El martes 22 de abril, una exclusiva del diario Paris-Match revolucionaba la sociedad francesa: Hélène Perlant, hija del actual primer ministro François Bayrou, confesaba haber sufrido abusos a los 14 años. La denuncia formaría parte del caso Bétharram, una macroinvestigación de la Fiscalía de Pau, capital de la región francesa de los Pirineos Atlánticos, sobre presuntos abusos, agresiones sexuales y violaciones cometidos en el instituto católico de Notre-Dame de Bétharram entre las décadas de 1970 y 1990.
Los abusos contra Perlant habrían ocurrido durante un campamento de verano organizado por el colectivo religioso de Bétharram. «Una noche, mientras deshacíamos nuestros sacos de dormir, [el padre] Lartiguet me agarró del pelo, me tiró al suelo y me dio puñetazos y patadas por todo el cuerpo, sobre todo en el estómago“, ha contado en una entrevista con Paris-Match. «Para decirlo sin rodeos, me oriné encima y me quedé allí toda la noche, así, mojada y postrada en mi saco de dormir», confesó ante el periodista. La mujer ha guardado silencio durante más de treinta años, que ahora rompe en Le Silence de Bétharram (El silencio de Bétharram), un libro que publicará el jueves Alain Esquerre, principal portavoz de las víctimas de la institución católica. Para el autor, se trata de un “sistema organizado como una secta o un régimen totalitario que ejerce presión psicológica sobre estudiantes y profesores para que guarden silencio”.
La implicación del primer ministro se investiga desde hace tiempo. A sus 73 años, Bayrou acumula una vida de cargos públicos a nivel local y nacional. Oriundo de la región de Bearne, donde sucedieron los abusos, Bayrou ejerció como ministro de Educación, presidente del Consejo General y diputado por los Pirineos Atlánticos durante las décadas investigadas. Las pesquisas periodísticas de Mediapart ya lo señalaron como presunto encubridor de los abusos sufridos por unos 200 estudiantes de esta escuela católica, entre los que ahora aparece su propia hija.
Bayrou declarará el 14 de mayo
Varios testimonios recogidos por Mediapart aseguraban que Bayrou era conocedor de los hechos, recibiendo al menos tres alertas de violencia en Notre-Dame de Bétharram: de una profesora de la institución en 1996, un juez de instrucción en 1998 y en el pasado mes de mayo, cuando una víctima le envió una carta personalmente. Todos los avisos quedaron sin respuesta.
Sin embargo, su hija niega que el primer ministro estuviera al corriente, ni siquiera de su propio caso que, según ella, habría sabido por la prensa. “Quizás, inconscientemente, quise proteger a mi padre de los ataques políticos que recibía a nivel local”, expresó a Paris-Match. “Obviamente, podemos pensar que tenía toda la información. Pero él, al igual que los demás padres, estaba muy involucrado políticamente, a nivel local. Él más. Pero lo pongo al mismo nivel que todos los padres. Cuanto más involucrados estamos, menos vemos, menos entendemos. Y cuantos más testigos hay, menos se sabe”, valoró la superviviente.
Pese a ello, François Bayrou comparecerá el 14 de mayo ante la comisión de investigación parlamentaria nacida del escándalo Bétharram. A principios del mes de abril, un ex policía y un ex juez que investigaron la primera denuncia de violación contra un responsable religioso en Notre-Dame de Bétharram afirmaron que François Bayrou había intervenido en el caso, algo que el primer ministro ha negado. “No conozco a estos protagonistas, y mi esposa no los conoce”, ha afirmado el mandatario francés en alguna ocasión. Desde la oposición, piden la dimisión de Bayrou como primer ministro.