerita. En medio de los festejos, arriba de uno de los aros se encontraba Sebastián Vega, una de las figuras de la serie, quien desplegó la bandera del orgullo LGBT. La escena no pasó inadvertida y el alero de 37 años hizo visible una historia de superación personal que lo mejoró como ser humano y deportista en una de las etapas más gloriosas de su carrera.

“El Seba chico hubiese estado muy feliz por todo lo que hoy estoy logrando. Era impensado siendo gay, porque en su momento era imposible, porque no tenía un referente o una persona que lo hubiera dicho o hecho. Me tocó ser el primero. Fue muy duro, hubo mucha presión y todavía cargo con un montón de cosas que la gente no se da cuenta en el día a día. Yo soy fuerte, me la banco, los que más lo sufren son mi familia. Pero creo que lo más lindo es dar un mensaje de que se puede, de que uno es y ya. Creo que lo que más lindo de todo es que cuando subí la bandera toda la gente de Boca me aplaudió y estaba muy orgullosa. Y creo que esa imagen va a ser imborrable en mi vida», expresó con emoción el entrerriano tras cortar las redes, en TyC Sports.

El jugador, que llegó a Boca en 2023 proveniente del Unifacisa de la NBB de Brasil, fue uno de los pilares del conjunto que orientó el Polaco Gonzalo Pérez, con un promedio 9.2 puntos en 24.4 minutos por juego, además de mostrar muy buenos porcentajes en lanzamientos de dobles (53%). Su experiencia fue clave en determinados momentos de las finales y sirvió además para cosechar su décimo título personal y cuarto en el Xeneize. “Estamos muy felices, muy emocionados y ahora nos queda disfrutar de todo esto. Este equipo siempre estuvo a la altura. Sabíamos que veníamos con esa presión de ser candidatos porque fuimos primero todo el año y era complicado mantener esa regularidad”, analizó el hombre de 2 metros de estatura en medio tras la coronación.

Surgido de Central Entrerriano de Gualeguaychú, su ciudad natal, Vega debutó en 2004 y sus buenas condiciones lo llevaron a formar parte de las selecciones nacionales juveniles. Integró el equipo U18 subcampeón de Argentina en el FIBA Américas de 2006, disputó el Mundial U19 de Serbia y cuatro años más tarde ganó otra medalla de plata con la Mayor en el Sudamericano. Su carrera en el básquetbol de alta competencia siguió en Peñarol de Mar del Plata, Quimsa de Santiago del Estero, Libertad de Sunchales, Gimnasia de Comodoro Rivadavia y Aguada de Uruguay.

En marzo de 2020, Sebastián Vega se liberó de “una pesada mochila”, tal como expresó en una extensa y sentida carta en sus perfiles públicos en la que contó abiertamente su orientación sexual y explicó cómo fue atravesando diferentes obstáculos que se le presentaron en el transcurso de su vida. “No quería ocultarme más. No estaba haciendo nada malo, no había matado a nadie. Fueron años agobiantes donde el miedo directamente me paralizaba. Me daba terror que alguien sospechara que era gay. Me volví una persona cerrada. Me aislaba para no tener que dar explicaciones y hasta dejé de hacer cosas que me gustaban para no exponerme a nada. Lloré y me maldije durante muchísimo tiempo”, escribió hace cinco años.

El destino quiso que el rival de la coronación de Boca fuera Instituto, casualmente el mismo equipo que enfrentó Vega en Gimnasia de Comodoro antes de contarle a su amigo -también basquetbolista- Lucas Pérez que había tomado la decisión de hablar de su homosexualidad. El comienzo de aquella charla en un café de Córdoba marcó un antes y un después en la vida del entrerriano. “Lo más importante fue decirle a mi familia, porque no quería que se enteraran por algún rumor, que se enteren por otra gente. Fui directo a ellos que son los que siempre están. Costó un poco al principio porque es un proceso para ellos también. Hay que llevarlo hablando. A mi viejo le costó un poco más, pero lo va llevando bien. Llegó un momento donde era agotador, cansador, demanda mucho, provoca mucho estrés ir de un club a otro y tener que empezar nuevamente a exponerte, a decir “che, soy gay”. Es muy desgastante», le dijo Sebastián a Infobae en 2020.

Sebastián Vega festeja en la serie final de la Liga Nacional entre Boca e Instituto (Prensa Liga Nacional de Básquet)

Uno de los grandes temores del jugador era ser marginado luego de su exposición, pero encontró una gran aceptación en los clubes donde participó y hasta mostró su mejor versión deportiva. “Mi mayor miedo era quedarme sin trabajo. Que por mi orientación sexual ningún equipo quiera contratarme. Que no se mire en lo profesional que soy y lo que hago en la cancha y se mire mi orientación sexual», relató. Además, se sorprendió con el gesto de Manu Ginóbili, el mejor basquetbolista argentino de la historia, quien lo felicitó por su coraje: “Que se haya tomado el tiempo de ver lo que pasó, de mi noticia, y que me apoye, fue increíble. Pero también es emocionante toda la gente. Son tantos los mensajes de apoyo que fue un día muy emocionante. Me siento muy tranquilo y feliz con lo que está pasando. Me llenaron de cariño. No lo puedo creer”.

Vega ya ganó. No sólo en la cancha, sino en la vida. Su imagen subido al aro, con la red del campeón cortada colgando alrededor de su cuello con la bandera del arcoíris, que representa al movimiento LGTB generó admiración. “Orgullo”, destacó la cuenta del básquet profesional de Boca Juniors. Esa foto significó más que el valor de un título. Fue un símbolo para representar la diversidad y los derechos de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, trans y otras identidades sexuales y de género. Además de visibilizar una lucha por promover la igualdad y el respeto.

Sebastián Vega con el trofeo de la Liga Nacional y la bandera LGTB (Prensa Liga Nacional)