La Casa Blanca expresó su apoyo al líder ultraderechista neerlandés Geert Wilders, luego de que este desarmara la coalición gubernamental en Países Bajos desatando una crisis política que podría derivar en elecciones anticipadas. Wilders, conocido internacionalmente por su retórica antimigratoria y calificado como el “Trump neerlandés”, retiró a su Partido de la Libertad (PVV) debido a desacuerdos profundos sobre las políticas migratorias del país.
Un funcionario de la Casa Blanca, bajo condición de anonimato, manifestó a la agencia de noticias AFP que Países Bajos enfrenta “graves amenazas” a raíz de sus políticas de frontera abierta y migración ilegal. Remarcó que el presidente Donald Trump ha respaldado las acciones de Wilders y los líderes que “protegen su soberanía e identidad nacional”.
Y añadió: “Los líderes que luchan por priorizar a sus ciudadanos y asegurar el futuro de su nación merecen ser elogiados”.
Este respaldo se enmarca en una ofensiva más amplia de la administración Trump para influir sobre las políticas migratorias en Europa, promoviendo fronteras seguras y restricciones estrictas como las que él mismo ha implementado en Estados Unidos.
Mientras tanto, el vicepresidente estadounidense, JD Vance, ha manifestado su respaldo a movimientos ultraderechistas similares en Europa, tales como el AfD en Alemania, señalando que este incremento en el apoyo refleja un cambio en las prioridades de los votantes hacia la protección de la soberanía nacional.
La decisión de Wilders llega en un contexto europeo donde los partidos de ultraderecha están ganando considerable terreno. En Países Bajos, su salida del gobierno crea inestabilidad política justo antes de una importante cumbre de la OTAN que el país debe acoger a fines de junio. Wilders justificó su movimiento alegando que el gobierno estaba prolongando la aplicación de lo que él considera la política migratoria más restrictiva de la historia neerlandesa.
Por su parte, el primer ministro de Países Bajos, Dick Schoof, calificó la acción de Wilders como “innecesaria e irresponsable” y anunció que permanecerá en su puesto de forma interina pese a los desarrollos actuales, hasta que se logre constituir un nuevo gobierno. En el ámbito electoral, las encuestas indican que el PVV de Wilders todavía lidera las intenciones de voto, aunque la competencia se ha intensificado con la coalición entre ecologistas y socialdemócratas, y el partido liberal VVD también mantiene una fuerte presencia política.
Wilders ha sostenido en repetidas ocasiones sus exigencias de cerrar las fronteras a los solicitantes de asilo, reforzar los controles, y deportar a personas con doble nacionalidad condenadas por delitos. Sin embargo, tales propuestas han recibido críticas por parte de expertos que las consideran ilegales o poco viables dentro del marco del derecho europeo.
El resurgimiento de los movimientos ultraderechistas no es exclusivo de Países Bajos; fenómenos similares se observan en otras partes de Europa, como la significativa posición alcanzada por el partido Chega en las elecciones portuguesas, y la reciente elección de Karol Nawrocki en Polonia. Estas dinámicas subrayan una evolución política palpable en la región, a medida que las políticas nacionalistas y de seguridad fronteriza ganan popularidad, planteando interrogantes sobre el equilibrio futuro entre cooperación internacional y soberanía nacional.
(Con información de AFP)