
Lejos del lujo de su gran casa en el barrio Golf de Nordelta, Nicolás Payarola -ex abogado de Wanda Nara, entre otras celebridades-, pasó su Nochebuena y su Navidad en un calabozo de la Comisaría 2° de Tigre, ubicada en la zona de Pacheco. Se encuentra alojado allí tras ser detenido tres semanas atrás, acusado por el fiscal Cosme Iribarren de once estafas a sus propios clientes.
Payarola recibió una única visita el jueves por la tarde, en la víspera de la Nochebuena: su pareja, Sofía Ferrarazo, imputada junto a él en al menos tres hechos, le llevó un tupper para que cene algo.
La Comisaría 2° no tiene un salón de usos múltiples. La dependencia policial no tuvo una gran mesa navideña para que se reúnan los detenidos y el personal de guardia, la versión delictiva y bonaerense de una escena de Charles Dickens.
Así, Payarola comió su tupper navideño en su celda, que comparte con otros cinco detenidos, acusados de delitos despreciables, violencia de género, golpear y aterrorizar a sus parejas.
El champagne brilló por su ausencia. El brindis de las 12 fue con gaseosa clara; el alcohol está completamente prohibido en las celdas. Una botella con contenido de un color oscuro, por otra parte, podría emplearse para introducir un objeto de contrabando, como un poco de droga o un puñal.
La idea de un abogado detenido acusado de mentiroso y timador en una celda de comisaría bonaerense, rodeado de violentos, y encima en Nochebuena, implica cierta tensión. Pero fuentes que conocen muy bien el encierro de Payarola aseguran a Infobae que el abogado no la pasa tan mal.
Dentro de esa celda, Payarola logró cierta capacidad de mando. Todo, gracias a su notable labia.
La situación podrá cambiar en los próximos días para el acusado. La jueza Andrea Rodríguez Mentasty -que firmó su prisión preventiva esta semana luego de otorgarle la fianza por una suma millonaria a mediados de este año- ordenó que sea alojado en un penal provincial, una medida que podría materializarse la semana próxima, según estiman fuentes del caso.
Un penal, después de todo, no es una comisaría.

El rosario de mentiras de la causa
El fiscal Iribarren acusa a Payarola de cometer los once hechos de estafa a una serie de clientes que le confiaron sus negocios, con un rosario de delitos asociacidos: defraudación por retención indebida, por abuso de firma en blanco y administración fraudulenta reiterada.
Juan Marcelo Montiel, padre de “Cachete”, héroe del Mundial de Qatar, es uno de ellos. Señaló a Payarola por quitarle 150 mil dólares para la compra de un campo en Ezeiza que, como mínimo, Payarola no estaba facultado para comprar. En paralelo, un juzgado porteño lo había procesado a mediados de este año por, precisamente, engañar a la familia Montiel.
Otra de las víctimas es Macarena Posse, ex abogada de Nara, que, según su denuncia, Payarola había contratado para se encargara de los cuatro expedientes en torno al divorcio de la conductora con Mauro Icardi. En el caso de que Wanda le reclamara el patrocinio, Posse -concejal e hija del ex intendente de San Isidro, Gustavo Posse- había establecido en su contrato un pago de 600 mil dólares -el 15 por ciento de lo que Nara le reclamaba a Icardi- si la conductora e influencer le revocaba el patrocinio antes del año de la firma. Wanda, efectivamente, lo revocó.
Al comienzo, Payarola, según declaró Posse, se hizo el desentendido, para luego fustigar a la abogada sanisidrense cuando reveló el tema en los medios. Wanda declaró en la causa dos semanas atrás. Aseguró que el abogado le afirmó que todo ese dinero saldría del bolsillo de Mauro Icardi.

Así, luego de más de dos años de investigación, Iribarren requirió el mes pasado la detención de Payarola y una serie de allanamientos a su casa en el Barrio Golf y su estudio, también ubicado en Nordelta, con un operativo realizado por la Superintendencia AMBA Norte I a cargo del comisario general Lucas Borge, que halló documentos vinculados a Nara.
Ferrarazo, la pareja que le llevó el tupper navideño a Payarola, una mujer de 35 años -registrada en el rubro de servicios jurídicos de la AFIP, aunque su nombre no figura en los padrones de los colegios de abogados porteño y bonaerense, socia desde 2022 en una empresa de marketing según el Boletín Oficial- fue acusada de participar en, al menos, tres hechos.
En el primero, que data de febrero de 2021, el abogado y su pareja fueron acusados de timar a una viuda a la que representaban en la sucesión de su marido.
Según la pareja, el difunto tenía “cuatro propiedades en España y Estados Unidos”, asegura un documento de la causa.. Los abogados “debían abrir sucesiones en el extranjero y llevar a cabo “trámites” y abonar “conceptos y pagos de impuestos de las propiedades de Miami” “versión construida con el claro e inequívoco fin de defraudar a las víctimas a quienes convenció que de esa manera “serían millonarias”“, continúa la imputación.
Así, le quitaron a la viuda, supuestamente, 274 mil dólares.
Con un hecho que data de agosto de 2021, es propia de un oscuro cerebro financiero. Una clienta del abogado, que se encontraba en un conflicto por cuotas alimentarias con su ex marido, denunció que Payarola le comunicó que detectó una serie de supuestas cuentas bancarias de su ex en el exterior.
Lo que sigue implica un nivel de manipulación notable:
Payarola y sus asociados “debían iniciar diversas gestiones en el exterior, más precisamente en los Estados Unidos con la colaboración de un ex JP Morgan… a los efectos de ‘crear una cuenta espejo’ que reflejara los movimientos de las cuentas de su ex marido, para luego poder retirar la totalidad del dinero”.
Cada vez que, supuestamente, la ex pareja de la clienta hacía operaciones en una cuenta del Bank Of América, Payarola le solicitaba sumas de dinero para introducir en la supuesta cuenta espejo, que la clienta le entregaba en mano en su estudio.
La suma que habría perdido la mujer se acerca a los 800 mil dólares.
El rojo fiscal complica a Ferrarazo, más allá de la causa: datos del Banco Central revelan que acumuló una deuda de más de $9 millones en cheques sin fondo, con otra de deuda de alto riesgo de insolvencia de más de $6 millones con un conocido banco.