La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pronuncia un discurso especial durante la 55ª reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, Suiza, el 21 de enero de 2025. REUTERS/Yves Herman

La Comisión Europea puso en marcha este miércoles el proceso de ratificación del acuerdo comercial con los países del Mercosur, que enfrenta la reticencia de Francia y tendrá que ser aprobado por los 27 países del bloque y el Parlamento Europeo.

El ejecutivo europeo validó el acuerdo comercial con el bloque sudamericano y prometió garantías “sólidas” para proteger el sector agrícola, muy crítico con el pacto.

La adopción por parte de los comisarios europeos es el primer paso antes de someter este tratado de libre comercio a los Estados miembros y a los eurodiputados en los próximos meses.

Según una fuente europea, Bruselas quiere actuar con rapidez y espera alcanzar un acuerdo con los Veintisiete antes de que termine 2025, mientras el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ocupe la presidencia rotatoria del Mercosur.

Lula da Silva y Emmanuel Macron.

Este acuerdo debe permitir entre otros que la Unión Europea exporte más automóviles, maquinaria y bebidas alcohólicas a Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.

A cambio, facilitaría la entrada de carne, azúcar, arroz, miel o soja latinoamericanos, con el riesgo de debilitar algunos sectores agrícolas europeos.

Para la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, “se trata de un acuerdo beneficioso para todas las partes, con ventajas significativas para los consumidores y las empresas” de ambos continentes.

Sin embargo, desde que concluyeron las negociaciones en diciembre, los sindicatos de agricultores europeos se han mostrado muy críticos.

Un trabajador corta carne de vacuno en la línea de producción en una planta de procesamiento de carne en Morón, Buenos Aires, Argentina. 16 de mayo de 2025. REUTERS/Agustín Marcarián

“La lucha continúa”, advirtió el lunes el principal sindicato agrícola francés (FNSEA), en un llamamiento al presidente Emmanuel Macron.

Francia ha reiterado desde hace años su oposición a ese proyecto de tratado, que considera una amenaza para su producción de reses, aves, azúcar y biocombustibles, al tiempo que reclama medidas suplementarias de protección.

El proceso de ratificación coincide con la tormenta política en Francia, donde el gobierno podría caer el lunes si el primer ministro, François Bayrou, no supera una moción de confianza.

“Traición”

Para tranquilizar al gobierno francés, Bruselas tiene previsto completar el acuerdo con un “texto jurídico” que refuerce las medidas de salvaguardia para “los productos europeos sensibles”, un gesto que fue bien recibido por París.

Protesta de agricultores en Francia. (AFP)

Francia aseguró el miércoles que la Comisión “escuchó las reservas” de París pero advirtió que ahora analizarán que sus reclamos están bien incluidos y que sean jurídicamente viables.

Tras este gesto, la Comisión insta a los 27 a que aprueben “rápidamente” este acuerdo. “No hay motivo para esperar”, afirmó un alto funcionario europeo.

Pero en Francia, tanto la oposición de extrema derecha como la patronal del sector bovino denunciaron una “traición” si el gobierno acepta el acuerdo, mientras que la izquierda radical llamó a una “movilización general” contra el tratado.

El acuerdo con el Mercosur cuenta con numerosos partidarios en Europa, como Alemania, que busca nuevos mercados para sus empresas, especialmente desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y la imposición de aranceles a los productos europeos que entran en Estados Unidos.

Protestas por el acuerdo entre el Mercosur y la UE.

Este acuerdo es una “excelente oportunidad” para la competitividad europea, se felicitó el presidente del Consejo Europeo, António Costa.

Según Bruselas, el acuerdo con el Mercosur permitiría a los exportadores europeos ahorrar más de 4.000 millones de euros (4.600 millones de dólares) en aranceles al año en Latinoamérica.

El acuerdo tiene dos partes, una política y otra comercial, y Francia no puede bloquear únicamente la parte comercial.

Si quisiera bloquear la ratificación, debería reunir una “minoría de bloqueo”, es decir, al menos cuatro Estados que representen como mínimo un 35% de la población de la Unión Europea.

(con información de AFP)