Milei se reunió el miércoles pasado con el presidente de Adeba Javier Bolzico

Las asociaciones de bancos le llevaron al Gobierno una propuesta para evitar que el desarme de las Letras Fiscales de Liquidez (Lefi), que liberó 10 billones de pesos en el mercado, tuviera un impacto marcado en la liquidez del sistema, lo que terminó días después por desanclar las tasas de interés en pesos y disparar la presión cambiaria.

La carta en cuestión fue enviada al Banco Central, firmada por las cuatro principales entidades del sector (Adeba entre los bancos de capital nacional, ABA entre los internacionales, ABE de la banca especializada y Abappra entre los públicos) y fue citada en dos informes de consultoras privadas –Romano Group y Adcap Grupo Financiero-para reflejar cuál era la postura que tenía el sistema bancario ante el advenimiento del fin de las Lefi y la inyección de pesos, que luego de liberados tuvieron que ser reabsorbidos con una serie de medidas por parte del equipo económico.

En ese mensaje al BCRA, según las consultoras enviado alrededor del 14 de julio, los bancos propusieron que el Banco Central mantenga una ventana de liquidez de cortísimo plazo, en lugar de destinar para ese misión solo a las Lecap que el Tesoro licita de manera quincenal. La ineficacia para redireccionar esos pesos en circulación provocó una fuerte volatilidad en las tasas en pesos, es decir, el costo del crédito en moneda local. Es un elemento que, entre otras cuestiones, pone bajo presión las finanzas de las empresas que llegaron a afrontar un interés de hasta 100%, tal como reflejó Infobae.

Según se lee en esa carta reproducida por esas dos consultoras, las entidades consideraron que “al desaparecer este instrumento -en referencia a las Lefi-, las entidades financieras dirigirán esos recursos a través de otros mecanismos. Sin embargo, las otras alternativas no tienen las mismas características”, señalaron.

La carta que los bancos hicieron llegar al BCRA. Fuente: AdCap Grupo Financiero.

Según las asociaciones de bancos, las Lefi presentaban ventajas operativas clave para los bancos. “Tienen mayor flexibilidad que otros títulos públicos al estar exceptuados de los límites establecidos por el BCRA para la exposición al sector público”, subrayó la carta, en relación a las regulaciones para evitar que los bancos concentren en exceso sus inversiones en instrumentos emitidos por el Estado. Esa condición solicitada les hubiera permitido cumplir con exigencias regulatorias sin que eso afectara los techos vigentes para la tenencia de deuda estatal.

Frente a este escenario, las cámaras bancarias consideraron que “la adopción de ciertas medidas […] permitiría mitigar los efectos negativos de la discontinuidad de las LEFI, permitiendo que las entidades puedan ajustarse mejor a la nueva situación”. Entre esas sugerencias, propusieron habilitar el “traslado de exceso de integración de efectivo mínimo de un período al siguiente”, lo que “contribuiría a reducir la volatilidad y facilitaría operativamente la integración” de los encajes. El Banco Central había operado en ese sentido el 10 de julio, al implementar la Comunicación A 8277 que flexibilizó el exceso en los encajes.

Otro de los puntos que los bancos le pidieron al titular del BCRA, Santiago Bausili, fue la creación de un mecanismo intradiario de fondeo para bancos. Adeba solicitó “establecer un mecanismo mediante el cual las entidades puedan obtener fondos de forma inmediata al menos hasta las 18 hs contra la garantía de un título, reversando la operación a última hora del mismo día”. Según la carta, se trataría de un sistema similar al que ya aplican bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo, el de Japón, Australia, Brasil e Inglaterra, entre otros.

Claudio Cesario, presidente de ABA

En caso de que una entidad no restituyera los fondos en su totalidad al cierre, la diferencia quedaría sujeta a un cargo equivalente al doble de la Tamar, es decir, la Tasa Mayorista, la que cuenta para los depósitos de más de $1.000 millones. Entre las recomendaciones regulatorias, plantearon además “exceptuar de los límites de exposición al sector público a las Lecap con un plazo residual inferior a 90 días”.

