El titular de la Rural, Nicolás Pino, estrechando la mano de Milei, el sábado en Palermo
REUTERS/Matias Baglietto

El Tesoro sorprendió: licitará además de bonos a tasa fija 4 bonos atados a la devaluación del dólar de acá a octubre. Volvió a comprar dólares el viernes y lo hizo subir.

Así, las bajas de retenciones anunciadas el sábado van acompañadas de un reajuste del tipo de cambio que el viernes subió $8, a 1.280 pesos. El gobierno, aparentemente, tuvo que ver en este movimiento, porque habría comprado dólares para aumentar sus reservas. De hecho, el monto de negocios en el Mercado Libre de Cambios (MLC) creció USD 100 millones a USD 529 millones. En realidad, el Tesoro compró a lo largo de la semana para revertir la posición negativa de casi USD 8.000 millones de las reservas de libre disponibilidad.

El agro tiene producto en las silo bolsas y tal vez esta noticia aumente las liquidaciones. El analista Salvador Vitelli, que se concentra en el negocio agropecuario estimó que la soja con esta baja de retenciones podría negociarse entre $363 mil y 367 mil por tonelada contra $340 mil del viernes.

El dato que refleja los inconvenientes de la soja es que hace un año cotizaba USD 408 en Chicago y el viernes cerró a USD 369, o sea 10% menos. La baja de retenciones fue de 20% al reducirlas a 26% de manera definitiva. Los derechos de exportación de los derivados de la soja, que son el grueso de las exportaciones argentinas, bajaron de 31% a 24,5 por ciento.

Las retenciones fueron un atraso en la evolución del agro argentino y lo confirma lo sucedido en Brasil que en el pasado estaba por detrás de la Argentina como productor y ahora está entre los jugadores más importantes del mundo.

La Bolsa de Comercio de Rosario lo muestra en el comentario del viernes cuando señala que la baja del precio internacional de la oleaginosa se debe a “un contexto de ventas externas débiles y cautela respecto a futuros acuerdos comerciales. A esto se suma la amplia disponibilidad global, particularmente desde Brasil, que sigue presionando al mercado”.

Dos factores a favor

Pero hay dos factores que juegan por primera vez a favor: la mejora del tipo de cambio y las menores retenciones que ya rigen. El tipo de cambio mejoró $50 (4,05%) en lo que va del mes y supera ampliamente a la inflación esperada para julio de 1,6% porque la devaluación no se trasladó a precios por el crecimiento de las tasas de interés y el menor consumo. Con elevadas tasas no conviene inmovilizar stock aumentando sus precios y perdiendo ventas. Las tasas que llegaron a 4% efectivo mensual, son un taxi para lo que no sale del depósito o las góndolas. El costo financiero obliga a renovar rápidamente el stock, lo opuesto a cuando hay inflación donde el negocio es la acumulación porque hay una suba permanente de precios.

Para la soja, dos factores empezaron a jugar a favor
REUTERS/Martín Cossarini

El viernes, las tasas de LECAP, que son la nueva referencia del mercado destituyendo a la tasa de política monetaria, crecieron tras las bajas de los días anteriores. Fin de julio voló a 3,77%, agosto a 3,63% y setiembre a 3,37%. En los plazos más largos estuvieron rondando 3%.

El día anterior, julio estaba en 3,47% efectivo mensual y agosto y setiembre apenas sobrepasaban 3 por ciento. El panorama financiero cambió y la prueba está en la licitación de hoy de bonos del Tesoro, donde reaparecen los dollar linked (atados a la devaluación). El menú consta de 4 de estos bonos que vencen a fin de agosto, setiembre, octubre y diciembre próximos.

Por supuesto, no faltaron las LECAP con vencimiento en agosto, setiembre y octubre. En octubre también se renueva una BONCAP y en soledad reapareció un BONCER, que ajusta por inflación con vencimiento el 30 de octubre de 2026.

La curva de pesos supera en rendimiento a las tasas implícitas en futuros manteniendo el atractivo para el carry trade

F2

Las consultoras tomaron nota de estos movimientos. F2 de Andrés Reschini señaló que “la volatilidad desatada en el mercado de pesos y la suba en el tipo de cambio de julio elevó las expectativas de inflación a fin de junio de 2026 en casi dos puntos porcentuales por encima del último REM. Si bien es un pass through acotado, pone en evidencia que esta inestabilidad no es inocua”. Agrega que “los futuros ajustaron en el mismo sentido, aunque las últimas cinco posiciones no registraron operaciones. Sin embargo, las tasas implícitas se corrieron hacia abajo con incremento en el volumen de julio y agosto, posiciones en las cuales el interés abierto mostró una aceleración. De modo que aquí no puede descartarse presencia oficial. Así las cosas, la curva de pesos supera en rendimiento a las tasas implícitas en futuros manteniendo el atractivo para el carry trade y el nivel de tasas reales (curva pesos vs break evens de inflación) volvió a acomodarse por sobre el 15% anualizado, lo que actúa como freno para los papeles locales y, por supuesto, la actividad”.

FMyA, de Fernando Marull, destacó que “los datos del EMAE (Estimador Mensual de la Actividad Económica) de mayo y de junio fueron flojos en líneas generales, y es probable que continúen así, principalmente porque los salarios se estancaron un poco y el consumo continúa frío, a pesar de la baja de inflación.

