ARCHIVO - Un buque portacontenedores está atracado en una terminal de carga en Tokio, 9 de abril de 2025. (Foto AP/Hiro Komae)

La economía de Japón experimentó una contracción anualizada del 1,8% durante el tercer trimestre del año, comprendido entre julio y septiembre, según datos oficiales difundidos el lunes por el gobierno japonés. El retroceso se originó principalmente por la caída de las exportaciones —afectadas por el incremento de aranceles estadounidenses bajo el gobierno de Donald Trump— y el desplome de la inversión residencial privada tras la entrada en vigor de regulaciones más estrictas en el sector de la construcción. El descenso, que en términos trimestrales supuso una reducción del 0,4% en el producto interno bruto (PIB), representa la primera contracción en seis trimestres y se sitúa por debajo de la proyección media de un 0,6% de caída recogida en una encuesta de Reuters.

Durante el periodo, las exportaciones japonesas se redujeron un 4,5% interanual, impactando de forma particular a los fabricantes de automóviles, cuyos envíos al exterior se desplomaron tras haber anticipado exportaciones en trimestres previos antes de la entrada en vigor de los nuevos aranceles. El acuerdo formalizado en septiembre entre Estados Unidos y Japón estableció un arancel base del 15% sobre prácticamente todas las importaciones japonesas, reemplazando planes previos que contemplaban tasas de hasta 27,5% para el sector automotor.

La caída de la inversión residencial privada, que retrocedió 9,4% respecto al trimestre anterior y un 32,5% en términos anualizados, se atribuye principalmente, según analistas citados por el gobierno japonés, a las modificaciones del código de construcción vigentes desde abril. Estas exigencias han frenado considerablemente la construcción de nuevas viviendas, conforme reportó Kazutaka Maeda del Meiji Yasuda Research Institute en declaraciones recogidas por Reuters.

El impacto de los aranceles y la nueva regulación en el sector inmobiliario han sido considerados por los economistas como causas coyunturales, por lo cual, según Maeda, la economía japonesa “carece de un fuerte impulso subyacente, pero la tendencia aún apunta a una recuperación gradual en uno o dos años”. Por su parte, el crecimiento del consumo privado, que representa más de la mitad del PIB nipón, se mantuvo modesto con un avance del 0,1% durante el trimestre, el cual coincide con la estimación del mercado, aunque por debajo del 0,4% registrado en el segundo trimestre. Altos precios de los alimentos han frenado el gasto de los hogares.

El gasto de capital presentó un resultado positivo e inesperado, creciendo un 1,0% —muy por encima del pronóstico del 0,3%— y acumulando cuatro trimestres consecutivos de ascenso. “El consumo privado subió por sexto trimestre consecutivo, y la inversión de capital aumentó por cuarto trimestre seguido”, declaró el ministro de revitalización económica Minoru Kiuchi, aseverando que esto“refuerza la visión de que la economía sigue en una senda de recuperación moderada”, según un comunicado emitido por la cartera.

Una grúa de transferencia descarga un contenedor sobre un camión en una terminal marítima del muelle Honmoku en Yokohama, Japón (Bloomberg)

En el contexto de debilidad del PIB, Sanae Takaichi, primera ministra desde octubre, ha prometido revitalizar la economía a través del incremento del gasto público, pero estas medidas podrían agravar el reto del Banco de Japón (BOJ) para controlar la inflación, objeto de vigilancia ante posibles subidas de tasas desde su nivel históricamente bajo. No obstante, la perspectiva de un inminente aumento de tasas en diciembre se desvanece, de acuerdo con Marcel Thieliant de Capital Economics, quien destacó en un informe que el débil desempeño del último trimestre reduce la probabilidad de tal ajuste.

Por otro lado, la atención del gabinete se centra en preparar un paquete de estímulo económico para amortiguar los efectos del encarecimiento del costo de vida. Según declaraciones del ministro de Finanzas Satsuki Katayama, recogidas por medios locales, el estímulo propuesto superará los 17 billones de yenes (USD 109.940 millones). De acuerdo con Uichiro Nozaki, economista de Nomura Securities, se prevé que las nuevas medidas, que empezarán a implementarse desde finales de este invierno hasta la primavera, contribuyan a mejorar las condiciones de ingreso de los hogares en términos reales.

Las expectativas de diversos agentes privados orientan hacia un repunte del crecimiento en el próximo trimestre. Una encuesta difundida por el Japan Center for Economic Research anticipa una expansión del 0,6% para el periodo octubre-diciembre, reflejando confianza en la capacidad de recuperación de la economía japonesa y en el impacto favorable de los estímulos fiscales planeados.

(Con información de AP y Reuters)