Finalmente, se refirieron al tratamiento regulatorio en el marco del LCR (Ratio de Cobertura de Liquidez), un indicador que mide la capacidad de las entidades para afrontar salidas de fondos en un escenario de estrés de 30 días. En ese contexto, Adeba recordó que las Lefi eran consideradas al 100% como activos líquidos de alta calidad. “Tomando en cuenta que las Lecap con plazo residual menor a 90 días son una alternativa a esas letras, sería conveniente […] que reciban el mismo tratamiento”, afirmaron. Por eso, propusieron que las Lecap con vencimiento dentro de los 30 días pasen de computar el 90% actual al 100 por ciento.

El ministro de Economía Luis Caputo había cargado el martes 15 contra los bancos por no haber respondido ante el desarme de las Lefi como esperaban en el Palacio de Hacienda. “Las Lefi se suponía que los bancos las iban a canjear por Lecaps. Pero los bancos, temerosos de perder la liquidez diaria, no fueron con todo y prefirieron hacer numerales”. Un día después, en forma sorpresiva, el presidente de Adeba Javier Bolzico tuvo una reunión con el presidente Javier Milei.

En el mismo mensaje, Caputo señaló que la licitación fuera de cronograma llevada a cabo el miércoles 16 fue pedida por el sistema financiero. “Los bancos mismos nos pidieron la lici que anunciamos el lunes”, dijo el ministro. Días después, en una participación en el streaming libertario Carajo, Bausili explicó que la licitación había sido coordinada entre el BCRA y la secretaría de Finanzas, sin mencionar ninguna solicitud por parte de los bancos.

Desde Romano Group señalaron que “la extinción de las Lefi trajo consigo una mayor liquidez en el sistema”, lo que provocó una fuerte compresión en toda la curva de tasas. Aun así, advirtieron que un tipo de cambio real relativamente bajo exigía tasas cada vez más elevadas para evitar la conversión de pesos a dólares. La entidad consideró que la liquidez excedente ya había sido mayormente absorbida, aunque alertó sobre una “posible incomodidad por parte de los bancos en su administración de liquidez”, especialmente porque la ventana overnight comenzó a cerrarse.

Santiago Bausili, presidente del Banco Central

En ese contexto, Romano hizo mención a esa propuesta de Adeba y su intención de mantener una ventana de fondeo intradiario con garantía de títulos. También se refirieron al esquema de fijación de tasas: “Al quitar al BCRA de ese rol y pasar a un control de agregados, la tasa se volvió más volátil, con el Ministerio de Economía marcando el pulso”.

Sobre lo que podía esperarse hacia adelante, estimaron que la tasa estructural se ubicaría por debajo de los niveles previos, aunque su evolución seguiría siendo volátil. “Alguna alternativa de administración intradiaria de liquidez para bancos la vemos probable”, agregaron, sobre el pedido de Adeba.

Por su parte, Adcap Grupo Financiero destacó que “las tasas de corto plazo sugirieron que el Gobierno logró absorber parte del exceso de pesos” tras la licitación no programada la semana pasada. Advirtieron que el lunes las tasas de fondeo intradiario escalaron hasta 55% y que el martes llegaron a tocar 80%, con oscilaciones entre 60% y 80% durante el mediodía. Según la entidad, esta dinámica expuso “la fragilidad del esquema actual”.

Desde Adcap remarcaron que la evolución futura dependería de dos factores: la decisión del BCRA respecto de su marco operativo —lo que permitiría una mejor gestión de la liquidez bancaria— y la actitud de los bancos ante los vencimientos de Lecap a fin de mes. “Rollovers (renovación) por debajo del 100% aliviarían presión y podrían hacer retroceder las tasas de muy corto plazo”, evaluaron. Además, advirtieron que el nivel actual del tipo de cambio, sostenido por el Tesoro, privilegia la acumulación de reservas por sobre la desinflación, aunque el salto reciente del dólar podía afectar tanto la inflación como el panorama político.

Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI), en tanto, indicaron que “la renta fija en pesos recortó en el margen sus rendimientos, alejándose de los máximos intradiarios” que llegaron a superar el 100% de tasa nominal anual en el tramo más corto. Ese movimiento marcó un quiebre en la dinámica alcista que predominó en los días anteriores, en medio de una marcada escasez de liquidez en el sistema bancario.

Según PPI, algunos inversores —tanto locales como del exterior— comenzaron a rearmar sus posiciones de carry trade, interpretando que las elevadas tasas en pesos respondían a un problema transitorio de liquidez y no a un cambio de régimen.