
Un compromiso financiero de magnitud histórica buscará marcar el rumbo del desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe durante el próximo lustro. CAF, el banco de desarrollo de la región, anunció una inversión de USD 40.000 millones destinada a impulsar el crecimiento verde, la acción climática, la transición energética, con foco en seguridad hídrica, movilidad sostenible, prosperidad agrícola y conservación de ecosistemas estratégicos claves para el planeta, como la Amazonía, la Patagonia, los páramos o los manglares.
El anuncio, realizado en el contexto de la COP30 en Belén y la Cumbre Celac-UE en Santa Marta, Colombia, sitúa a CAF en el centro de la agenda internacional para la triple transición —verde, digital y social— que promueve la iniciativa Global Gateway de la Unión Europea.
Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, subrayó la trascendencia de este paso al afirmar que la entidad ya alcanzó en 2024 el objetivo de que el 40% de sus aprobaciones fueran verdes, una meta originalmente prevista para 2026. Con la nueva inversión, la proyección es elevar esa proporción al 50% para 2030. Díaz-Granados destacó que la institución busca consolidar una cartera que combine financiamiento de proyectos, promoción de políticas públicas sostenibles, inversiones de impacto y líneas de crédito verdes, además de instrumentos innovadores como canjes de deuda por naturaleza y préstamos ligados a sostenibilidad. El directivo remarcó que el trabajo con gobiernos subnacionales será clave para que los recursos lleguen a todos los ciudadanos de la región.
“Esta es una inversión sin precedentes de un banco de desarrollo en América Latina y el Caribe, que demuestra nuestro compromiso con una región más sostenible, más equitativa y más próspera”, destacó Díaz-Granados.
Áreas estratégicas de inversión
El plan de CAF contempla cuatro áreas estratégicas de inversión. En primer lugar, la transición energética justa recibirá USD 10.000 millones en aprobaciones hasta 2030, con el objetivo de descarbonizar los sectores eléctrico, de transporte y productivo, y garantizar la seguridad y asequibilidad energética. América Latina y el Caribe, que ya genera el 30% de su energía a partir de fuentes renovables, cuenta con un potencial significativo en solar, eólica, gas natural, hidroeléctrica y geotérmica.

La segunda línea prioriza la resiliencia climática, la protección de ecosistemas estratégicos y el fortalecimiento del sector agropecuario bajo un enfoque regenerativo y sostenible. CAF busca responder a amenazas como la deforestación, la minería y la agricultura intensiva, promoviendo la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, la economía azul y la gestión de riesgos ante desastres.
El desarrollo de territorios resilientes constituye el tercer eje, con acciones orientadas a mejorar la seguridad hídrica, el acceso al agua potable, el saneamiento y la gestión de sequías e inundaciones. Además, se impulsarán sistemas urbanos y de movilidad sostenibles, así como el fortalecimiento de las economías creativas y el turismo, en armonía con la naturaleza.
Por último, la inversión en infraestructura física y digital busca cerrar la brecha regional, estimada en un 5% del PIB anual. CAF promoverá la conectividad y la transformación digital mediante proyectos de transporte, logística y energía sostenibles, junto con iniciativas de integración regional.
Iniciativas de alto impacto y movilización de recursos
Entre las iniciativas de alto impacto que CAF ha puesto en marcha, destaca el canje de deuda por naturaleza en el Río Lempa, El Salvador, por USD 1.000 millones. Este mecanismo permitió liberar recursos fiscales para la protección de ecosistemas críticos y el desarrollo de comunidades locales. La Red de Biodiverciudades, por su parte, articula gobiernos locales para estructurar y financiar intervenciones urbanas sostenibles centradas en las personas y la biodiversidad.
La conservación, restauración y uso sostenible de ecosistemas estratégicos es otra prioridad, con el objetivo de incrementar el financiamiento directo a la biodiversidad en 15 ecosistemas de la región, beneficiando especialmente a las poblaciones más vulnerables. En el ámbito marino, CAF emitió su primer bono azul por 100 millones de euros, con el apoyo técnico del PNUD, para financiar proyectos de protección oceánica y comunidades costeras.
El apoyo a las pequeñas y medianas empresas también forma parte de la estrategia. La iniciativa Pymes Verdes, cofinanciada con el Fondo Verde para el Clima, otorga créditos y asistencia técnica a empresas de Chile, Perú, Ecuador y Panamá, orientadas a mitigar el cambio climático mediante soluciones en energías renovables, eficiencia energética y uso sostenible del suelo.
El papel de CAF en la región se refuerza a través de la movilización de recursos de terceros, como la emisión de bonos sostenibles y fondos verdes y climáticos, y la promoción de alianzas entre gobiernos, sociedad civil, organismos internacionales, ONGs y sector privado.