A medida que pasa el tiempo, las funciones cognitivas se deterioran, en particular la memoria, ya sea por alguna enfermedad neuronal o por el propio envejecimiento natural. Para contrarrestar los efectos avanzados e impedir que una persona llegue a la adultez mayor sin un buen estado cerebral, especialistas estudiaron diferentes alimentos orgánicos disponibles en el mercado y encontraron como solución una fruta que muchas veces pasa desapercibida.
Se trata de la uva, que está compuesta por diversos nutrientes, vitaminas y minerales, necesarios para que el cerebro funcione correctamente, en especial en aquellas regiones encargadas de almacenar los recuerdos, como el hipocampo, la amígdala y la corteza cerebral.
Según Klarity Library, diversos estudios hicieron hincapié en los antioxidantes que posee esta fruta, capaces de influir en la memoria relacionada con la edad. Estos impiden la propagación de radicales libres y detienen el deterioro de las células, lo que además mejora el rendimiento cognitivo y previene el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
Los radicales libres tienden a afectar el sistema nervioso, lo que representa un riesgo de contraer o desarrollar Alzheimer, depresión o sufrir un accidente cerebrovascular. Por lo tanto, se sugiere consumir uvas en su estado natural o, mejor aún, preparar un jugo casero sin azúcar.
Esta fruta contiene dos tipos de antioxidantes poderosos: el resveratrol y la quercetina. El primero está presente en la piel y las semillas de las uvas, y se lo asocia al envejecimiento saludable, a la protección contra enfermedades neurodegenerativas y a la prevención de la inflamación.
Por su parte, la quercetina es un flavonoide, un tipo de sustancia natural presente en todas las plantas y productos vegetales. Además de ser antioxidante, también tiene propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.
Por otra parte, la uva es rica en vitamina C, conocida por sus efectos inmunoestimulantes, por lo que podría proteger al cerebro de virus que dañan las regiones implicadas en almacenar los recuerdos. Además, facilita la absorción de hierro, necesario para el transporte de oxígeno a las neuronas y para la producción y mantenimiento de neurotransmisores.
Otro de los componentes de esta fruta es la vitamina K, que favorece la salud ósea y la circulación sanguínea. La formación de coágulos en la cabeza podría derivar en un accidente cerebrovascular, además de perjudicar la salud de las zonas del cerebro involucradas en la memoria.
Un relevamiento publicado en la National Library of Medicine sobre los beneficios de la uva en pacientes con deterioro cognitivo avanzado, demostró mejoras en la atención y el lenguaje.
Algunos otros aspectos que también se vieron afectados positivamente fueron: la orientación en el tiempo y el espacio, la capacidad de planificación y organización, y la memoria inmediata y diferida, par recordar información a corto y largo plazo de manera más efectiva.
Por lo tanto, los componentes químicos de la uva pueden contribuir directamente al desarrollo, la función y el cuidado de las neuronas encargadas de la memoria. Se sugiere no abusar de su consumo, pero sí incorporarla a la dieta diaria, con la frecuencia de un puñado por día o cada dos días.
Por último, recordá que, ante cualquier duda, deberías consultar con tu médico de confianza, para saber si tu organismo puede incorporar este alimento y si existe algún riesgo de que te afecte de otra manera.