ROMA.- El papa Francisco quiso que en su misa de inauguración de pontificado del 19 de marzo de 2013 estuviera su amigo cartonero, Sergio Sánchez, vestido con su ropa y zapatos de trabajador. Y, sin dejar nada librado al azar, dejó expresamente dicho a sus máximos colaboradores que también quería que estuviera en su despedida final, junto a los más poderosos del mundo.

Así fue como Sánchez llegó este viernes a Roma, justo a tiempo para ingresar a la capilla ardiente de Francisco en la Basílica de San Pedro, minutos antes de su cierre tras el paso de 250.000 personas. Mañana, emocionado y con su uniforme de cartonero, ocupará un lugar privilegiado entre los líderes globales durante el funeral solemne del papa.

El cartonero Sergio Sánchez se despide del papa Francisco

“¿Qué representó Jorge Bergoglio para mí? Mucho y no sólo para mí, sino para toda una organización. Fue alguien que siempre peleó por todos los derechos en defensa de los más humildes y fue para nosotros una guía espiritual extraordinaria”, dijo a LA NACION.

Sánchez fue invitado a viajar a Roma por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el “ministerio social” del Vaticano, encabezado por el cardenal jesuita checo-canadiense Michael Czerny. Regresará a Buenos Aires el lunes, en lo que constituye un viaje relámpago que refleja la fidelidad del papa Francisco hacia sus amigos y la coherencia de su mensaje hasta el final.

El cartonero Sergio Sánchez viajó a Roma a despedirse de su amigo el papa Francisco

De hecho, en octubre de 2015, Francisco bautizó en la capilla de Santa Marta a uno de los hijos de Sergio, al que llamaron Francisquito.

El cartonero, que también estuvo presente en la misa de despedida celebrada en Flores antes de que el entonces arzobispo de Buenos Aires partiera rumbo a Roma para participar del cónclave tras la renuncia de Benedicto XVI, espera ahora que el sucesor de su amigo mantenga la misma línea de compromiso con los últimos.

El cartonero Sergio Sánchez se despide del papa Francisco

“Nosotros esperamos que su legado pueda ser entendido por el que será electo como su sucesor. Y que el Papa que venga sea un papa para los pobres, como fue Francisco. Esperamos que venga un Papa para los pobres, que reconozca, como él, que en este mundo hay que dar la mano y que hay que levantar a las personas que están caídas”, manifestó, ante una consulta de esta corresponsal.

Vestido con la campera azul de los cartoneros, carreros y recicladores, el dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) destacó que viajó para representar a todos los compañeros y “para decir que los movimientos sociales y populares están tristes, pero no por eso vamos a bajar los brazos”.

El cartonero Sergio Sánchez viajó a Roma a despedirse de su amigo el papa Francisco

“Vamos a seguir tratando de que la voz del Papa siga creciendo no solamente en la Argentina sino en el mundo y para que se entienda que nosotros, los movimientos populares, los trabajadores de la economía informal, que estamos no sólo en la Argentina, vamos a seguir trabajando”, agregó.

El papa Francisco, que desde el inicio de su pontificado denunció que el sistema socioeconómico actual “ha perdido su rostro humano”, respaldó de manera firme a los movimientos populares. Mantuvo encuentros con ellos no solo en Roma, sino también en distintas partes del mundo —como en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y en Temuco, Chile—, y acompañó sus principales reclamos: tierra, techo y trabajo, un salario básico universal y la reducción de la jornada laboral. Tal fue su cercanía que llegó a llamarlos “poetas sociales”.