La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) expresó su preocupación por el aumento del ingreso irregular de mercaderías al país, advirtiendo sobre las consecuencias negativas que esta situación genera en la economía, el empleo y la recaudación fiscal. La entidad remarcó la necesidad de reforzar los controles fronterizos y de mejorar la coordinación entre organismos públicos para enfrentar el avance de la mercadería ilegal, que afecta tanto al sector formal como a los consumidores.

Según la CAC, el sector empresarial argentino sufre un impacto directo por la proliferación de productos que ingresan sin cumplir los requisitos legales. Esta actividad ilícita perjudica “no solamente en la comercialización, sino también en la producción y el empleo local”. Bajo la perspectiva de la Cámara, también afecta a las arcas del Estado Nacional debido “a la pérdida de recaudación en concepto de derechos de importación, impuestos internos e IVA”, entre otros.

Entre los productos que ingresan de manera ilegal, la CAC identificó celulares, aires acondicionados, televisores y notebooks como algunos de los más afectados. Estos artículos no cumplen con las certificaciones eléctricas ni con las homologaciones exigidas por el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), lo que representa un riesgo para los consumidores. Además, carecen de garantía oficial y soporte técnico, lo que vulnera los derechos de los usuarios y contraviene las normativas de Defensa del Consumidor y de Lealtad Comercial.

La entidad advirtió que la comercialización de estos productos ilegales se realiza tanto en el mercado físico como en línea, permitiendo que los vendedores ilegales obtengan ingresos extraordinarios sin tributar impuestos. En muchos casos, estos actores aprovechan la publicidad de marcas internacionales para potenciar sus ventas, lo que agrava la competencia desleal y dificulta la tarea de los comercios formales.

En cuanto a las normativas, la CAC subrayó que el ingreso y la venta de mercadería ilegal infringen regulaciones clave, exponiendo a los consumidores a productos sin garantías y sin controles de calidad. Esta situación exige una respuesta firme de los organismos de control y la aplicación efectiva de las leyes vigentes.

La CAC advirtió que la comercialización de los productos ilegales se realiza tanto en el mercado físico como en línea (Shutterstock)

Como parte de sus propuestas, la CAC solicitó que se profundicen las medidas de control y detección en los pasos fronterizos, con el objetivo de identificar y sancionar a los responsables del ingreso irregular de mercaderías. Además, la entidad enfatizó la importancia de fortalecer la coordinación entre los distintos organismos públicos para mejorar la eficacia de las inspecciones y asegurar el cumplimiento del marco legal en todo el territorio nacional.

La CAC considera que solo una acción conjunta y sostenida entre las autoridades permitirá garantizar condiciones de competencia equitativas y proteger tanto a los comercios formales como a los consumidores frente al avance de la mercadería ilegal.

La industria también está en alerta

La preocupación expresada por la CAC se suma a advertencias previas realizadas por el sector industrial. La Unión Industrial Argentina (UIA) alertó sobre el avance del contrabando y del ingreso de productos que eluden los controles aduaneros, con un impacto negativo en la actividad fabril y en el empleo.

Desde la entidad industrial señalaron que la entrada de mercadería ilegal genera una competencia desleal para las empresas que producen y comercializan dentro del marco formal, al tiempo que debilita la producción nacional y afecta las cadenas de valor. Además, advirtieron que esta situación erosiona la recaudación fiscal y pone en riesgo la sostenibilidad de distintas ramas industriales.

En ese contexto, los industriales remarcaron la necesidad de reforzar los controles en fronteras y pasos críticos, así como de profundizar el trabajo conjunto con los organismos del Estado para combatir el contrabando y la informalidad. El planteo coincide con el reclamo de la CAC y refuerza la idea de que el ingreso irregular de mercaderías se consolidó como una problemática transversal que afecta tanto al comercio como a la industria.