La marcha de los precios

La inflación en la cuarta semana de julio fue de 0,8%, y nuestra proyección sigue estable en 1,6%; es una buena noticia, porque seguimos sin advertir un traslado a precios de la suba del dólar”. También indicó que “esta semana recuperaron terreno las letras y bonos a tasa fija, y también los bonos CER; los rendimientos cedieron hasta 40% nominal anual y los CER a 14% sobre la inflación, luego de tocar máximos de 52% y 18% el martes. Fue una buena semana para las acciones locales: el Merval rebotó USD 1.670, impulsado por la mejora en la calificación crediticia (Moody’s) de unas ocho empresas. ¿Arrancó el Trade Electoral? Por ahora no”.

FOTO DE ARCHIVO. Productos lácteos expuestos en estanterías refrigeradas en un supermercado del minorista suizo Denner, en Glattbrugg, Suiza. 26 de junio de 2020. REUTERS/Arnd Wiegmann

EconViews de Miguel Kiguel analizó el nuevo escenario sin las LEFI y con el Tesoro manejando la liquidez. “En un giro de 180 grados, se volvió a que toda la deuda sea de mercado (o sea ya no hay una deuda solo para bancos), con lo que las licitaciones se vuelven más importantes. Y aparece una pregunta inevitable ¿son las LECAP las nuevas LEBAC? Muy probablemente no, porque a diferencia de la época de Macri, ahora hay controles de capitales y no hay déficit fiscal».

La consultora explica que el hecho de que las LEBAC eran deuda del Banco Central y las LECAP son deuda del Tesoro no es una diferencia fundamental, porque en ambos casos lo que no se puede refinanciar en el mercado se financia con pesos del Banco Central. “Por ahora, no suena demasiado alarmante. Una buena parte de los vencimientos está en manos de bancos, que se ven obligados a renovar, y del propio Banco Central. A diferencia de la era LEBAC, no hay demasiados tenedores extranjeros que puedan salir en estampida y además no hay déficit fiscal”, explica.

Bola de nieve

Sin embargo, advierte, “sí hay una amenaza más sutil: la bola de nieve de las tasas. Durante meses, el Tesoro renovó deuda a tasas reales negativas o apenas positivas. Pero en las últimas semanas, los rendimientos subieron con fuerza y ya se ubican en niveles muy elevados en términos reales”.

Por eso, según la consultora “a este ritmo, la bola de LECAP puede crecer con una velocidad preocupante. El Tesoro tiene un colchón de unos $17 billones en cuentas del BCRA que le da algo de aire. Ese fondo se construyó con superávit primario, utilidades del Central y deuda. Pero no es inagotable. Y el dilema es conocido: si baja demasiado la tasa, se despierta el dólar; si la deja alta, la deuda se multiplica. Para salir de este dilema hacen falta, al menos, dos cosas. La primera es reducir la volatilidad de tasas que generó el fin de las LEFI (quizás con un corredor de pases), porque la inestabilidad termina empujando al alza todas las tasas del mercado. La segunda es calmar las expectativas de devaluación, lo que permitiría a la economía vivir con tasas más bajas”.

Inversión en criptomonedas Bitcoin. (Canva)

El Bitcoin fue noticia. Después de tocar el récord comenzó a bajar. El informe de BuenBit explica que “el precio de Bitcoin descendió con fuerza hasta tocar un mínimo intradía de USD 114.723, en una semana marcada por toma de ganancias y un ápice de aversión al riesgo tras la culminación de la liquidez alrededor del nivel USD 115.000. Sin embargo, un repunte técnico llevó a BTC a intercambiarse en torno a los USD 115.868, reflejando el interés de los compradores en el “dip” (compras a la baja). Nuestro panel de indicadores muestra que el índice ha ingresado en la zona de distribución -característica de máximos cíclicos- pero solo al 80 % de su rango, lejos del 100 % que ha antecedido techos mayores en ciclos anteriores. Este dato sugiere una fase de expansión aún no extenuada, lo cual respalda la posibilidad de nuevas alzas antes de un retroceso significativo”.

Por otra parte, en el after market se reflejaba el optimismo por el acuerdo de aranceles entre Estados Unidos y Europa. Los inversores esperaban que sea un preanuncio de una negociación similar con China que comenzará hoy en Estocolmo. En una hipótesis de mínima creen que el actual estado de no aplicación de nuevos aranceles se prolongará por lo menos durante tres meses.

Los tres principales índices de las Bolsas de Nueva York operaban con alzas de casi 0,50% apenas abierto el pre market. El oro caía 0,12% en señal de que no hay aversión al riesgo, mientras subía el petróleo levemente porque se espera mayor actividad económica.

La mala noticia para la Argentina, tras la baja de los aranceles para las exportaciones del agro, es que el maíz, el trigo y la soja perdían hasta 0,60%, pero la carne subía 0,30%. Hoy podría ser un buen día para los mercados argentinos, porque el dólar se puede fortalecer en el mundo y bajar la tasa de los títulos del Tesoro de Estados Unidos. La Bolsa, podría prolongar su buena rueda del viernes.