En una madrugada que cruzó el límite entre la intimidad y el show, Fabiana Cantilo sorprendió a sus seguidores con un vivo de Instagram en el que, tras algunos minutos, se sumó a la charla Lourdes Fernández, integrante de Bandana. La ventana digital fue de todo menos predecible y enseguida se transformó en un intercambio sincero, incómodo y por momentos desopilante acerca de los días más agitados de Lourdes, marcados por el escándalo policial y su relación con Leandro García Gómez, hoy detenido por privación ilegítima de la libertad.
La conversación, levantada por el Instagram de Sálvese Quien Pueda, arrancó con Fabiana lanzando la pregunta que estaba en la cabeza de todos los que seguían las noticias recientes: “¿Qué pasó, mi amor? ¿Estabas durmiendo? Quiero saber una cosa muy importante”. Lourdes, sin titubear y fiel a su humor sarcástico, le respondió: “Escuchá esto porque fue genial. A vos te apareció la ambulancia, a mí de repente una patada de allanamiento”, relató, desatando las primeras risas y también la incredulidad de quienes seguían la charla.
El clima se tornó aún más surrealista cuando Lourdes aseguró que en medio del revuelo estaba “con la frazada de tigre en las tetas”, detalle que enseguida disparó los comentarios de la propia Fabiana. “¿Por qué estabas disfrazada de tigre?”. “No, estaba con la frazada de tigre. De tigre, muy importante”, aclaró Lourdes, mezclando el absurdo con la confesión cruda sobre la noche del escándalo.

Ambas supieron mantener el tono entre lo cómico y lo dramático. La cantante de Bandana, lejos de la pose, relató: “Tuve una angina de pu… madre”. Fabiana le retrucó, incrédula: “No te creo nada, ya es aparte”. Lourdes se defendió entre risas: “Te lo juro, bol…, te lo juro, no te voy a mentir”. El ida y vuelta fue tan honesto como desprolijo, con Cantilo pidiendo detalles de los días en los que Lourdes estuvo “desaparecida”. “No dormí cinco días, dormí” balbuceó Lourdes, aclarando que todo se exageró demasiado. “Exageraron, estuve dormida dos días y dijeron: ‘No se la ve hace un mes’”.
En ese ambiente de confesiones, Cantilo recordó sus propias historias con la salud: habló de un pasado de internaciones forzadas, cuando terminaba atada a la cama y rodeada de enfermeros tras forcejear. Lourdes, siempre atenta al humor que atraviesa los peores momentos, contestó: “No, bol…, qué bajón. Qué bajón”.
Pero no todo fue risa y anécdota. El tema más delicado de la noche giró alrededor del vínculo con García Gómez. “¿Quién es este novio que tenés rarísimo?”. Lourdes intentó despegarse: “No tengo nada, no tengo nada”. Fabiana insistió: “Bueno, ¿pero ahora estás separada?”, y Lourdes confirmó: “Sí”. Sin rodeos, llegó el turno de la pregunta incómoda: “¿Te pegó?”. Lourdes reconoció: “Hace rato ya”. Pero detrás del “ya pasó”, la charla fue y vino sobre las idas y vueltas, la toxicidad, la separación, el famoso “revinculado” y todo lo que los une con su ex. Fabiana fue enfática: “No lo queremos al señor que pega, Lourdes”.

Fabiana siguió buscando respuestas: por qué hubo nueva cercanía, si volvieron o no volvieron. Lourdes fue contundente: “No, no volvió a hacerlo. Habíamos salido de toda esa toxicidad. Por eso realmente estoy muy triste de que hoy justamente le hayan negado la libertad”. Sin poder terminar la frase, mostró su verdadera angustia. La sinceridad se mezcló con promesas de amigas, con juramentos a Dios y, en el caso de Cantilo, hasta por su gato.
Hubo lugar, también, para las consultas sobre cómo fue esa semana agitada y dónde estaba Lourdes cuando explotó el conflicto. “¿Cómo fue todo? Fuiste y le dijiste: ‘Hola, ¿qué tal? Tomemos un champán’”, preguntó Fabiana, a lo que Lourdes aclaró que no le gusta el champán, pero accedió a un “poquito de whisky, pero no quería tomar”. Relató que se quedó dormida el domingo tras la fiebre y cuando se despertó esa noche “empezó todo este cuadro”. Suspendió el trabajo y la fiebre no permitía que se levantara de la cama. Fabiana quiso saber si el ex había ayudado: Lourdes explicó que él fue a comprar remedios, pero que estaba tan mal que no se los pidió directamente, simplemente actuó por cuenta propia porque ella estaba “inconsciente”.
La charla no dejó tema por fuera: desde el whisky del brindis y la falta de ganas de festejar, hasta la incredulidad de Cantilo sobre qué enfermedad tuvo: “¿Cómo inconsciente? ¿COVID?”. Lourdes contestó: “Tuve fiebre. Aunque para mí sí, sabés que sí. Yo no sé…”.
La transmisión fue un viaje por las verdades más incómodas, los excesos, los enredos de la vida sentimental y la crudeza con la que dos artistas, amigas y mujeres con historia, desarman en vivo la mirada de los medios y los prejuicios. De principio a fin, Fabiana y Lourdes abrieron la puerta de su intimidad, rieron del absurdo y, sin evitar el dolor, dejaron en claro que están dispuestas a contarlo todo, sin vueltas y con la honestidad brutal que solo puede verse cuando la cámara está encendida y nadie altera el guion.